domingo, 25 de febrero de 2024

PAGAR EL PRECIO

 

 


PAGAR EL PRECIO

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

 

Decía Ralph Waldo Emerson, ensayista norteamericano del siglo XIX: -“Toma lo que quieras y paga el precio”.

¿Es posible que alguien que tomara la cosa, deje de pagar el precio?

En la naturaleza no existe algo a cambio de nada. Hay que pagarlo, inexorablemente, o es mejor dejar de tomar la cosa. Las consecuencias son la de entrar en determinados estados de esclavitud mental, o estado de conciencias subordinados al acreedor. Entonces, para liberarse, es preciso pagar, y adicionalmente, incluir los intereses compuestos.

Homero, Platón, Xenócrates, Cicerón, Séneca, Plutarco, Montaigne, Cervantes y José Ingenieros, entre otros, han sido grandes difusores de los valores universales, que enmarcan las acciones humanas en los parámetros de una vida virtuosa.

Usted aspira a las grandes realizaciones, pero, ¿no quiere pagar el precio que implica una sólida preparación?

Simplemente, los logros serán equivalentes al esfuerzo desplegado.

Desea ser presidente del gobierno, de su respectivo país, ¿pero quiere serlo ya, porque usted cree que está preparado para ello?

Es probable que, “ya”, lo que se dice “ya”, no lo será, salvo casos muy puntuales. En cualquier edad en que se encuentre, debe proyectar su objetivo a treinta años por delante y consagrar su vida a ese propósito, hasta hacerlo realidad. Quizá lo logre en dieciocho años, o en otro lapso, pero las probabilidades de que lo realice, estarán más a favor que en contra. Así lo hizo Simón Bolívar, al formar su propósito de la emancipación latinoamericana, en su famoso juramento del Monte Sacro, en Roma. Años más tardes, el Sócrates venezolano, Simón Rodríguez, emocionado exclamaría: -“Y el chaval cumplió su promesa”. Quizá el maestro se sonreiría al imaginar cuanto de ese resultado se debía a las semillas que él había sembrado en la conciencia de aquel niño caraqueño que se le confiara para educarlo.

Cuanta responsabilidad tienen los maestros, hoy en día en la transformación de la humanidad. Los puestos de trabajo de la educación preescolar deberían ser los mejores pagados, en cada país, para captar a los intelectos mejores dotados. De esta manera, la flor y nata de cada sociedad se erigiría en educadora de la menos dotada. En poco tiempo, los resultados se harán evidentes. A estos maestros de primeras enseñanzas se le debe formar en un conocimiento integral amplio y extenso. Deben ser los genios mejores dotados de la humanidad. Entonces, esos niños, en manos tan fecundas, aflorarán el genio interior que traen de incontables existencias anteriores.

Cualquier líder que aspire a la máxima jerarquía ejecutiva de su país, debe, por lo menos, prepararse durante quince años a partir del momento en que alcance su respectivo grado, preferiblemente en Derecho, o Economía.

Luego es preciso tener la tenacidad de un Miguel Ángel, capaz de derribar todas las barreras que se interpongan en el camino, las reales y las imaginarias. Y hacerlo, además, con un estricto sentido de justicia.  Hay que seguir un riguroso orden de prioridades, y cumplir, en forma rápida, lo prometido.

Los mejores líderes son aquellos que son cautos en prometer, pero cumplen todas sus promesas.

Es preciso emular a la naturaleza en todo: Cada fruto, precisa cierto lapso, a partir de la siembra de la semilla. Mientras más valioso el fruto, más largo el tiempo precisado. Se requiere establecer una curva de resultados y cumplirla con expectativas positiva. Negándose a abandonar a mitad de camino, cuando las cosas se ponen menos fáciles, única manera de activar los poderes creadores de la mente.

Los mejores líderes son aquellos que saben lo que quieren, se forjan objetivos precisos, a corto, mediano, largo y macro plazo, se preparan adecuadamente, ponen manos a las obras, y en cada rol que ejecutan, saben lo que tienen que hacer, como hacerlo, y cuando concluirlo. Los más inteligentes, al concluir su período, dejan el paso abierto a las nuevas generaciones, y apuntan a un objetivo más elevado.

Adelante.


NUNCA

 


NUNCA

©Giuseppe Isgró C.

