domingo, 22 de agosto de 2021

VENEZUELA, MEJOR Y MEJOR

 


VENEZUELA, MEJOR Y MEJOR

 

©Giuseppe Isgró C.



 

La constante universal es el cambio incesante. Peter Drucker, uno de los pensadores más lúcidos del siglo XX, tuvo la visión de que todo profesional, -y persona en general-, a lo largo de una existencia, probablemente tendrá que cambiar de actividad tres o cuatro veces.

Por propia experiencia, sustento esa perspectiva, ya que, después de quince o dieciséis años en la misma actividad, ha cambiado todo, y si cada quien se deja de adecuar a la nueva realidad emergente, -que debió haberla percibido con antelación, para prepararse-, inevitablemente saldrá del mercado en que se desempeñaba como líder, en su área principal, para pasar a un rol subalterno, desmejorando su nivel de vida.

Las grandes corporaciones están creando, e innovando, constantemente nuevos bienes y servicios para mantenerse activas en el servicio de los segmentos de mercado que han elegido como propósitos empresariales y objetivos para alcanzar los resultados anhelados de diversas índoles: a) Financieros; b) misión para cumplir un rol-deber de responsabilidad social; c) realización profesional y personal; d) Servicio, en alguna de sus múltiples vertientes y variantes, única manera de recibir lo que se anhela en forma integral: para recibir hay que dar; y tantas otras variables.

Para percibir los cambios cíclicos que van surgiendo es preciso conocer los ciclos históricos, a través de la historia del propio país, de la historia universal, de la historia de todas las ciencias, artes, filosofías, y de cada área del conocimiento, para conocer la experiencia acumulada en el espacio y tiempo. Conocer los ciclos económicos, ya que, percibiendo claramente las cuatro fases que les son inherentes, al igual que las cuatro estaciones, el otoño, equivalente a las ligeras recesiones económicas que anticipa las crisis de mayor intensidad, equiparable al invierno. El invierno pasará, al igual que las más severas crisis, o la noche más oscuras. Empero, en las noches más oscuras brillan más intensamente las estrellas, al igual que aflora, con su luz intensa, la del genio interior, cuyo poder potencialmente infinito, y el sentimiento de los valores que brillan en la conciencia, iluminan el camino como si fuera de día.

El invierno siempre dará paso a la primavera, renovadora de todo, al igual que lo hace la reactivación económica después de aplicarse un proceso de estabilización en la economía del país que pasa por alguna de esas fases. La primavera da inicio a una nueva fase activa, en la naturaleza; igual acontece en el mercado con la reactivación del proceso productivo de nuevas riquezas que dará paso a una nueva y de mayor envergadura, expansión económica. Es el verano de la naturaleza. Empero, a mediodía comienza a declinar el sol. Así los ciclos se suceden unos tras otros, pero, el sol del nuevo día vuelve a manifestarse ad infinitum.

La permanencia en el mercado es la de los más fuertes, de los más preparados, de los que asumen su rol de servir de acuerdo a las nuevas necesidades insatisfechas emergentes, cambiantes ad infinitum. Aquellos que dejan de adecuarse a los cambios del espacio y tiempo, que quieren, siempre, la papa pelada, al comer la papa pelada por otros, no es la misma que cada quien anhela para sí. Para eso, hay que elegir las semillas, los pensamientos, los sentimientos, las palabras y las acciones: Sembrar las semillas, cultivar el terreno, abonarlo, regarlo, recoger las papas, escoger las que tú anhelas y surtir al mercado para recibir su valor en riqueza para ti y los tuyos.

¿Qué la grama en el país vecino, o lejano es más verde? Es posible, aunque no siempre es cierto. Pero, igualmente hay que fajarse. Pero, si tú te vas, estás dejando el mercado en el que actúas a otros y empezar en otros lares. Es una elección personal.

VENEZUELA se encuentra, probablemente, ahora, en su fase más creadora, previa a su próxima primavera. Está en un proceso de cambio, al igual que todos los países del mundo. ¿Mejor o peor que otros?

