PETER
DRUCKER
El
padre de la Gerencia moderna
©Abg.
Giuseppe Isgró C.
Quien esto escribe, tuvo el
privilegio de entrar en contacto con las obras de Peter Drucker a finales de
los años 70 del siglo XX, pero que estudió con mayor profundidad en la década
siguiente.
Algunas de las ideas que aprovechó para su
actividad empresarial, fueron:
1)
La
definición de lo que es una empresa, trascendiendo la actividad propiamente
dicha, y de la ganancia, de la misma y enfocando la atención en la gente que
precisa de los propios bienes y servicios. Si se satisfacen las necesidades
insatisfechas de los clientes, y del mercado cuyos segmentos se atienden, la
ganancia viene por añadidura.
2)
Luego,
en segundo lugar, en la búsqueda de ese cliente ideal, Peter Drucker, sugería
preguntarse:
a)
¿Quién
es el cliente?
b)
¿Qué
compra el cliente?
c)
¿Cómo
compra?
d)
¿Dónde
compra?
e)
¿Cuándo
compra?
f)
¿Cuánto
compra?
g)
¿Por
qué compra?
Estas preguntas permitieron, en la
actividad inmobiliaria, para cada inmueble que se captaba para la venta,
individuar las respuestas a cada una de las preguntas y facilitar el proceso de
compra venta de manera efectiva.
Estableciendo una curva de factibilidad
de resultados, en cuánto al tiempo, estadísticamente hablando, para vender un
inmueble. El resultado fue: Si se trababa de un inmueble vendible, con
un precio realista, de acuerdo al nivel de respuesta del mercado, la
probabilidad de venderlo en un lapso de 90 días, era del 80%. Los casos que no
se hubiesen vendidos en ese lapso, persistiendo, serían colocados en los
siguientes 45 días, salvo contadas excepciones.
Estas y otras ideas de análoga
relevancia, estaban expresadas en su magna obra intitulada: Gerencia:
Tareas, Responsabilidades y Prácticas, (1973). La cual obra culmina con un
capítulo enfocado sobre las cincuenta principales tareas de la Gerencia, entre
las cuales, citamos:
1)
La
misión del negocio, preguntando:
"¿Cuál es nuestro negocio y qué, -o cuál- debería ser?" El
directivo debe precisar la respuesta a la siguiente pregunta: -“¿Cuál es el
verdadero negocio de la empresa?” Por cuanto, si lo desconoce, ¿cómo podría
cumplir con los objetivos inherentes?
El mismo Peter Drucker responde a
la pregunta: ¿En qué consiste nuestro negocio?, en su libro La Nueva Sociedad,
(1954-1977), -que es una síntesis de
sus dos primeros libros publicados en 1939: El fin del hombre económico, y
1942: El futuro del hombre industrial-, diciendo:
-“La
primera responsabilidad de la dirección es decidir cuáles son los factores y
las tendencias económicas que probablemente afectarán el futuro y el bienestar
de la compañía. La dirección debe asegurarse de que, al cabo de cinco o diez
años, los recursos de la empresa sean por lo menos tan productivos
económicamente como los son en la actualidad. Debe decidir hoy sobre los problemas que enfrentará mañana. Tal
vez pueda expresarse mejor esta función diciendo que la dirección tiene la responsabilidad de decidir cuál es el verdadero
negocio de la empresa”.
Luego,
Drucker, continúa diciendo: -“Sólo sobre la base de tal análisis del verdadero
negocio de la empresa puede decidirse cuáles son los objetivos y las funciones
de la dirección. A menos que la dirección descubra, primero, cuál es el negocio
de la empresa, no puede saber, en realidad, lo que dirige. Sólo el análisis de
la naturaleza de su negocio puede aislar los factores económicos que
probablemente afectarán el futuro de la empresa. Sólo él permite a la dirección
prepararse para el futuro y tomar las decisiones adecuadas”.
Entre
estos aspectos, según Drucker, se contempla:
A)
Qué desarrollos deben ser dejados de lado.