01 de Mayo de 2021

 

 

Escudero, -dijo Hidalgo:

 

Nunca te des por vencido, antes de emprender cualquier proyecto; siempre debes creer que lograrás culminarlo, una vez tomada la decisión, y hayas dado el primer paso, aunque pases una eternidad, en hacerlo. Empero, a cada proyecto debes asignarle un lapso máximo –curva de resultado- dentro del cual alcanzar los resultados anhelados. Igualmente, antes de decidir realizarlo, calcula si vale la pena llevarlo a cabo; caso contrario, abstente con firmeza.

Nunca abandones a mitad de camino la realización de un propósito u objetivo, una vez emprendido el proyecto; persiste hasta que logres culminarlo con éxito. Cuando las cosas se ponen menos fáciles, si no abandonas, en el momento de negarte en abandonar, a mitad de camino, se activan los poderes creadores de tu mente, y comienzan a surgir las coincidencias que aportan los resultados apetecidos.

Nunca pierdas la serenidad frente a nada ni nadie, hasta el momento en que afrontes cara a cara a realidad emergente, tal como es; allí, en ese instante en que, realmente la necesidad se hace manifiesta, o la situación alcanza su punto álgido, encontrarás que, con facilidad tomas el control, por cuanto el caso se ha delimitado en su fase objetiva y enmarcado dentro de determinados linderos o límites controlables, aún en su aspecto menos favorable. Automáticamente, emerge, desde el interior de la conciencia, el conocimiento, las ideas necesarias y oportunas que aportan la visión de la solución, como un chispazo intuitivo, o inspirativo, y el poder creativo que generará la potencia suficiente para resolver lo que sea menester o alcanzar cualquier logro que tú anheles con firmeza, a prueba de todo.

Nunca pierdas la calma imperturbable bajo ninguna circunstancia por terrible que pueda parecerte; en el momento en que las afrontas cara a cara te darás cuentas que sí puedes resolver lo que sea, si confía hacerlo, con expectativa positiva, si asumes tus compromisos, responsabilidades y la dirección de tus pensamientos, sentimientos, palabras y actos, sin evasión. Recuerda: jamás abandones a mitad de camino. Puedes hacerlo si crees que puedes, es la clave esencial que aplican los grandes triunfadores.

Nunca hagas negocios con quienes no están dispuestos a pagar tus honorarios en lo que valen y toman algo sin intención de pagar lo deben por los servicios recibidos, ya que, donde no hay intención de pagar nada se puede sacar.

Nunca hagas negocios con gente sin valores, y cuando observas una maña característica de gente con tendencia incumplidora, abstente firme de hacer negocios, ya que, seguramente incumplirá, salvo excepciones.

Por eso, a tu vez, nunca dejes de pagar lo debes, rápidamente. Paga, cumple tus obligaciones, una vez contraídas. La credibilidad y la confianza que generas, constituyen tu carta de crédito, que vale tanto, o más que el dinero, cuando precisas hacer uso de ella.  

Nunca hagas negocios sin hacerte cargo probable de los resultados, sobre el qué, el cómo, el cuándo, el quién, el dónde, el cuánto y el por qué.

Nunca tomes decisiones, igualmente, sin hacerte cargo probable de cómo resultarán las cosas; 1) En el mejor de los casos, si aun ocurriendo lo mejor, satisfacen, o no, las expectativas que se tienen; 2) Si ocurriendo lo peor puedes controlarlo, sin descalabros de ningún tipo. Si las respuestas permiten pasar la prueba, entonces se toma la decisión con seguridad. Empero, una vez tomada, hay que persistir, serenamente, con confianza y tenacidad, aunque se caigan cielo y tierra, hasta alcanzar la meta, en el tiempo prefijado, y eso ocurrirá siempre, por haber forjado el hábito de hacerlo.

Nunca hagas mal a nadie, porque tarde o temprano tendrás que pagarlo, con los intereses acumulados.

Nunca creas que pasa desapercibido lo que piensas, sientes, dices o haces; el universo tiene ojos invisibles, y visibles, por todas partes. En primer lugar, la conciencia, que es una réplica exacta de la de la Divinidad. Todo, al instante, lo transmites a la conciencia de la Divinidad.

Millones de pequeños seres se encuentran en tu entorno, que son testigos. No sueles prestarle atención, pero, están allí, percibiendo todo lo que haces: moscas, mosquitos, insectos, e incontables otros. Las mentes interrelacionadas contigo, por vía telepática perciben lo que piensas, siente, dices o haces, intuitivamente, por cuyos efectos, son atraídos o apartados de ti, automáticamente.