Aristóteles, en cierta ocasión dijo: -“Si cada quien tomara sus infortunios y los acumulara en una gran montaña para luego repartirla en partes iguales entre todos, cada uno regresaría con el suyo propio”. Cada quien vive su propia realidad, de acuerdo al orden que ha construido, por las leyes de la Justicia divina y por la de Afinidad. La primera, pesa sus pensamientos, sentimientos, palabras y actos, la segunda, en base al saldo existencial, de acuerdo a la balanza divina, le ubica o reubica, por su suma existencial, en el orden que le corresponde, en forma exacta. Cada quien se encuentra dónde debe estar; tiene el derecho de aspirar a cualquier otra ubicación, pero, debe ganarla por méritos propios de acuerdo al veredicto de la balanza cósmica que pesa y sopesa todo.

¿Para quién trabaja El Cachicamo? El Cachicamo trabaja pa´ Lapa, asevera un refrán popular. Pero, el Cachicamo cumple su rol que le asignó la naturaleza de las cosas. Tiene bajo su custodia un legado que entregará, acto seguido, a quien corresponda, cuando llegue el momento inevitable en el lapso cósmico, al igual que lo hace el dorado amanecer, un segundo después y en punto, posterior a la medianoche.

El Cachicamo no es malo; es Cachicamo porque eligió serlo, y cumple su rol preservando un legado para quien sea el destinatario. Cada ser humano, en algún sentido es un cachicamo, trabaja para alguien, y guarda para otros algún bien del cual es depositario temporal.

Empero, siguen naciendo niños que se harán jóvenes, que se prepararán, y que, a su vez, aportarán los nuevos líderes que asumirán el liderazgo en roles diversos de acuerdo a su vocación.

En el intervalo hay que prepararse para permanecer por el servicio, donde cada quien estima que debe desempeñar su rol: aquí y ahora: Siempre habrá Venezuela. Venezuela es de todos. La Divinidad le protege, a ella y a todos quienes se encuentran bajo su égida.

Siempre habrá mundo. A nivel planetario, también existen incontables crisis.

Esta mañana estaba recordando un gran número de personas, algunas de las relevantes de nuestra región que hicieron que floreciera Puerto La Cruz y el Oriente venezolano: La chispa del recuerdo afloró con Doménico Romano, un napolitano que siempre permanecerá en mi memoria como un modelo ejemplar para emular, por sus cuantiosas virtudes y su “saber hacer”. Siempre recuerdo uno de sus grandes lemas: Doménico solía decir: -“Para aprender no necesito que nadie me enseñe; me basta con observar lo que hacen y cómo lo hacen; lo que dicen y su silencio, todo es enseñanza para mí”. Era un modelo de excelencia. En un año que compartí con él, como cooperador, -1965- conocí, entre quienes le visitaban, gente relevante y constructora de esa gran Puerto La Cruz de mediados de los años sesenta y de los setenta del siglo XX. Es oportuno expresar, ahora: -Gracias Domingo.

Por la ley de asociación, van aflorando otros recuerdos: Saverio Bellomo, que conocí en una conversación que tuvo con Doménico, y que luego, en el tiempo, fuéramos grandes amigos y compartiríamos diversas búsquedas filosóficas.

Ya, un poco antes de Doménico Romano, conocí a Filippo Conti, un romano de la séptima generación, que, muchos años después, en una breve rememoración que él hiciera, de esa época, expresó: -“Que bellos tiempos aquellos”. De él aprendí algo que siempre recordaría: -“Maestro a ojos no vale un hinojo”. –“Hay que medir en profundidad lo que se piensa hacer, para hacerlo bien”. Se estaba gestando una región que un par de décadas después, millones de personas, de todo el mundo, anhelaban visitar.

Gracias a Filippo, conocí a José Bala y a Eugenio Sol, padre, -y por supuesto a otros integrantes de esa insigne familia. Conservo uno de los recuerdos más extraordinarios del Sr. Bala, como modelo de comerciante y empresario relevante, siempre con su amplia sonrisa a flor de labios. Un día, José Bala, le dijo a quien escribe: -“Lo más grande que hay, es ir bajito por la vida: la humildad”-, mientras hacía un ademán con su mano derecha, sobre el escritorio, para ejemplificarlo. Lo decía un hombre que había alcanzado un éxito relevante. La misma grandeza de carácter, siempre le observé en Eugenio Sol, padre, que en esa época era socio con José Bala, en Auto Suplay, e igualmente, a diversos hijos que conocí, y a un yerno suyo: José Luís, que han dado ejemplos a emular en la construcción de un gran país.

