COMUNICACIÓN DEL ESPÍRITU DE LUÍS
QUERIDOS
HERMANOS:
Los
Espíritus que voluntariamente se prueban por justo resarcimiento de sus faltas,
se destierran a mundos inferiores de los que proceden, y sufren, además
de la nostalgia de la patria que abandonaron, el peso de la cadena material,
que les sujeta y les aprisiona temporalmente en un cuerpo que les somete
á los más crueles sufrimientos. En tal situación, apenas si le queda tiempo al
espíritu para ocuparse del perfeccionamiento intelectual, necesario para
conocerse, y trabajar en su mejoramiento.
Hay
momentos, sin embargo, en que el espíritu recibe impresiones dolorosas ó
agradables, y entonces, el sentimiento acumulado durante otras
existencias, y por las impresiones recibidas en la dolorosa vida que la
tierra facilita, se dilata y rebosa hasta inundar completamente toda el
alma y adormecer el cuerpo con los efluvios que brotan del corazón.
Entonces
es cuando los recuerdos y las reminiscencias se dejan sentir y llegan
hasta vosotros inspiraciones desconocidas que os atraen hacia esferas
superiores, donde presentís que existe la realidad de la vida que ha de
satisfacer vuestros deseos y aspiraciones.
Estos
sentimientos naturales, que pocos hombres pueden experimentar sino en muy
determinados momentos, constituyen en otros su existencia normal, y bajo
el prisma de los vagos recuerdos y de bullidoras ilusiones se
manifiestan todos sus actos y se deleita su inteligencia. A fuerza de
sentir, de pensar y de soñar, exteriorizan el sentimiento que
frecuentemente les embarga, y bajo múltiples formas representan las
ideas sentidas ó soñadas, uniendo al presente el infinito del pasado y el
eterno porvenir.
A
estos hombres se les llama artistas y tienen entre vosotrosun
valor relativo al esparcimiento que producen en el ánimo, al efecto recreativo
que producen en los sentidos, y al sentimiento que, en los espíritus
rudos y refractarios para las sensaciones puras, despiertan las mágicas
notas cantadas lloradas por el artista.
Pocos
son los que pueden penetrar con el sentimiento é iluminar con la razón: esas
son obras que se sobreponen al común de los conocimientos y expresan una
belleza superior ä la que los indoctos pueden sentir y conocer. Sin embargo, todo
artista que con el pensamiento crea y con el sentimiento embellece,
sabe que no se pierden los raudales de su inteligencia, ni de su entusiasmo:
los abandona á la posteridad para que perennemente merezcan y refresquen
ä las inteligencias superiores que vienen á la carne para sufrir, adormeciendo un
pasado de más puras alegrías.
¿Y
qué sería de estos espíritus, sumidos en los dolores materiales y
combatidos por las pasiones del cuerpo y los errores sociales, si no
existiesen esos monumentos que divinizan á la humanidad y atestiguan su
procedencia, indicando los derroteros por los que se avanza hacia la perfección
infinita! Por eso se ha reconocido en las obras de arte, no solamente la
síntesis de los conocimientos y la más alta expresión de la belleza real
que los hombres pueden sentir, sino también la voz de los siglos que canta ä
las humanidades la historia de sus dolores y de sus triunfos...
Para
vosotros, es también el arte, como expresión suprema del sentimiento y síntesis
de la perfección en la tierra, la más sublime manifestación del espíritu,
mediante la cual puede elevarse y cernerse en los espacios y sentir
más dulces armonías,
más brillantes soles, y luces de más variados matices.
Allí,
sobreponiéndose á los atractivos materiales, siente espiritualmente la
inspiración de espíritus queridos que antes se conocieron y se amaron.