Con tus pensamientos y sentimientos, activas la ley de atracción y la de repulsión, donde lo semejante atrae lo semejante y rechaza lo desemejante. Automáticamente, va creando las situaciones análogas a tus pensamientos y sentimientos y pasas a formar parte de los grupos que piensan o sienten como tú, en cualquier lugar en que se encuentren, en este planeta, o donde se encuentren, a nivel físico, o espiritual. Canalizarás, sin darte cuenta, de esa esfera mental, por la ley de los reflejos, -como es abajo es arriba, como es arriba es abajo, y como es adentro es afuera, y viceversa- creando tu realidad inherente. Tus palabras y actos, activarán, automáticamente, por la ley del karma y del vipaka, acción-reacción, las circunstancias de tu vida, satisfactorias o insatisfactorias, según corresponda. Haz, siempre, el bien; será tu mayor riqueza.

Nunca seas injusto; siempre debes ser justo y perfecto, en todo, aunque, también, perfectible, ya que la perfección es de desarrollo eterno, sin límites algunos.

Nunca odies a nadie; libérate de ese sentimiento nefasto. Lo semejante atrae lo semejante y aparta de lo opuesto. Ama siempre; será tu mejor escudo protector.  

Nunca digas mentiras, bajo ninguna circunstancia, ni aún "las piadosas"; hay que decir siempre la verdad, sea la que fuere. Es la que prevalece por encima de todo. Lo que vale es la credibilidad, por eso, sé veraz a prueba de todo, lo cual será tu tesoro más valioso, como lo fue para Xenócrates, en la antigua Grecia, donde su palabra valía más que un documento. Siempre con la verdad por delante, le duela a quien le duela, con las las consecuencias eventuales que fueren. Nadie podrá criticarte por decir la verdad, pero, sí podrán hacerlo por lo contrario y pagarás un precio elevado, por ello, si fuera el caso. ¿A qué sirve engañarte a ti mismo, ya que a nadie más podrías engañar, aunque tú no lo creas?

Nunca seas desleal, ni infiel; sé leal y fiel siempre, es decir moneda verdadera, no falsa, en cuyo caso la persona, o vale, o no vale nada. Al final cosecharás lo mismo que siembres, y mereces. O, ¿acaso crees que siendo desleal e infiel merecerás la lealtad y la fidelidad? Para merecer el bien que anhelas, debes darlo tú, primero.

Nunca sueñes imposibilidades, es decir, recibir algo a cambio de nada. Todo tiene un precio, hay que pagarlo. Si no deseas pagarlo, no tome la cosa, por cuanto, siempre pagarás, virtualmente, aunque con demérito.

Nunca dejes de pagar lo que debes. Págalo, por cuanto nunca se podrá escapar de hacer el pago. Pagar libera, y es gratificante. El deudor es esclavo andante, y no podrá descansar jamás mientras no pague, sea lo que fuere el tipo de su deuda. Libérate, pagas lo que debes, afronta tu realidad en estricto orden jerárquico. Da la cara por tus obligaciones de cualquier índole. Vas a observar como tu vida irá cambiando, mejorando, enriqueciéndose. Cumple tus compromisos.

Nunca vuelvas a hacer negocios con quien te incumple una vez, salvo las excepciones justificadas. El incumplidor debe pagar un costo: el de ser ignorado como si ya no existiese, e inclusive, hay que perdonarlo, para liberarse de él. En ese caso, automáticamente, se activa a la ley de justicia. La compensación vendrá de donde menos se espera con cargo a la balanza de pago del deudor. Es la ley de compensación divina, impresa en una hoja de cálculo automático, en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, con abonos y cargos instantáneos. Arroja el saldo, o suma existencial, actualizado, en todo momento. Esto permite disponer de libertad, o de la inhibición de la misma, en forma imperceptible, pero activa, con precisión matemática.

Nunca hagas a nadie lo que no quieras para ti, en idénticas condiciones y situaciones. Siempre haz a los demás lo mismo que quisieras para ti, en cualquier escenario.

Nunca te quejes por costumbre, por nada, de nada ni por nadie ni de nadie; acepta las cosas como son; pudieron ser diferentes, inclusive, menos favorables. Sé agradecido. Las cosas suceden, siempre, de la mejor manera posible, y factible, por ley cósmica. La gratitud permite optimizar los resultados a partir de cualquier circunstancia que se afronte. Constituye el factor creador de la riqueza integral acorde con las inquietudes de los tiempos, según el inherente plan cósmico.