Mencionaré un nombre más, que siempre guardo en mi mente con un aprecio especial: José Depsille, -y su gran familia-. A Don José habría que compararlo con esos relevantes personajes que durante más de mil años hicieron que el esplendor árabe iluminara el Mundo Occidental con su extensa civilización, en ciencias, artes, literatura, poesía, justicia y progreso. De pocas palabras y de profunda sabiduría.

Tantos apellidos que merecen ser recordados: Licursi, Médico, Giannone, Serrano, Mendoza, Antinucci, Intanno, Di Maggio, Passarelli, Rodríguez, Salazar, Márquez, Ron, Fuentes, Guzmán, Silva, Díaz, Padrón, Tabata, Medina, Cirigliano, Pressutti, Meo, Landolfo, Di Pietro, Pérez Alemán, Carvajo, Petrone, Fernández, Petricca, Lander, Leopardi, Capetillo, Resende, Suarez, Bonini, Zugaro, Cavallaro, Da Silva, Pereira, Basile, De Armas, Guilarte, Marcano, García, Matheus, Fleitas, Rivero, Talavera, Blanco, Altavilla, Donatelli, Herrera, Rojas, Cantore, Russoniello, Martinez, Ramos, Acosta, Jamale, Castelli, Gómez, Mezo, Argüelles, Prinetto, Mihalovic, Peda, Moya Meneses, Reyes, Valentín, Mantelli, y tantos otros, que esperan su Plutarco para relatar sus grandes éxitos. Tanto los nativos de la región como los que han venido de otros lares patrios, y los integrantes de todas las colonias, que han venido de otras tierras hermanas, han hecho de nuestra región un Oriente venezolano pujante, con quien hay que contar siempre. Son incontables las personas que para las futuras generaciones serán faros de luz por sus virtudes y éxitos logrados que han enriquecidos nuestra región.

Es cierto que existen altos y bajos en la vida de un país, o de una región; y hoy en día, a nivel mundial, con los cambios sin precedentes que se observan.

Muchos, podrían, momentáneamente expresar su asombro, como observé, esta mañana al leer un escrito de ese insigne y admirable venezolano: Miguelángel Landa. En su mismo mensaje se encuentran los elementos de entusiasmo hacia el futuro de Venezuela:

Miguelángel Landa, terminaba su árticulo, diciendo:

M.L.; -“No tendremos el honor lúgubre de ser Pompeya”. 

G.I.C: Sin embargo, es imperioso decirlo: Ni Dios lo quiera. El destino de Venezuela le ha designado un rol de progreso que en el planeta podrá equipararse a la arenga que el ilustre José Domingo Choquehuanca le dirigiera a Simón Bolívar:

"Quiso Dios de salvajes formar un gran imperio y creó a Manco Cápac; pecó su raza y lanzó a Pizarro. Después de tres siglos de expiaciones ha tenido piedad de la América y os ha creado a vos. Sois pues, el hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho hasta ahora se asemeja a lo que habéis hecho, y para que alguno pueda imitaros será preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado tres repúblicas que en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevan vuestra estatua a donde ninguna ha llegado. Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina".

Sigue diciendo Landa: -“No se hablará de nosotros como de Nínive o Troya”. 

G.I.C: Tuvieron su esplendor, y gracias a Homero se conserva el conocimiento del esplendor de Troya, en la sexta y séptima capa de las doce ciudades superpuestas en la colina de Hisarlik, pero, de Troya salió un afluente de gente bajo la égida de Eneas, que cuatro siglos después, en el año 753 antes de nuestra era, sus descendientes fundaran Roma.

Luego, continúa, diciendo Landa: -“Nunca podrá algún Homero contar que tuvimos un Aquiles. No seremos lana para tejer leyendas. Nuestro final solo nos dejará vergüenza”.

