viernes, 14 de julio de 2023

LA MASONERÍA OPERATIVA

 


LA MASONERÍA OPERATIVA 

 

©Abg. Giuseppe Isgró C. 

 

 

Existe un mito, según el cual, una sociedad iniciática que se respete de tal, se confunde, en su origen, con el orden mismo del Universo.

Con una visión liberal, suele afirmarse que los principios contenidos en el simbolismo masónico han existido desde que se ha implantado el orden de las leyes universales. A través de las diversas épocas se han redescubierto por percepción intuitiva o inspirativa.  

La Masonería, en el planeta, nació con el primer hombre o grupos de seres humanos que por primera vez tuvieron conciencia de uno o varios principios inherentes a los valores universales.

Los símbolos constituyen un lenguaje silencioso e inalterable en el espacio y en el tiempo, con un mensaje perenne. Las verdades que contienen fueron plasmadas gráficamente, para la transmisión y la enseñanza de las nuevas generaciones.

Tomás Carlyle, expresó: -”Los símbolos guían y conducen al ser humano, haciéndolo ora feliz, ora desventurado. Por doquiera se ve él circundado de símbolos, ya los reconozca o no como tales; el universo es un Gran Símbolo del Ser Supremo; y, ¿qué es el mismo hombre, sino otro símbolo de Dios? ¿No es, por ventura, todo lo que él hace otro símbolo, una revelación hacia los sentidos de la divina y mística fuerza en él existente, una expresión de libertad que él predica como Mensajero de la Naturaleza por medio de palabras y obras? No levanta él ni una choza que no sea la representación visible de cosas invisibles, que no sea, en sentido trascendental, tan simbólica como real”.

A su vez, Albert Pike, en su carta a Gould, dijo lo siguiente: -”El simbolismo de la Masonería, que juntamente con su espíritu de fraternidad constituyen su esencia, es más antiguo que el de todas las corrientes espirituales existentes. La Masonería guarda los símbolos que, más antiguos que él mismo, inculcara Zaratustra. ¡Sublime y triste espectáculo el de nuestros antepasados que ofrecen al mundo los símbolos del Universo, antaño tan elocuentes y hogaño tan mudos y sin interpretes! Y, de esta manera, llegue a comprender -continúa diciendo Pike-, que la verdadera grandeza y majestad de la Francmasonería consiste en ser guardiana celosa de éstos y otros símbolos; y en que su simbolismo es su alma”.

A medida que mayor número de individuos fue adquiriendo conciencia de los mismos símbolos, principios y leyes universales, y a la vez los iban enseñando a otros, con inquietudes afines, se fueron formando las primeras corporaciones de constructores o artistas. En estos círculos proliferaron, en forma propicia, el estudio, el mantenimiento y las enseñanzas de los principios asimilados.

Por ser los núcleos de constructores, desde el comienzo de la humanidad, los únicos capaces de representar por medio de la pintura rupestre, de la construcción y de la escultura, los símbolos de la cultura de los diversos pueblos, estos grupos se convirtieron, gradualmente, en privilegiados por su conocimiento, y arte operativo.

Estas circunstancias del arte de la construcción, de la pintura y de la escultura, fueron convirtiendo a sus cultores en las personas más representativas de la sociedad en que convivían. 

Las grandes civilizaciones del pasado, como la Sumeria, la Egipcia, la Griega, la Romana, la India, la Etrusca, la Celta, la Azteca, la Maya, la Incaica y la Tolteca, entre otras, son mayormente conocidas, en la actualidad, por sus monumentos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos.

Ahora bien, de ahí se evidencia la característica de que, estando encerrado en dichos restos arquitectónicos, pictóricos y escultóricos, un simbolismo profundo sobre el saber antiguo, así como de los valores universales, principios cósmicos y leyes naturales, verdaderas riquezas de un saber iniciático custodiado por los maestros constructores, y sus discípulos más cercanos. Este grupo, en toda época, ha representado a una minoría selecta y elevada, con la misión de proyectar ese tesoro de sabiduría a toda la humanidad y así poder gestar la nueva edad de oro.

El lema de la masonería universal es: El estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la práctica de todas las virtudes. La condición sine que non: Ser libre y de buenas costumbres, amante de la Patria, cumplidor de las leyes del respectivo país, y amigo de los seres humanos, cuando son virtuosos. De los demás, deben ser maestros silenciosos a través del ejemplo.

Sin duda, los albañiles no estaban iniciados en el significado esotérico de los símbolos y filosofía especulativa-operativa, por ser ellos los instrumentos del trabajo más rudimentario, representando una clase menos privilegiada, más modesta. Sin  embargo, aquellos que hacían méritos suficientes, como sucede hoy en día, podían aspirar, y en efecto lo hacían, y ascendían, por etapas, a los grados de compañero y luego al de maestro constructor, donde eran iniciados en los augustos misterios, en el simbolismo y en la sabiduría de la confraternidad.

Los maestros masones operativos, eran especulativos en sus concepciones y proyectos, y operativos en sus realizaciones. Es decir, seres de pensamiento y de acción.

Después de 1717, se inicia un período de decadencia en el arte operativo, transformándose la Masonería en sociedad especulativa-filosófica.

Al haber cada vez menos iniciados en el arte operativo, se perdió gran parte del saber iniciático y esotérico, de las confraternidades del pasado, dando inicio, por lo tanto, un período de transformación para el real arte masónico.