Nunca devuelvas mal por bien. Es mejor devolver bien por mal, aunque es preferible mantener apartada la otra mejilla, no sea que te la vuelvan a golpear; por prudencia.

Nunca faltes el respeto a nadie, ni maltrates a ningún ser humano, animal, vegetal o mineral; aún el reino mineral es sensible al irrespeto del ser humano. Sé, siempre respetuoso con todos, en todo, siempre. La clave es el respeto, aunque te irrespeten, nunca le falte al respeto, tú, al irrespetuoso. Esa será su mejor lección moral. Felipe de Macedonia, el padre de Alejandro Magno, cumplía rigurosamente, este precepto. Demostraba su superioridad moral con todos aquellos que, en el mundo político de la época, algunas veces se insolentaban.

Nunca te salgas de los límites enmarcados dentro de los parámetros de los valores universales, como el amor, la prudencia, la sabiduría, la justicia, la fortaleza, la templanza, la belleza, la serenidad, el autodominio, la armonía, el orden, el respeto, la salud, el perdón, la compensación, la reciprocidad y el equilibrio, dando y recibiendo, siempre, valor por valor.

Nunca dejes de hacer la mayor suma posible de bien que te sea factible, ni dejes de devolver, siempre, bien por mal.

Nunca dejes de creer que hoy es mejor que ayer, a pesar de las apariencias, que mañana, será mejor que hoy, y que, el futuro, a pesar de cualquier época oscura temporal, siempre será mejor que el pasado, por ley de vida. 

Nunca te apartes del bien y de la la justicia; nunca dejes de apartarte del mal y de la injusticia.

Sea el recto camino, siempre, tu camino. 

Sean la bondad, y la justicia, la gratitud y el amor, la belleza y el respeto, el trabajo y el servicio, la generosidad y el altruismo, la nobleza y la práctica de todas las virtudes, tus emblemas como un hijo de la luz, que eres.  

Nunca la esperanza te abandone, bajo ninguna circunstancia adversa, porque en los momentos menos fáciles de la vida, es cuando la noche muda en día, el sol vuelve a aparecer, y las situaciones adversas se transforman en los canales de las grandes oportunidades y riquezas integrales, si persistes mirando confiadamente, hacia adelante, enfocado tu atención en el cumplimiento de tu gran destino, en los planes cósmicos, del que eres un activo instrumento creador bajo la égida de la voluntad divina que te impele a las grandes realizaciones, como un reflejo divino de tu ser. 

Nunca dejes de reconocer tu esencia divina análoga a la esencia de la Divinidad, sin separación de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad. 

Nunca dejes de percibir la sabiduría potencialmente infinita de tus atributos divinos, ni el poder, de igual manera, potencialmente infinito, análogo al del Creador Universal, que te es inherente, que manifestarás en igual grado a las magnitudes de las necesidades que experimentes, en un momento dado, día a día, y a los elevados objetivos de realización que te antepongas como metas de contribución en la Gran Obra, como aporte voluntario al bien común. 

Recuerda: Nunca, es la consigna liberadora, y enriquecedora, integralmente, que permite aflorar la nobleza divina del carácter del ser, en el eterno camino de la vida, cada día más y mejor, ad infinitum.

Adelante. 

 

 

 

 

 

 

 


viernes, 26 de enero de 2024

EL PODER DE LA ESPERANZA

 


EL PODER DE LA ESPERANZA


©Abg. Giuseppe ISGRÓ C.

 


 Reseña sobre la manera en que deben afrontarse las pruebas de la vida.

Lo primero que hay que hacer, es sentarse, en un lugar tranquilo, y llevar a cabo los siguientes sencillos, pero efectivos, pasos:

1.       Agradecer a Dios de que la situación está, ya, en sus planes cósmicos, resuelta satisfactoriamente.

2.       Acto seguido, tomar una hoja de papel, y anotar las cien cosas buenas por las cuales puede dar las gracias a Dios, sinceramente y con actitud reverente.

3.       Ahora, anota en una hoja de papel, o en una libreta, todas las cosas que precisan solución en tu vida, a corto, mediano y largo plazo. Luego, clasifícalas por su estricto orden prioritario. Comienza a actuar abordando una prioridad a la vez. Actúa, también, como si todo estuviese bien, debidamente resuelto.