B)
Qué tendencias, -aunque casi imperceptibles a simple vista- tienen que ser
cuidadosamente observadas. Esto, según él, permite resolver cómo hay que
reaccionar ante un hecho nuevo. Sugiere preguntarse: -“¿Es esto un peligro o
anuncia un auge? ¿Puede usarse para que la empresa se fortalezca? ¿Cómo? ¿Obliga
a la empresa cambiar su carácter y su negocio?” Como puede verse, precisan el
meollo de las cuestiones esenciales al verdadero carácter de la empresa y sus
fortalezas. Es la visión que le convierte en líder del mercado y facilita su
permanencia, en el espacio y tiempo.
2)
Se
establecen los objetivos, las estrategias a largo plazo –cinco o más años- y
las tácticas a mediano plazo, -dos o tres años- así como las acciones
operativas a corto plazo –un año- y micro plazo, -desde un día hasta un mes-,
tomando decisiones hoy, para obtener los resultados de mañana.
En
tal sentido, Drucker afirma: -“La decisión acerca de cual es el negocio que
realmente hace la empresa comprende, también, decisiones sobre lo que debe
hacerse respecto a las consecuencias de su políticas social y económica que
puedan afectar las realizaciones económicas futuras y la prosperidad de la
empresa”.
Luego,
Drucker, con profunda agudeza, afirma que el deber de la dirección no es
solamente prever tales acontecimientos. Aquí es dónde precisa:
-“También
es su deber –de la dirección- provocar tendencias que fomenten la prosperidad
de la empresa y tomar medidas preventivas contra las que puedan debilitarlas”.
Y, seguidamente, recalca: -“Las mayorías de las direcciones de hoy eluden
completamente esta responsabilidad”. Hace énfasis en que la dirección debe
percibir que la reacción pública ante su negocio “es algo que atañe a la
empresa de la misma manera que los nuevos mercados y los nuevos productos”.
Para
concluir este enfoque, señala Drucker: -“Finalmente, el decidir qué negocio
desarrolla la empresa comprende la determinación de patrones para medir las
actividades de la empresa y de correctos controles de acción”. Seguidamente, él
complementa, diciendo: -“La determinación de controles adecuados es tan
importantes para el bienestar de la empresa, que bien puede ser considerada
ésta una de las responsabilidades más importantes en sí”. Drucker destaca,
fundamentalmente, que es preciso determinar la lucratividad de la empresa en el espacio y tiempo.
Es
preciso destacar que Drucker entro al servicio de la General Motors, en 1940.
Esto significa que, en ese entonces, esta empresa que, bajo la dirección de
Alfred Sloan, había desplazado, dejando en segundo lugar de importancia, a la
Ford. Por ejemplo, después del éxito alcanzado por Ford con su famoso modelo
“T”, afirmaba que la gente, aunque quisiera otros colores diferentes al negro,
que era lo usual, mantendría ese estándar del negro. En cambio, Sloan, comenzó
a producir una gran variedad de vehículos con novedosos diseños, colores y una
extensa gama de modelos y marcas, además de la Chevrolet, y la GMC, por
ejemplo, la Buick, la Odsmobil, la Cadilac y la Opel, que son algunas de las
marcas que recuerdo, que rápidamente le permitió asumir un liderazgo, y
posicionamiento, en el mercado, que mantuvo sólidamente en el futuro. Sloan
permaneció en la GM hasta la década de los 50, del siglo XX, lo que significa
que Drucker y Sloan cooperaron uno al lado del otro, en la década de los años
40. ¿En qué grado maduró el pensamiento gerencial de ambos gigantes de la
Gerencia moderna, su estrecha cooperación? Es algo digno de ser analizado, si
tomamos en cuenta, además, que, con anterioridad, había sido discípulo de,
primero, su compatriota, Joseph Schumpeter, sin duda, uno de los mejores
economistas del siglo XX, que fuera uno de los pioneros en estudiar los Ciclos
económicos y en detectar que el principio del desequilibrio, en la empresa, era
la unidad de medida para calibrar la salud de la misma, ya que el mantenimiento
del punto del equilibrio, generalmente desembocaba en el estancamiento. En
segundo lugar, fue discípulo del otro gran gigante de la economía, en la
primera mitad del siglo XX, John Maynard Keynes. En gran número de ensayos de
Drucker se puede observar la profundidad de su pensamiento económico. Alfred
Sloan relató sus experiencias en un libro, ya un clásico, intitulado: Mis años en la General Motors.
