¿Qué
reserva Dios, al ser,
en
cada etapa evolutiva?
©
Abg. Giuseppe Isgró C.
Con
certeza, lo que Dios, EL Creador Universal, reserva a cada ser, al llegar a la
meta de turno, es la oportunidad de una nueva etapa de progreso, en igualdad de
condiciones para todos, de acuerdo a la propia suma existencial conquistada.
Dicho premio no es sino un reconocimiento al grado evolutivo alcanzado y a la
nueva conciencia de necesidades que el ser debe atender.
El
grado de conciencia alcanzado constituye el rasgo que identifica a cada quien
de que está en condiciones de pasar al grado siguiente. La percepción de que hay algo que hacer y la disposición de
hacerlo, abre el camino de la nueva etapa.
Aquí
se aplica la máxima de Emerson: -“Toma lo que quieras y paga el precio”.
Pero,
sobre todo es aplicable la ley que rige la posesión de hecho y la posesión
civil, mediante las cuales, una persona posee un bien real o mueble, de hecho o
por derecho, pero, en el primer caso, la posesión de hecho, durante determinado
tiempo, le confiere el derecho de posesión y con el tiempo, consolida el mismo
por la prescripción adquisitiva.
Igual
acontece la vida; la persona tiene un saldo existencial suficiente y una
conciencia clara de las necesidades que deben ser satisfechas, tanto propias como
ajenas, y para satisfacer las propias debe cooperar en la satisfacción de las
ajenas. Asume la responsabilidad social de prestar servicio en determinada área
que por su vocación, visión, capacidades, aptitudes y necesidades requiere
emprender, y la asunción del compromiso es una oferta que oportunamente tendrá
sus demandantes, mediante la cual se posesiona de dicha función social, sin
tener que pedir permiso a nadie y la permanencia en la misma le otorga el
derecho de culminar la obra y disfrutar de los beneficios correspondientes.
Lógicamente,
las diversas o múltiples etapas evolutivas que va alcanzando en miles de
millones de ciclos de vida en múltiples mundos, les conducen a la obtención del
rango de maestro de la creación, que le otorgará, oportunamente, el Creador
Universal, a partir de cuyo momento, pasará a ser un Arquitecto de mundos,
tomando a su cargo el diseño de nuevas formas y su supervisión
evolutiva a través de los tiempos.
La
mente se eleva al infinito imaginando todo el camino que le queda por delante,
a cada ser, en la eternidad, en un avance sin fin y con una capacidad creadora
sin límites, ejecutando la voluntad del creador y cooperando con sus divinos
designios, de acuerdo a sus planes cósmicos.
De
manera que, cada ser debe aprovechar al máximo su tiempo para evolucionar y
adquirir nuevos grados de conciencia que le permitan concebir los nuevos
proyectos que deberá ejecutar como premio del Creador a sus logros graduales,
en cada etapa evolutiva.
La
tarea es extensa, apasionante y sorprendente. Pero, hay que ir paso a paso, sin
prisa y sin pausa, con fe y visión clara, con paciencia y tenacidad, con
prudencia y fortaleza, con sabiduría y amor, con templanza y serenidad, con
calma y alegría.
En
cada etapa concluida Dios tiene un reconocimiento, el cual se manifiesta en el
ser como sentimiento de auto-realización en su polaridad positiva y primera
manifestación. Acto seguido, como la producción de la fuerza creativa sigue
constante, la cual siempre busca el camino de la auto-expresión. Mientras la
energía deje de canalizarse hacia el exterior, en la realización de objetivos,
sigue el camino interior manifestándose como insatisfacción. Insatisfacción
Creadora es el nombre que suele dársele, por cuanto el potencial creativo es
superior al logro alcanzando. La vida guía al ser a su siguiente etapa, por eso
es preciso que se interiorice y vea con claridad espiritual cual es la
siguiente fase de su misión de vida. Mientras no plasme los nuevos objetivos de
realización experimentará la insatisfacción creadora que le estimulará a
moverse en la búsqueda de una nueva etapa evolutiva. Caso contrario el ser se
estancaría. Ese es el trabajo del Creador Universal dentro de la conciencia
humana.
De
manera que, Dios, el Creador Universal, se expresa como sentimiento, tanto en
la primera manifestación del sentido de auto-realización, como en la
insatisfacción. En ambas circunstancias tiene un mensaje claro:
-“Has
llegado a la meta; ¡te felicito!” –“Ahora, fórjate otros objetivos que te
permitan avanzar a una meta más elevada, dentro de mis planes cósmicos y
mientras no lo hagas, sentirás mi voz de aliento que no te dejará dormirte en
los laureles. Adelante”-.
-“En
este nuevo grado de conciencia en que has llegado, -dice Dios- mi luz brilla
dentro de tu ser iluminando tu inteligencia, haciéndote percibir la realidad
que te circunda, dándote las señales suficientes que te permitan descifrar el
entorno, el camino y la siguiente meta que debe marcar tu nuevo itinerario. Yo
te guío, te aliento y te empujo para seguir adelante con valor y fe en los
resultados positivos y te proveo de los recursos –a tiempo y antes del tiempo-
que te serán necesarios para culminar esta etapa del trayecto. Debes ser
prudente y administrarla con sentido del deber para no distraerlas en cosas
ajenas al proyecto y que luego te falte para llegar a la meta. Te envío, en el
camino, a la gente que te es necesaria para apoyarte, asistirte y complementar
tu esfuerzo en la realización de Mi Obra, por cuanto, hijo, la obra es mía; a
ti te corresponde únicamente el privilegio de realizarla como instrumento de mi
voluntad y el salario cósmico por tu labor cumplida”-
-“Recuerda,
-dice Dios: -el ESPÍRITU CÓSMICO o SER UNIVERSAL-: Yo Soy más que Amor; éste es
solamente uno de mis atributos principales. Para comprenderme debes abarcar la
percepción de la totalidad de mis atributos divinos que constituyen, a la vez,
tus sentidos cósmicos y guía en la carrera universal y, a la vez, son, también,
tus atributos divinos –en la proporción acorde a tu nivel evolutivo. Algún día tú serás, conscientemente, tal
como yo soy. Recuerda que eres una parte indivisa de Mí. Tú, también, eres
Dios: es decir: ESPÍRITU. Forma una UNIDAD cósmica perfecta e indisoluble
conmigo.
-“Ahora,
entra, conscientemente, en conexión divina conmigo, centrando tu atención
permanentemente en Mí, de esta manera adquieres conciencia de mi poder que se
expresa en ti, empujándote o frenándote, para que estés a tiempo donde debes
estar, así como de las ideas y sentimientos que te inspiro para que hagas la
cosa correcta en el tiempo oportuno. Déjate guiar por los sentimientos análogos
a los valores universales, que, constantemente, te inspiro. Adquiere conciencia
de que estoy constantemente a tu lado, observándote, guiándote, inspirándote,
protegiéndote e iluminándote. Tú vives en mí y Yo en ti. Somos UNO”.
Adelante.
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