4.       Anota, también, todos los objetivos que, a corto, mediano y largo plazo, debes llevar a cabo, por su estricto orden de prioridad. Comienza a trabajar con el objetivo Nº 1.

5.        Establece la cantidad de dinero que precisas en los próximos doce meses. Con el importe resultante, escribe una afirmación, que leerás tres (3) veces al día.

6.       Practica, todas las noches, antes de dormir, un ejercicio de relajación, de los dedos de los pies a la cabeza, y luego, visualízate flotando en las aguas tranquilas de un lago.

7.       Realiza, cada noche, un ejercicio de respiración, reteniendo el aliento, pulmones llenos, durante 25 segundos, diez veces.

8.       Por muy compleja que se vea la situación, conserva el optimismo y la actitud mental positiva.

9.       Afirmar treinta, o más veces al día, en la noche, mirándote en el entrecejo, frente al espejo: TODO VA BIEN.

10.    NADA TEMAS, TEN CONFIANZA, NO ABANDONES A MITAD DE CAMINO. La clave reside en resistir firme y en esperar con fe hasta que se gesten los resultados.

11.     Activa el poder de la esperanza. Las expectativas positivas son un imán que atraen lo que pensamos y aíslan todo lo opuesto.

12.    EL CONSTANTE RECUERDO DEL NOMBRE DE DIOS: Repite el nombre de Dios, cien veces o más, en la mañana, a mediodía y en la noche.

       I.                     Envía amor a todos los seres con quienes precisas reestablecer la armonía mental.

    II.                     Perdona a todas las personas que te haya efectuado algún perjuicio, de la índole que sea.

 III.                     Solicita el perdón, o excusas, en forma presencial, por escrito, o mentalmente, a cualesquiera personas a quien, de alguna manera, hayas ocasionado algún perjuicio. Si debes efectuar una compensación económica, o cancelar algún compromiso, promete hacerlo en un lapso determinado, y cúmplelo.

   IV.                     Rige tus pensamientos, sentimientos, palabras y actos, de acuerdo a los valores universales, entre ellos: el amor, la prudencia, la justicia, la paciencia, la templanza, la serenidad, la fortaleza, la belleza, la honradez, el trabajo, la inversión, el servicio, la bondad y la humildad, entre otros.

13.    Selecciona tres buenos libros, de literatura estimulantes, de tu agrado, y comienza a leerlos, diariamente.

Adelante.

 


 

  


 

 


domingo, 7 de enero de 2024

La última palabra, Escudero, ¿es posible?

 


La última palabra, Escudero, ¿es posible?

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

Escudero, -dijo Hidalgo: 

Galileo, en cierta ocasión, expresó: «Nada hay oculto que no deba ser sabido.» 

La ciencia, la filosofía y la incansable búsqueda del ser humano, demuestran que, todo cuanto se propone, será alcanzado indefectiblemente, si no abandona a mitad de camino. Esta aptitud innata potencialmente infinita del Espíritu, por medio de la experiencia, en su ascenso hacia el progreso y elevación de los estados de conciencia en las ilimitadas estaciones de la vida, va descubriendo la realidad del entorno universal en que interactúa, y al mismo tiempo, el potencial de los atributos divinos de que se encuentra dotado, cada ser, -en los cuatro reinos naturales- tanto en conocimiento como en poder creador.

Esa interactuación con el entorno universal extrae de su ser interno lo que precisa para resolver situaciones, descifrar enigmas o alcanzar cualquier objetivo que se proponga, siempre que sea realista, alcanzable e implique un reto. Esto, en algunas ocasiones podría requerir más de un ciclo existencial en la dimensión física para ser realizado, como, por ejemplo, en la invención del avión, por Leonardo Da Vinci, y cualesquiera otros, de los incontables descubrimientos, hasta ahora, y ad infinitum, en el eterno presente.

Es un proceso gradual; pero, en un momento dado, en los niveles rudimentarios de desarrollo, determinado número de personas no perciben que exista otra realidad más que la que conocen, y encontrándose inmersos en determinados estados de conciencia, o niveles de confort, parecieran no estar interesados en la realización de un esfuerzo, o búsqueda de nuevos niveles de conciencia, por el estudio, la investigación, la reflexión objetiva y la meditación subjetiva, trascendiendo los límites del razonamiento por la lógica inductiva y deductiva.