Luego,
Drucker presta atención prioritaria a “Los recursos humanos en la empresa”, y
al “Problema de la sucesión” en la empresa.
Es
importante destacar que Drucker estudió a fondo todo el pensamiento gerencial
que le había precedido, entre cuyos máximos exponentes, se puede incluir:
Federico Taylor, (1856-1915), quien se ocupó del Estudio del tiempo, trabajo a
destajo y el obrero destacado, y los Principio de la Administración Científica;
Henry Fayol, (1841-1945), quien desarrolló los Principios Generales de la
Administración, que sintetizó en: División del trabajo, Autoridad y
responsabilidad, Disciplina, Unidad de Mando, Unidad de dirección,
Subordinación del interés individual al interés general, Remuneración del
personal, Centralización, Escala en cadena, Orden, Equidad, Estabilidad en la
permanencia del personal, Iniciativa y Espíritu de Grupo. Existe gran afinidad
entre Taylor y Fayol en su visión y objetivos de la Administración.
Luego,
los otros pioneros, hoy clásicos de la Administración, que Drucker conocía en
profundidad y que constituyeron una excelente base para su propio trabajo,
fueron:
1)
Rober
Owen, (1771-1858), con su famosa Alocución a los Superintendentes de fábricas.
2)
Charles
Babage (1791-1871), con su trabajo: Sobre la división del trabajo, inspirado,
sin duda alguna en la Obra Las Riquezas de las Naciones, de Adam Smith, escrita
en 1760, base de la Economía moderna, conjuntamente con la Fábula de las
Abejas, de Bernardo Mendeville.
3)
Henry Metcalpe, (1847-1917), con su obra: La
ciencia de la administración.
4)
Henry
Robinson Towne (1844-1924), y su obra: El ingeniero como economista.
5)
Henry
Laurence Gantt (18461-1919), cuyas obras son: Entrenamiento de los obreros en
hábitos de diligencia y colaboración, y, La separación de rutas.
6)
Russell
Robb (1864-1927), y su magnífico libro: La organización afectada por el
propósito y las condiciones.
7)
Harrington
Emerson (1853-1931), con su obra: El primer principio de eficiencia: Ideales
claramente definidos.
8)
Alexander
Hamilton Church (1866-1936): Los principios de la administración.
9)
Frank
Bunker Gilbert (1868-1924): La ciencia de la administración enfocada a la mejor
forma de realizar el trabajo.
10)
Oliver
Sheldon (1894-1951): Normas profesionales para la administración.
11)
Mary
Parker Follet (1868-1933): con sus tres obras: La administración como
profesión; Los elementos esenciales del mando; y, Coordinación.
12)
Harry
Arthur Hope (1882-1949): La administración y el óptimo.
13)
George
Elton Mayo (1880-1949), con sus obras: La primera investigación; Hawthorne y la
Western Electric Company: algunos comentarios adicionales sobre el experimento
de la entrevista.
14)
Chester
Irving Barnard (1886-1961): La teoría de la autoridad y La naturaleza del
mando.
15)
Douglas
Murray McGregor (1906-1964): El lado humano de la empresa y Nuevos conceptos de
la administración.
Las
fuentes de Peter Drucker son amplias y comprenden la Economía, la filosofía, la
historia, la Psicología, la Ciencia Política, Geopolítica, el Periodismo, los
Ensayos de todos los grandes pensadores
como Emerson, Séneca, Cicerón, Montaigne, las obras de El nuevo
pensamiento norteamericano, y los principales autores de la estrategia, como
Sun Tsu, el Tao Te King, de Lao Tse; los Cuatro libros, de Confucio, la Escuela
legalista China, Herodoto y los nueve libros de historia, Platón y Aristóteles,
Rousseau, los 58 Ensayos de Francis Bacon, La Incógnita del hombre, de Alexis
Carrel, todas las obras de Napoleón Hill, Dale Carnegie, Benjamín Franklin y Prentice
Mulford; el Budismo Zen y otras disciplinas orientales, como el Libro de las
Mutaciones, Chuang Tse, Lie Tse y Mo ti, y su tratado del Amor. Por supuesto,
era un estudioso de los clásicos universales y de las obras de su compatriota:
Sigmund Freud, las de Alfred Adler, Carl Gustav Jung, así como los Great Books,
que engloban los 443 libros más importantes del mundo occidental y las Grandes
Ideas, obras sintetizadas por Mortimer Adler, dentro de los Great Books, que
incluye, además: La gran Conversación.