La masonería operativa, siendo a la vez especulativa en sus concepciones y operativa en sus realizaciones, sus miembros estaban familiarizados con la filosofía y sabiduría esotérica de las corporaciones y confraternidades masónicas, mientras que, al convertirse en masonería especulativa propiamente dicha, los nuevos masones, no siendo de la profesión, dejaron de absorber íntegramente el saber esotérico especulativo interpretativo anterior y abandonaron el arte operativo por considerarlo indigno.

Los nuevos masones, continuaron, únicamente, con el estudio especulativo-filosófico, de los símbolos registrados hasta ese entonces, pero, cada vez, con una comprensión más exotérica de los mismos, perdiéndose, gradualmente, el conocimiento esotérico de los verdaderos iniciados del pasado “prehistórico” de la masonería.

Las últimas obras operativas de envergadura fueron las construcciones góticas, las cuales, al pasar de moda, hizo innecesario el trabajo operativo de los maestros constructores, por lo cual, se fue transformando en masonería especulativa-filosófica.

Aunque, es preciso decirlo, en épocas pasadas ya se aceptaban dentro de la confraternidad, a miembros que no eran de la profesión. Es de interés, también, el estudio de los grupos de constructores ajenos a la confraternidad masónica, al convertirse ésta en especulativa.

Igualmente, los albañiles continuaron sus actividades pero ya desvinculados de un saber antiguo-simbólico-esotérico, deviniendo en constructores simples de viviendas o edificios, sin ninguna relación con el antiguo arte real, quedando en su poder el uso de los instrumentos, materiales y técnicas de construcción.

Podemos darnos cuenta de la importancia y de la profundad del conocimiento que poseían los antiguos masones operativos cuando el último gran alquimista, en el siglo XX, conocido con el pseudónimo de Fulcanelli, estudiando el simbolismo encerrado en las construcciones góticas, descubrió el secreto de la transmutación alquímica, cuyo conocimiento plasma en sus dos obras: Los misterios de las catedrales y Las moradas filosofales. Empero, es más sorprendente aún su última obra, enviada a la imprenta, a una edad cercana a los 120 años, con el título: Gloria Finis Mundis, en que sintetiza su profunda visión de la realidad mundial.  

Pero, el saber antiguo, filosófico-esotérico, buscó nuevas vías de transmisión, en parte en la nueva masonería especulativa-filosófica, en parte en otras órdenes esotéricas afines, como Los Rosacruces, los Alquimistas, los Martinistas y los Ocultistas, entre otros.

Ciertas órdenes esotéricas, como los Rosacruces, han conservado las claves esotéricas del saber iniciático, y místico, que son de interés en el estudio profundo del simbolismo masónico.

Sin embargo, en el simbolismo masónico está revelada la clave operativa del arte real, la cual sólo a través de un estudio y meditación, el masón especulativo podrá descifrar, alcanzando la visión trascendental de los antiguos maestros, quienes plasmaron su saber en símbolos, cuyo significado permanece intacto para nosotros, al igual que para ellos. En esta percepción profunda de la verdad universal encerrada en el simbolismo masónico, juegan un rol importantísimo la intuición y la inspiración.

Empero, allí se encuentra un saber profundo que generaciones de masones han custodiado sin comprenderlo totalmente. Sólo unos pocos iniciados que alcanzan la iniciación masónica espiritual obtienen la conciencia cósmica capaz de hacerle percibir, intuitiva e inspirativamente, la Luz Masónica verdadera, la del auténtico simbolismo, con cuya clave realiza su propia auto-transmutación en la eterna polarización.

De esta manera, se va custodiando el saber masónico universal de época en época, donde, a pesar de entrar muchos en las logias, pocos son los que verdaderamente develan los augustos misterios esotéricos, cumpliéndose con ello el aserto: -”Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”. Solo quienes persisten tenaz y sosegadamente alcanzan a trascender el propio ego, y conectarse con la fuente universal. Allí, mediante la conexión divina, el Gran Arquitecto del Universo, por el lenguaje de los sentimientos, se deja oír en la conciencia, impartiendo la enseñanza que representan los estados y las estaciones, es decir, los valores universales del simbolismo masónico, y los respectivos grados de comprensión.

Todos, según sus niveles de conciencias, se benefician en su educación y autorrealización.

El estudio, esfuerzo y dedicación, constituyen las claves, tal como lo dijera Emerson: -”Toma lo que quieras y paga el precio”.

Según tú des a la Masonería, ella te dará a ti en Luces y Sabiduría.

La Masonería Universal es una de las más sublimes instituciones existentes en el planeta tierra y aún en la búsqueda suprema, la persona satisfará los anhelos de su espíritu. Así lo han hecho los hombres más representativos de la humanidad, en todos los ámbitos del saber humano, y actividades, a partir del año 1717, año en que se inicia su actual modalidad filosófica.

En síntesis, al quedar de lado el aspecto operativo de la masonería, centrando la atención en el aspecto filosófico, con este conocimiento de los valores universales y de la sabiduría contenida en el simbolismo del arte real, cada masón podrá ejercer en sí mismo el arte operativo masónico, para modelar al hombre perfecto, representado por la piedad cúbica, para ubicarse adecuadamente en el edificio de la gran obra universal, alcanzando el orden perfecto, en armonía con todos y con el Todo. Al hacerlo de esta manera, se habrá adquirido la conciencia de la perfecta unidad cósmica con el Gran Arquitecto del Universo, a cuya gloria cada masón realiza su labor.

Adelante.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL SIMBOLISMO DE VITRIOL

  EL SIMBOLISMO DE VITRIOL     Abg. Giuseppe Isgró C.   Se le atribuye a Basilio Valentín haber acuñado el acróstico VITRIOL, que da por res...