Pero, la vida, o la inteligencia infinita del universo, en su inmensa sabiduría plasmada en la eterna ley cósmica, va expresándose en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, en forma de insatisfacción, y no le permite, sin violentar su libre albedrío, dormirse en los laureles de los logros del pasado, haciendo surgir, en su conciencia, por el mecanismo natural de las necesidades, y las potencias motivadoras encerradas en lo íntimo de todo ser, la inquietud, la visión, o la necesidad y anhelo de alcanzar otros niveles de realidades, o experiencias gratificantes, o de realización. Por eso el progreso es indetenible, y lo que hoy, al igual que le ocurría al hombre de la caverna, de Platón, que no creía en la existencia de otra realidad que la penumbra en que se encontraba, y que fuera hubiese un sol luminoso, incontable número de seres reciben el estímulo, de la misma vida, por las realidades que se afrontan en las distintas fases existenciales, de despertar y mirar hacia adentro, y hacia afuera, hacia arriba y hacia abajo, hacia lo inmensamente grande, y hacia lo inmensamente pequeño, demostrando, o comprobando, al igual que lo expresara Hermes Trismegisto y Anaxágoras:

-Que arriba y abajo es igual, y viceversa.

-Que lo mismo que hay adentro, es lo que se encuentra afuera.

-Y, que lo inmensamente grande es idéntico a lo inmensamente pequeño, y su potencial infinito, exactamente igual. Allí está, entre otras cosas, la Homeopatía para demostrarlo, con las diluciones infinitesimales, mientras más altas las diluciones, y menos substancia física exista, más se libera la potencia de la energía que le es inherente. La física contempla muchos otros ejemplos.

La pregunta clave, Escudero, es: ¿Quieres, tú, conocer más de lo que sabes, o lo que hoy ignoras?

Como dijo aquel, cuyo nombre se ha perdido en las lejanas noches de los tiempos: Escudero, ese es tu problema. Que felicidad experimentarás el día en que adquieras conciencia de esa realidad, ya que, paralelamente percibirás que, conjuntamente con la necesidad de un mayor conocimiento, percibirás que ya posees el poder para obtenerlo, y, luego, comprenderás, también, que ya lo poseías en estado de potencialidad infinita, en tus atributos divinos.

Al final, se percibe que no sólo existe identificación entre lo grande y lo pequeño, entre lo que hay arriba y abajo, entre lo de adentro y afuera, sino, también, entre la Divinidad y cada ser en todos los reinos conocidos, y probablemente, alguno más por conocer, aunque ahora no lo percibamos.

Siempre habrá alguno que estime que esto no es asunto de él; empero, al margen de esa irrelevante, y temporal opinión, sí es asunto de todos, y por ese camino, y tantos otros, hay que andar, en algún momento.

Por eso, no hay que anclarse en el pasado, pensando que los grandes maestros dijeron la última palabra: la última palabra no será alcanzada jamás, afortunadamente, Escudero. Mejor dicho: surgirán neologismos nuevos que representen emergentes realidades percibidas, que precisen darle un nombre. Por eso es una excelente práctica la lectura de los diccionarios de todo tipo, para conocer el significado de los nombres. Cuánto más lo es la lectura de todo lo que se ha escrito, en la historia conocida y por conocer, lo que implica el significado de las palabras, y además, de las esenciales inherentes a los valores universales, a los roles que se asumen, a los compromisos adquiridos, para poder cumplir con lo que se promete, o para no prometer lo que no se tiene ganas de cumplir. Pero, si tomas la cosa, Escudero, hay que pagarla. Y si no la pagas, en dinero, estudio, esfuerzo, dedicación, trabajo, etcétera, etcétera, jamás será tuya en el sentido correcto de la palabra. Persiguiendo la última palabra, las vamos conociendo, una a una, las existentes, como ventanas que se abren al mundo, por las cuales vemos las realidades exteriores, desde adentro, y desde afuera, las de adentro. Cada palabra es una ventana al mundo, y al universo, que no contiene, únicamente, el planeta tierra, sino mucho más de lo que se pueda pensar, ahora, y que, algún día conoceremos en mayor grado, aún. 

Escudero, jamás aceptar límites de ninguna naturaleza, de nadie ni de nada, es la clave. Siempre busca un más allá y lo encontrarás, ad infinitum, en el eterno ahora, y a la Gloria del Eterno. 

Adelante.

 

 


PAGAR EL PRECIO

    PAGAR EL PRECIO   ©Giuseppe Isgró C.       Decía Ralph Waldo Emerson, ensayista norteamericano del siglo XIX: -“Toma lo qu...