CONCIENCIA DE LA DIVINIDAD
©Abg. Giuseppe Isgró C.
Cada ser en los cuatro reinos naturales: humano,
animal, vegetal y mineral, tienen conciencia de Dios. En qué grado le perciben
depende del estado de conciencia alcanzado, en un momento dado.
Sabemos que el ser humano
le percibe de diversas maneras y de que el sentimiento de reverencia es general
tanto hacia el Ser Universal como hacia toda la Creación. Empero, la reverencia
hacia Dios es generalizada entre todos los seres de los cuatro reinos
naturales.
Sabemos, intuitivamente,
o por analogía, que el sentido de la conciencia perceptiva de Dios es constante
en todos los reinos naturales. Los seres perciben a la Divinidad aun cuando no
se dan cuenta de que lo hacen. También los animales, los vegetales y los minerales
perciben a Dios en su conciencia, por ser ésta, aun en ellos, una réplica
exacta de la conciencia de Dios.
Cómo le perciben y en qué
manera, precisa mayor grado de meditación para detectarlo. El modo universal en
que se percibe a Dios, en todos los seres de los cuatro reinos naturales, es el
de los sentimientos análogos a los valores universales.
En todos los seres late
la misma vida, y es idéntica voluntad la que determina que esa vida continúe
expresándose en cada individuo, sea mujer u hombre, animal, vegetal o mineral.
Esa voluntad, o anhelo de
vivir, generalizado en todos los seres es la expresión de la voluntad de la
Divinidad. Es la búsqueda de la expansión de la Creación haciendo tangibles los
anhelos de Dios.
Siendo esa Divinidad
perfecta en todas sus vertientes y variantes, lo es también el Espíritu de cada
ser emanado a la conciencia individual, indiviso, y sin dejar de ser la misma
Divinidad, Adquiriendo conciencia individual, en cada ser, la Divinidad, la
evolución consiste en adquirir siempre nuevos y más elevados estados de
conciencia, y no de pasar de un nivel mineral al vegetal, de este al animal y
luego al humano. Por lo menos en el Planeta Tierra es así.
Pero, siendo una y la
misma la ley cósmica en todo el universo, ese proceso es uniforme en toda la
Creación y en todos los mundos del universo.
Esto indica que la
diferencia es aparente, y que es la misma la vida que late en todos los seres.
En el rol que asume, la Divinidad, en cada ser de los cuatro reinos naturales
cumple el rol que le está asignado desde siempre en los planes cósmicos, y en
la ley cósmica. En ese rol cada ser sigue su propio camino en el eterno retorno
del ser individual hacia el ser universal.
Los infinitos grados de
conciencia, y los estados de conciencia por lo que va avanzado en la espiral
evolutiva, cada ser, son idénticos en todos los reinos naturales. Y en cada
reino natural, todo ser experimenta análoga autorrealización, dada la justicia
y la igualdad en la ley y ante la ley que rige a todos los seres.
La diferencia es
aparente, ya que en todos los seres es la misma Divinidad la que se expresa. En
ningún reino natural ningún ser animal, vegetal o mineral se cree superior a
ningún otro excepto un sinnúmero de seres en reino humano. Sólo el ser humano
se cree superior a los demás reinos naturales, o a determinado seres de
diferentes grupos étnicos o condiciones sociales.
Empero, si bien en alguna
forma ese sentimiento de superioridad puede expresarse, también, en los demás
reinos naturales, en éstos el grado de conciencia de la realidad se encuentra
libre de manipulación, por lo menos de la que se ha observado en diferentes
niveles en la historia. El aprendizaje es idéntico en todos los seres de los
cuatro reinos pese a que los roles son diferentes.
Cada ser tiene conciencia
del rol que la Divinidad ejecuta por su intermedio. Los roles de todos los
seres conforman una obra armónica, un todo universal. Un trabajo de Dios con
Dios.
La Divinidad tiene
conciencia de sí misma en cada ser en que se expresa, así como de los atributos
divinos y de los sentimientos que les son inherentes. Los reinos parecen ser
diferentes, los seres también, pero son diferencias aparentes. Lo roles son
diferentes, pero la obra final es una sola, conformando un todo. Las partes de
ese todo son diferentes, pero conforman una unidad.
La conciencia de la
Divinidad en cada ser refleja el nexo que existe entre causa y efecto. Es la
relación causal entre la Divinidad y cada uno de los seres de los cuatro reinos
naturales, en todas sus vertientes y variantes, en el eterno camino del retorno
del ser individual hacia el Ser Universal, mejor conocido como Dios.
Adelante.
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