EL ALBA DORADA
©Abg. Giuseppe Isgró C.
En toda vida humana, existe un período que se ha denominado “La noche oscura del alma”. Esto es conocido desde antiguo y los maestros del pasado han hablado de esta situación en forma velada.
Inexorablemente, se ha de pasar por esta etapa que, constituye el período menos fácil que se enfrenta en la existencia humana. En esa intensidad característica se presenta solo una vez. Podría decirse que es la prueba más recia, en cada ciclo de vida, pero superada la misma, llega “el alba dorada”.
Las personas de éxito, en sus múltiples e infinitos grados, después de enfrentar determinados reveses, suelen encumbrarse, superando dichas etapas, alcanzando metas cuya trascendencia transforma su existencia totalmente. Es como si un sol divino iluminara el camino después de salir del túnel de la noche oscura del alma.
Allí se contempla a la persona nueva, en “el alba dorada”. Es la misma, pero transformada. Se distinguen dos fases: la de antes y la de después de la noche oscura del alma.
El autor, durante años, ha efectuado el análisis de retratos de destacados personajes de la vida científica, filosófica, política, literaria, industrial, etc., observando que, en una secuencia de fotos que cubren todo el período existencial, hasta cierta edad o etapa, no indican nada en especial. El observador llega a preguntarse: -”¿Es éste el gran genio?” Pero, se sigue adelante y aparece una foto en la que, la personalidad genial que todos conocen, se hace presente. Analizando la vida del mismo, se notará una de las dos situaciones siguientes o ambas: 1) Superó el período de la noche oscura del alma. 2) Logró la realización de su obra más importante o está en camino de realizarla. De ahí en adelante, todas las fotos indican al genio.
Como regla, se establece que, hasta que haya sido superada la etapa de la noche oscura del alma, la persona está por realizar aún su obra fundamental en la vida. Esto permite enfrentar este período con confianza y valor, por cuanto, a su término, se manifiesta el alba dorada. A partir de ahí, comienza a recorrerse el camino que conduce al cumplimiento de la verdadera misión en la vida y, una a una, con persistencia y serenidad, con conciencia y visión, con fortaleza y moderación, con sabiduría y prudencia, con justicia y armonía, con orden y equilibrio, con trabajo y compensación, con amor y humildad, con determinación y firmeza, con rectitud y tolerancia, con coraje y confianza en el Gran Arquitecto del Universo, con sinceridad y devoción, con tranquilidad y esperanza y/o expectativas positivas, con propósito definido y vocación de servicio, con generosidad y altruismo, con ánimo contento y gratitud, con luz divina y entusiasmo, se cumplirán las etapas de las obras confiadas al propio cuidado, en cada ciclo evolutivo.
Si tú pasaste ya por la “noche oscura del alma”, sabes a que se refieren estas enseñanzas pocas veces puestas al alcance del estudiante.
Si estás viviendo esta etapa o cuando ello ocurra, nada temas. Todo va bien; sigue adelante con calma y serenidad. Confía, ten valor, perdura en tu camino. En el momento oportuno aparece la Luz del Alba Dorada que iluminará el panorama existencial, volviendo todo a la normalidad, al equilibrio, a la armonía, pero más fuerte, sabiendo que ya, jamás pruebas tan fuertes, en este ciclo de vida, serán enfrentadas. Lo más duro, de la existencia, lo constituye este período. Si se supera, -y tú puedes si quieres-, lo demás será más fácil.
Si bien nadie sabe cuando se presenta la “noche oscura del alma”, -cada ser pasa por ella una sola vez en la vida-, a cualquier edad. Mientras antes, mejor, pero siempre se presenta oportunamente. Al ocurrir, es porque ya se está preparado para superarla con éxito. Pero, es un período durante el cual se requiere gran fortaleza, serenidad, persistencia y voluntad de vencer. Es impredecible saber cuanto dura, pero tiene un término y siempre llega el alba dorada, si se persiste, triunfando, en la prueba. Después, todo va mejor. Sigue con fe, valor y paciencia.
Adelante.
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