G.I.C: No será un Homero, quien cante las glorias de nuestros insignes personajes. Empero, hemos visto como Choquehuanca cantó las glorias de Bolívar que deja en claro que los genios que ha dado Venezuela calzan los puntos de los mejores de otros lares.

En la Victoria de Junín, eleva su Canto a Bolívar, el insigne poeta y prócer José Joaquín de Olmedo, y sí hay mucha lana para tejer leyendas como la de José Antonio Páez, Antonio José de Sucre e incontables otros.

El final de Venezuela no será una vergüenza para Venezuela. Lo será para aquellos que en tiempos en que debieron contribuir a engrandecerla, dejaron de cumplir su misión, simplemente porque nadie puede dar lo que no tiene. Hay que olvidarse de ellos, como lo hará la historia: Nadie recuerda al Último realista, ni a tantos otros, que los historiadores dan un salto en la historia cuando llegan a alguno de esas características.

Sin embargo, Venezuela está más viva que nunca y tiene un destino por delante como jamás lo tendrá ningún otro país. Vendrán, de nuevo, de otros lares, los descendientes de los millones de los hijos de Venezuela que hoy fertilizan el planeta, y tantos otros que, al llegar su hora, vendrán a Venezuela, porque en ningún otro lugar habrá tanto progreso como el que se desarrollará en este gran país, que de nuevo abrirá sus puertas, generosamente, como lo ha hecho incontables veces, a los hijos de incontables otras tierras. El mundo nuevamente verá, que generosa como Venezuela, en igual grado, nunca la hubo, y nunca la habrá.

Venezuela está destinada a grandes cosas como nadie: Es una Patria que por sus valores que ha demostrado a lo largo de su historia, que no son los que afloran en una noche oscura, iluminarán su porvenir. Y aún en   su noche oscura, ha dado muestra de templanza, de fortaleza, de prudencia, de justicia y de voluntad para seguir adelante, en pos de su gran destino. Unos se han ido, otros se han quedado; unos regresarán; otros no podrán hacerlo, pero, cada uno tiene su rol que cumplir a donde le lleva su destino. Hay que respetarlo.

En Venezuela está el futuro como no lo hay en parte alguna, igual. Hay que prepararse para esos nuevos tiempos. Sesenta o más años de gran progreso esperan a Venezuela, a partir de la década de los años 30 del siglo XXI. Hay diez años para prepararse para optimizar las grandes oportunidades por venir. Buena esperanza para todos, sobre todos para las generaciones de relevo. Joven, oído al tambor.

Como decía el ilustre Luís Beltrán Prieto Figueroa: -“Joven, empínate”.

 

Me gustaría terminar estas reflexiones con unas pocas ideas de un mensaje que se ha publicado hoy de: El jefe de los indios Hopi, White Eagle, con un breve comentario exegético:

 

White Eagle: -“¿Estás listo para enfrentar esta crisis? Consigue tu caja de herramientas y usa todas las herramientas a tu disposición”.

GIC: -“Cualquier situación que se afronte, es porque se está preparado para superarla con éxito, caso contrario la misma jamás se habría presentado”.

White Eagle: -“Aprendan resistencia del ejemplo de los pueblos indio y africano: fuimos y somos exterminados. Pero nunca dejamos de cantar, bailar, encender un fuego y alegrarnos”.

GIC: -“La serenidad, la alegría y la paz interior denotan el dominio de los propios pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Quien se domina a sí mismo, domina todo lo que le es inherente: su mundo interno y externo”.

White Eagle: -“No te sientas culpable por sentirte bendecido en estos tiempos difíciles. Estar triste o enojado no ayuda en absoluto. ¡La resistencia es resistencia a través de la alegría!”

GIC: -“Jamás hay que abandonar a mitad de camino, hay que persistir hasta lograr lo que pareciera imposible. Todo es posible para quien cree que puede, y mantiene expectativas positivas. Las expectativas siempre se cumplen. El éxito consiste en lograr los mejores resultados con las condiciones puestas a nuestra disposición”.

White Eagle: -“Tienes derecho a ser fuerte y positivo. Y no hay otra forma de hacerlo que mantener una postura hermosa, feliz y luminosa”.

GIC: -“No te quejes por nada ni por nadie, ni culpes a nadie. Las situaciones por pocos fáciles que aparezcan contienen grandes oportunidades. Cualquier líder competente en vez de quejarse por el escenario que tiene antes sus ojos, se prepararía para aprovechar las grandes oportunidades que contiene. Las situaciones crean a los grandes líderes, o los manifiestan. Si no hubiera un escenario que lo precisara, y la gente preparada para recibirlos, los grandes líderes no se manifestarían. Por eso se dice: Los lideres vienen con su propia gente, -o seguidores-, que le secunda, en el tiempo perfecto de Dios.

White Eagle: -“Cuando cruzamos el umbral, tenemos una nueva visión del mundo porque hemos enfrentado nuestros miedos y dificultades. Esto es todo lo que puedes hacer ahora:

1) “Serenidad en la tormenta”.

2) “Mantén la calma”. (…).

3) “Toma el hábito de encontrarte con lo sagrado todos los días”.

4) “Muestra resistencia a través del arte, la alegría, la confianza y el amor.”

GIC: -“Algo para recordar: La justicia debe guiar los propios pensamientos, sentimientos, palabras y actos”. Nada sólido ni grande se puede crear a menos que la Justicia marque el norte en la propia intención”.

Venezuela será el país que se anhele que sea bajo la égida de los Maestros de la Patria: Miranda, Bolívar, Páez, Bello, Sucre, Vargas, Arturo Uslar Pietri, Teresa Carreño, Eugenio Mendoza, Miguelángel Landa, -que hoy nos ha inspirado con su escrito, con un impulso creador que impele a la acción constructiva,- Renny Ottolina, Mariano Picón Salas, e incontables otros.

Adelante.

 

 


domingo, 1 de agosto de 2021

EL GRAN SECRETO: AFRONTAR

 


EL GRAN SECRETO: AFRONTAR

 

©Giuseppe Isgró C.

03-06-2021

 

 

Recuerdo una clase magistral que impartiera uno de los mejores oradores que he oído a lo largo de tantos años: fue una noche del año 1968, en el Liceo Tomás Alfaro Calatrava, -uno de los dos principales, en la región- en el curso de: Castellano y Literatura del tercer año de Bachillerato. El profesor Ramón Rodríguez Bello, esa noche se explayó con un extenso discurso sobre La Evasión y el Retorno.

 

De las múltiples meditaciones que he efectuado sobre el argumento, ya en temprana edad, en un poema intitulado: El Retorno a la natura, en un libro de juventud, con el mismo título, de poesías y ensayos cortos, expresé:

 

-“Es que sin pensarlo, todo implica retorno

al punto de evasión, ya experimentados,

después de todo, uno es el principio, uno es el fin,

en la natura está el principio

que es la vida,

en ella está ese fin

que no es la muerte.

Es la evolución”.


     Ese poema, que se colocará completo al final de este artículo para que sea observado el contexto en que fue enmarcada la citada estrofa, fue recitado en Radio Puerto La Cruz, por el insigne poeta Antonio “Totoño” Lara, en su programa  “Atardecer Poético”, el domingo 13-07-1969, a las 6:00 p.m.

 

El recorrer de la vida enfrenta a cada ser, en los cuatro reinos naturales, a una constante probabilidad de evasión y retorno, hasta que se descubre el Gran Secreto: Afrontar la realidad cara a cara.

 

Hasta ese momento, las circunstancias ejercen un gran influjo sobre cada ser que las experimenta, arrojándole a la deriva, como cabalgando en un caballo desbocado que hace del jinete lo que se le antoja, hasta que éste descubre que, a pesar de todos los vaivenes, y de los intentos del indócil corcel, nada de todo lo que temía aconteció y se percata que puede permanecer firme en la precipitada carrera, sujetar con seguridad las riendas en sus manos, y conducir al noble, aunque de momento ofuscado animal, en la dirección que él desea y hasta donde quiera conducirle.

 

Ese noble ser humano descubre que sí puede tomar el control de su vida y emprender el retorno hacia el verdadero camino que forma parte de su plan existencial. A pesar de todo, la evasión le aporta una valiosa experiencia que le permite darse cuenta de lo que no debe hacer; es decir, todo aquello que deja de aportarle resultados útiles y gratificantes. Esa experiencia tiene inmenso valor, siempre y cuando se sea capaz de experimentar vergüenza por los errores en que se ha incurrido, y de esa manera capitalizarla como un tesoro. La vergüenza es un freno, y representa un estado de conciencia que permite mantenerse dentro de los parámetros de una vida virtuosa, útil y efectiva. 

 

Se realiza, gradualmente, el descubrimiento de que, ya, previamente, la persona sabía lo que debía hacer, y de que, intuía que podía controlar la situación. Empero, en vez de afrontar la situación, o el emocionante reto, o, tomar la decisión de no abandonar a mitad de camino, cuando las cosas suelen ponerse menos fáciles, o, muchas veces, sin siquiera detenerse a pensarlo, pasar a la acción evasiva por costumbre, lo que inhibe la posibilidad de que aflore la conciencia del propio poder y el conocimiento inherente, para solventar cualquier situación y recabar el debido provecho, como oportunidad latente al alcance de sus manos.

 

La experiencia de la evasión facilita la percepción clara de que, desde el momento en que asume afrontar la realidad, comienza a redimensionarla objetivamente, tal cual es, no maximizada por los efectos menos favorables de la imaginación. Toma el control de la misma, comprende los aspectos inherentes y los probables cursos de acciones antepuestos al propio alcance. Percibe que tiene el don del discernimiento y que debe ejercerlo, diferenciando entre la verdad y la falsedad, entre el honor y el deshonor, entre la dignidad y la ausencia de la misma, entre la nobleza de carácter y su eventual iniquidad, entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto.

 

Cada quien posee el poder de la elección en sus manos, al decidir entre la evasión y el retorno al dominio de sí mismo y de la situación, afrontando la realidad sea cual fuere. Ese conocimiento del don de elegir que posee, la permite ser dueño de su destino, y del poder creativo de realización, completando la trilogía del gran secreto: Percibir, comprender y realizar. Siempre conserva la serenidad, y por ende, su lucidez mental y sosiego espiritual.

 

Se descubre, tal como lo hiciera Abraham Maslow en su tiempo, que toda necesidad genera una fuerza motivacional capaz de impulsar a cada ser desde el lugar en se se encuentra hasta aquel otro en que reside la satisfacción de la misma, o la solución de la situación que afronta. Tanto las necesidades como los retos que se asumen como objetivos de logros esenciales, extraen del depósito del ser interno, tanto el poder creativo suficiente, como el conocimiento inherente, bien sea por el cultivo del arte, por intuición o por inspiración, del qué, del cómo, del dónde, del cuándo, del quién, del cuánto y del por qué. Empero, la clave esencial es la de afrontar cara a cara la realidad, y asumir el reto situacional a que ha lugar, sin evasión de ninguna naturaleza. Por eso los antigüos decían: -"Hazlo y tendrás el poder"

La actitud y la decisión de afrontar tanto la realidad, de manera objetiva, y la asunción del compromiso que se deriva de ello, es un mensaje que se envía a la vida de que se puede contar contigo. Constituye una oferta de servicio y ésta genera su propia demanda, tal como lo encunció Jean Baptiste Say en su famosa Ley. Acto seguido, en tiempo oportuno, comienzan a surgir las interconexiones invisibles, pero tangibles y evidentes, que aportan los resultados apetecidos. 

Si alguna vez, o muchas veces, se cae, como decía Confucio, de lo que hay que vanagloriarse, no es de nunca haber caído, sino de levantarse cada vez que fuera necesario.

 

Como lo afirmaba, y sugería, Napoleón Hill, descubre el gran secreto de que, en toda adversidad que se afronta, siempre se genera un beneficio equivalente, o, aún mayor.

 

Ten presente que toda oportunidad genuina, siempre viene envuelta en situaciones por resolver. Hay que ver más allá de las apariencias y descubrir la nuez dentro de la cáscara.

 

Es preciso darse cuenta, como decía Sathya Sai Baba, de que: -“Nadie... puede aislarse y decir: “Este no es mi trabajo; es la responsabilidad de aquel hombre o aquel grupo”. (…). Luego, agrega: -“Entonces, -la Nación- será feliz y próspera. Cada quien habrá de cumplir con los deberes del papel que desempeñe con actitud de adoración” –a la Divinidad-. (…). Es importante percibir de que, cada quien es responsable de hacer aquello de lo cual tenga conciencia que alguién debe realizar. Ese alguien es la misma persona que percibe. Percibir implica responsabilidad: Nadie tiene derecho de cerrar los ojos a la realidad inminente que observa y evadir la obligación de contribuir a la solución que corresponda en el entorno del que se forma parte. Existe el deber -moral-, en primer lugar, y por mandato de la justicia divina, en segundo lugar, de contribuir a la solución, o mejoras, de lo que se tenga conciencia que debe hacerse: La contribución puede ser aportada de múltiples manera, depende de cada quien. El salario cósmico que se devenga es inherente, y equivalente, al esfuerzo y resultados desplegados. Igualmente lo es el demérito colectivo en un entorno en que nadie toma la iniciativa de hacer lo que es tarea de todos, ya que los derechos van aparejados a los deberes cumplidos y/o por cumplir, en forma continúa. 

 

El gran secreto es: que cada ser es el caminante, que con la evasión va descubriendo que él mismo es el camino, y no las diferentes sendas físicas que recorre, que constituyen las oportunidades de realización puestas al propio alcance, y que, a medida que va llegando a las incontables metas parciales, y temporales, por turno, ad infinitum, -y desde siempre-, percibe, también, que es, él mismo, la fuente a la que se dirige. Igualmente, que siempre ha estado en casa, poseyendo todos los tesoros, los poderes y los conocimientos, escondidos dentro de su ser, empero, se da cuenta de que lo ignoraba.

 

Las situaciones, las necesidades y las inquietudes según los tiempos, van confrontando a cada ser con las realidades existenciales, en sus estados de conciencia, en las estaciones de turno, en la eterna polarización, y cuando, en vez de evadirse, o seguir haciéndolo, decide afrontar, serena y confiadamente, lo que le compete, cumpliendo su deber, asumiendo el rol y el reto, inherentes, comienza a aflorar tanto el propio poder potencialmente infinito, en el grado precisado, como el conocimiento necesario y suficiente para resolver todo lo que precisa serlo, o alcanzar la meta anhelada.

 

Percibe que lo tenía todo dentro de sí, pero, como ya se dijo, lo ignoraba. La experiencia, afortunadamente, le permite descubrirlo, y ganar la confianza suficiente para abordar la siguiente etapa, en la eterna polarización de un estado de conciencia a otro más elevado, en las infinitas estaciones de la misma. Siempre encuentra un más allá en nuevas oportunidades de progreso, cada vez en un mejor nivel, lo cual le aporta sentido a la vida. 

 

Entonces, se emprende el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal, para extraer de sí todo lo que es inherente a la fuente universal, de la que es parte indivisa, sin jamás lograr hacerlo. Una paradoja.

 

Empero, es la gran misión, el eterno reto, pero, con todo, jamás logrará agotar en su totalidad lo que compete a esa finalidad de la expansión universal. A pesar de que jamás se completará la tarea, por los eternos alcances que les son inherentes, seguir en el camino de retorno a la fuente, es la senda, la única, aunque multifuncional, en que irá derivando su salario cósmico: Percibe, comprende y desarrolla su sentido de la vida, siempre a un mejor nivel, según las inquietudes de los tiempos.

 

Encuentra la justificación para afrontar, siempre ad infinitum, el emergente reto existencial, en la expansión de la Creación Universal. Es lo único que permitirá aflorar el poder potencialmente infinito, y adquirir la experiencia, que es lo que se precisa, en forma gradual y eterna.

 

Se requiere conocer, gradualmente, los parámetros de los valores universales dentro de los cuales enmarcar los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos.

 

La gran experiencia, marca la diferencia: Es el salario cósmico.

 

Ideas expresadas a vuela pluma:

 

 1)  Afrontar cara a cara la realidad, y el inherente reto que corresponda, para tomar el control de las situaciones, y de la propia vida. Enunciar los objetivos de solución, y de realización, por escrito, para darle carácter de permanencia, en el espacio y tiempo, a corto, mediano y largo plazo.

 

 2)  Siempre se puede, si se cree poderlo hacer y no se abandona a mitad de camino, jamás. En el momento en que, cada quien se niega en abandonar, en los momentos menos fáciles, se activan los poderes creadores de la mente, y comienzan a surgir las coincidencias que aportan la solución apetecida, o la realización del objetivo antepuesto como meta temporal.

 

 3)  Afrontar, positiva, serena y creativamente, a la hora de la verdad, permite tomar el control de la situación. Es el momento en que se redimensionan las cosas a lo que realmente importa: A la esencia de las mismas.

 

 4)  Afrontar, representa mirar cara a cara la propia realidad, y discernir la verdad, de lo que no lo es, o de lo que se cree serlo. Diferenciar el grano, de la paja; lo que importa de lo que ha dejado, ya, de ser esencial. Es cuando se percibe que el camino que se recorre es el camino, o, eventualmente, que no lo es. Entonces, cesa la evasión y se emprende el retorno, fortalecido, al punto de evasión.

 

5) Empero, el camino, cualquiera que se siga, siempre es el camino, por cuanto, el verdadero camino no es el físico que se recorre, sino el mental. Es la propia mente, el Espíritu. El punto de partida es uno solo y el mismo para todo, y todos, La meta que se persigue, es, igualmente, idéntica: Encontrarse a sí mismo; conocer los inmensos tesoros que se poseen y utilizarlos para el bien común.

 

 6)  Hay un poder que lo ordena todo sobre la base de la suma existencial individual, fruto de la experiencia personal. Todo es regido bajo la égida de la ley de afinidad, por el veredicto dado en la balanza de la justicia divina, y a la aplicación de la gran ley matriz universal: El amor. Aquí reside el secreto que une al servidor con el que es servido.

 

 7)  Afrontar la realidad, sea cual fuere, permite descubrir el gran secreto que se esconde dentro de cada ser, en los cuatro reinos de la naturaleza: ¡Siempre se puede, tal como ya se dijo! Hay que emprender, conscientemente, el eterno camino de retorno hacia la fuente. Es preciso afrontar todo lo que sea de la propia incumbencia, con serenidad, confianza, voluntad e imaginación perceptiva, comprensiva y realizadora, desempeñando el trabajo activo, sosegado, justo y perfecto, ad infinitum. El trabajo asumido y el rol que se desempeña, así como los resultados obtenidos, señalan, silenciosamente, lo que, cada quien, es, representa o tiene, como bagaje de experiencia: su verdadero tesoro, o salario cósmico.

  Adelante.


EL RETORNO A LA NATURA

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

 

Poblado de hermosas flores

de la natura el jardín,

del humano ser embellece

su paso por las existencias.

 

Natura fuente de vida que vibra

manantial fluídico  de supremo amor,

al hombre ofrece albergue y en su taller

experimenta, preciados secretos desentraña;

pero no eran secretos.

El hombre mientras avanza rasga el velo

que libera su inteligencia.

 

La natura cual libro abierto se muestra al hombre,

el hombre imprudente se precipita,

y tal como dijera Carrel

un mundo artificial se creó.

 

No le rigen leyes naturales,

del hombre las necesidades no yacen satisfechas.

 

Allí el desconcierto

del hombre en el abismo del conocimiento;

agobiado en el mundo que se ha creado

no satisfecho marcha, no feliz vive,

pero en la fuente no busca

la causa del desconcierto.

 

Quizá sean los poetas

quienes del retorno a la natura iniciados,

saturados de la romántica poesía,

igual que filósofos y antiguos aedas,

en la natura de nuevo se inspirarán

en ese mensaje que del más allá

nos trae la poesía.

 

Es que sin pensarlo, todo implica retorno

al punto de evasión, ya experimentados,

después de todo, uno es el principio, uno es el fin,

en la natura está el principio

que es la vida,

en ella está ese fin

que no es la muerte.

 

Es la evolución.

 

 

 

 

Recitada en “Atardecer Poético”, el Domingo 13-07-1969.

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    PAGAR EL PRECIO   ©Giuseppe Isgró C.       Decía Ralph Waldo Emerson, ensayista norteamericano del siglo XIX: -“Toma lo qu...