Un
pensamiento universal, tan profundo sobre todos los aspectos de la gerencia, la
economía, la psicología y las ciencias, y cultura, en general, como tenía Peter
Drucker, implica en estudio a fondo de las ciencias, filosofías, artes y
valores universales (Axiología), única manera de lograr la densidad que
caracteriza su pensamiento y obas.
La
obra de Peter Drucker: El Ejecutivo Eficaz (1966), busca desarrollar la
efectividad gerencial del ejecutivo, comenzando con el manejo del tiempo y las
prioridades. Pero, también en aprender a establecer las posterioridades, es
decir, saber postergar tareas hasta que le llegue su turno y estén de
turno.
De la extensa obra de
Drucker, deseo destacar> Las fronteras de la administración (1987),
Editorial Sudamericana, que contiene una extensa entrevista realizada a Drucker
por Tom Richman, en 1985, de la Revista Inc. Dicha obra incluye 37 ensayos
sobre temas de Economía, la Gente y la Organización, y un apéndice intitulado
La innovación social. Nueva dimensión de la Administración. Es un libro de
cabecera, por la extensa gama de temas que contiene que amplían la visión
integral de la vida y de los negocios a nivel mundial.
Dice Drucker que, una
de las cosas que aprendió a temprana edad, fue la de observar los fenómenos y
preguntarse qué significaban. Es un arte personal para desarrollar un
pensamiento original y la agudeza integral que dan densidad a la propia obra.
Drucker ha dictado
seminarios y talleres especializados en todo el mundo. Dos de ellos fueron
dictados en Madrid y Barcelona, en 1977 y transcritos en un magnífico volumen
que sintetiza la profunda sabiduría que le caracteriza, a título de ejemplos, El esfuerzo y la
eficacia, Concentración en los resultados, Conócete a ti mismo, Prioridades y
posterioridades, oportunidades y problemas, Asignación de tareas, El modelo
japonés en la toma de decisiones, Decisiones sobre el personal, Planificación y
realidad, la Actitud directiva ante el crecimiento de la empresa, la Estructura
financiera en los períodos de crecimiento, Reflexiones sobre la gran empresa,
el Papel de la Alta dirección en la gran empresa, Formación y desarrollo del
grupo directivo, los Valores materiales y el llamado hombre nuevo, Razones que
apuntan hacia nuevas transformaciones, Productividad y Crecimiento y cambios,
entre centenares más.
Hay
que destacar la longevidad de Drucker: 95 años útiles, (1909-2005), ya que,
hasta el final de su vida, se mantuvo activo, impartiendo sus enseñanzas a las
nuevas generaciones. Era oriundo de Austria, que en el siglo XX diera grandes
pensadores, algunos de ellos ya mencionados, como Joseph Schumpeter, Sigmund Freud,
Alfred Adler y otros.
Una
de sus últimas obras, un voluminoso libro intitulado Auto Management, o Cómo
manejarse a sí mismos, en uno de sus capítulos, sugiere plantearse>
1.
¿Cuáles
son mis puntos fuertes?
2.
¿Cómo
me desempeño?
3.
¿Cuáles
son mis valores?
4.
¿A
dónde pertenezco?
5.
¿Cómo
puedo contribuir?
6.
Considerar
la segunda mitad de la propia vida.
Drucker
desarrolla sus puntos de vista sobre cada uno de esos aspectos.
Deberían
ser, sus obras, libros de cabecera para todo líder y gerente de empresas, y
aplicar sus enseñanzas, además, al desarrollo de la propia vida, ya que, antes
que excelente gerente, es preciso ser una excelente persona, en todos los
ámbitos existenciales.
Adelante.
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