martes, 16 de agosto de 2022

LA VIDA ES BELLA, BELLA

 


LA VIDA ES BELLA, BELLA

 

 

©Giuseppe Isgró C.

 

07-07-1971, 8:00 pm

Revisado: 17-04-2019. 5:30 am

 

 

 

La emoción del momento breve,

que pasa cuando el calmado Espíritu,

vibrar intensamente hace al ser humano.

El sentimiento del infinito progreso que el ser percibe,

comprender le permite que no puede quedarse estacionado,

anclado en el pasado por muy glorioso que éste haya sido.

 

Que nuevas sendas se abren en su camino,

entre las cuales elegir la que mejor se adapte a su plan de vida,

y desandar las eventuales rutas que les separan de su destino particular,

en concordancia con los planes cósmicos,

para vivir en armonía con la naturaleza y el orden divino

trazados en la conciencia de cada ser,

en los cuatro reinos naturales.

 

Qué momentos éstos que la visión del Universo

se abre a la conciencia, gradualmente, vislumbrando su ideal de turno,

siguiendo, un paso a la vez, en dirección de su siguiente meta.

Qué vida hermosa, ésta, llena de vibrantes pensamientos positivos,

y creativos, de sentimientos imbuidos de valores: amor, justicia, y mucho más,

de palabras que insuflan entusiasmo que expresan a Dios en la conciencia,

impulsando las acciones, el trabajo que todo lo puede, y logra.

Nada imposible existe para el hombre, según Napoleón,

por eso borró, de su diccionario, esa palabra, o freno, que limita.

Empero, amar el ideal concebido engendra sabiduría y genera energía creadora,

ya que siempre, el conocimiento va aparejado con el poder realizador.

No obstante, la prudencia, la dedicación, la atención plena y el justo esfuerzo,

concentrando todos los recursos a un resultados a la vez,

optimiza los logros en tiempo cierto y oportuno, según los planes del universo,

de los cuales, cada quién, es un instrumento ejecutor, ad infinitum.

 

Y pasan los años de la existencia, que aun siendo muy largos,

no dejan de ser breves, en un solo ciclo de vida.

Cómo una sola existencia podría satisfacer la sed del infinito

que cada ser experimenta, vislumbrando una realidad preexistente,

que trasciende el aquí y ahora, aunque siga siendo el eterno presente?

De las acciones pasadas queda la experiencia, y el recuerdo sublime

de los logros ya alcanzados, como preciados tesoros: suma existencial,

que ubica y reubica, a cada quien, en el lugar justo y perfecto,

que le corresponde, en el concierto de todas las cosas: salario cósmico.

 

La vida es bella, bella, sublime grandeza del Ser Universal.

Qué importa si actuar, incesantemente, se debe, de un objetivo cierto,

a incontables otros que irán surgiendo en la conciencia de cada ser?

Lo importante es respetar los ciclos naturales y el ritmo de la vida:

actividad-descanso, pensamiento-acción, estudio y realización,

guiados por el amor, supremo poder realizador, que todo lo puede,

en la eterna polarización, o transmutación alquímica,

de una estación de la conciencia a otra más elevada.

 

El sentido de la medida, o justicia, como valor esencial,

seguro permite avanzar, hasta alcanzar todas las metas,

al final de cada ciclo: cumbres de gloria personal, si el ideal fue realizado.

Desde la cima ascendida, en la evolución humana, se contempla el pasado glorioso,

si fue exitoso, o la senda de la rectificación por el Noble Sendero Óctuple,

pero, la alegría que se experimenta en cada caso,

permite observar la siguiente fase del eterno camino de retorno

del ser individual al Ser Universal, encontrando, siempre, un más allá.

 

Entonces, concebir es posible nuevas metas gloriosas,

otros horizontes que conquistar, mientras se labra la piedra bruta,

en cúbica, que el Gran Arquitecto habrá de utilizar,

en la expansión de la Gran Obra de la Creación.

El velo de la separación se va depurando, viendo claramente la unidad

en la diversidad existente, y que todo es Uno, aunado en los eslabones

de la cadena de la fraternidad universal, donde al ayudar al otro,

cada quien, en realidad, lo hace a sí mismo.

 

Cuántas cosas cambiarían mirándolas con una visión imbuida de valores,

en las infinitas estaciones de los estados de conciencia!

Con esta perspectiva, emocionado, cada ser, expresará:

La vida es bella, bella; gracias, Oh Divinidad,

por tu infinita bondad, amor y justicia,

ley cósmica impresa en mi conciencia, replica de la Tuya,

donde me convierto en eterno aprendiz

de tu infinita sabiduría, por la experiencia,

adquirida día a día.

 

Si no existiesen pruebas en las nuevas metas por alcanzar,

sembradas por el sentimiento de la ambición en la conciencia,

como semillas de progreso incesante, superando la adversidad,

portadora de beneficios equivalentes, o mayores aún, oportunidades, 

cómo se podría ascender a nuevos niveles de riqueza integral,

o salario cósmico?

 

Gracias, Oh Divinidad: la vida es bella, bella,

tal como Tú has dispuesto que fuera, en la Ley cósmica,

y en los planes que has trazado en la conciencia de cada ser,

y del Universo, en la eterna expansión de la Creación, 

en tu carácter de Eterna Pedagoga.

 

 

 


 


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