Yo
os digo que el sentimiento artístico, revelando perfección moral, es la forma
representativa del progreso y el estado en que el espíritu puede más fácilmente
comunicarse con los espíritus desencarnados. Por eso se ha creído siempre que
el artista recibe inspiración de seres superiores. Antes se dio forma de
beldades aéreas a la representación mítica de las ninfas que respectivamente presidían
las fiestas en honor de las artes, é inspiraban ä los hombres los más sublimes pensamientos;
ahora se desdeñan aquellas creencias, y sin imágenes y sin
creyentes hay, sin embargo, inspirados poetas, admirables músicos y notables
pintores. Es que no son las creencias las que forman el sentimiento artístico;
es el trabajo, que labrando nuestro progreso, nos depura, nos purifica y perfecciona,
y el estado de perfección relativa nos da
la medida del sentimiento.
Hay
muchos espíritus que son grandes artistas porque sienten, y este
sentimiento que se condensa y se evapora en el corazón, sin dar forma y
representación al pensamiento que engendra, llega ä otras regiones, trasciende
ä otros espíritus que pueden sentir y apreciar estas formas Intimas del
sentimiento y ellos se encargan más tarde de revelar a los hombres el
resultado de estos trabajos que parecían ocultos.
¡Qué
debe importarnos la forma, el lugar y el tiempo en que nuestros actos
tengan resonancia y produzcan efecto! ¿Acaso esas corrientes ocultas que
relacionan universalmente todas las inteligencias no producen más actividad,
más armonía y más belleza que los actos que se revelan á los sentidos corporales?
De
estas formas en que el pensamiento se transmite y los actos se reflejan
nos ocupamos actualmente, y creo no haber perdido el tiempo aprovechando
la ocasión propicia de vuestra agradable
reunión para unirnos con vosotros bajo esta forma hermosa del sentimiento, que
al fin será la que nos identifique por toda una eternidad.
Es
la manifestación del sentimiento, la aspiración que le anima y le
alienta, la más fácil, la más bella y la más apreciada forma de
comunicación entre el mundo carnal y las vidas extra-carnales. Este
estudio que nos ocupa nos dará explicación sencilla y natural de
multitud de fenómenos de comunicación que registran los anales de la historia, y
otros muchos que actualmente y en el porvenir han de producirse.
Pero
no creáis que la comunicación más delicada y más intensa se produce
mediante la inmediata relación de los espíritus: esta manera de comunicarse es
torpe, limitada y confusa. ¿Cómo los hombres de la tierra entre sí, después de
tantos siglos, no han aprendido á comunicarse de una manera directa, clara y
precisa? Y si de algún modo la comunicación
entre ellos llega a conmover y a dilatarse con alguna intensidad y amplitud,
es por el arte que frecuentemente une las ideas y los sentimientos para
un fin noble y levantado.
Desde
aquí, observando tranquilamente, y con la delicadeza que nos permiten
nuestros medios de sensación, sentimos constantemente el confuso rumor de notas
groseras y discordantes que los hombres exhalan en medio de la baraúnda de
ideas, de afectos y de intereses que les mueve y les inquieta.
Todos esos rumores se pierden en las capas de la
atmósfera, produciendo en las primeras confusos y desacordes sonidos, y en
las últimas, el último movimiento de la onda que se amortigua.
De
cuando en cuando, rasgan los espacios y se pierden en las atmósferas de
otros mundos, ayees del Espíritu y sonrisas del corazón que conmueven
las ondas más tenues del éter, avisando a los habitantes del espacio que dos
suspiros se cruzan de mundo a mundo para sentirse y comunicarse,
confundiendo en este beso interastral de dos almas un mismo pensamiento, acaso
un mismo deseo y siempre un amor puro que en todas partes y desde
todos puntos acerca á los seres y transmite las más delicadas
sensaciones.
Del
mismo modo que en la oscura noche las estrellas del firmamento reverberan sus
rayos en los átomos líquidos que ruedan suspendidos en la atmósfera terrestre;
del mismo modo que vosotros contempláis absortos esos fingidos resplandores, y
sentís más fácilmente la inspiración que estos rayos
os transmiten; del mismo modo también llegan á nosotros los reflejos de las
almas puras que en momentos de expansión que la carne les permite, dilatándose,
reverberan los átomos espirituales que llenan los espacios, llevando sus
sentimientos y llevándose el aroma de su amor que, en forma de inspiración,
conmueve y embarga sus sentidos.
Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario