LUZ,
EMBLEMA DE
TODAS LAS VIRTUDES
©Abg. Giuseppe
Isgró C.
-“Siendo iluminado ha sido liberado al punto
…y,
por eso mismo, ha recibido la luz”-.
Clemente de Alejandría
Posees la luz espiritual, que ilumina el camino de tu vida. El ser humano, en la objetividad del mundo exterior, busca la iniciación en la creatividad de su genio interior, con lo cual descorre el velo, dejando al descubierto la luz que constituye “el emblema de todas las virtudes y el símbolo del Gran Arquitecto del Universo”.
La persona iniciada en la sabiduría cósmica, se rodea, mentalmente, de un escudo de luz divina, –síntesis del poder de todas las virtudes y quintaesencia de los valores universales-, como fuente de energía protectora en el largo camino de la vida.
La luz ilumina el área dentro de cuyos alcances debería circunscribirse el propio radio de acción. Su extensión se acrecienta con el incremento de la comprensión de la vida y sus leyes universales.
El adepto, -o la adepta-, después de su triple recorrido simbólico de occidente a oriente, al término de la iniciación recibe la luz. La iluminación interior se irradia en todos los actos de la vida, dándole el verdadero sentido de la comprensión universal a los hechos sometidos a su consideración y enfoque, a partir de entonces.
La luz es el símbolo del poder supremo del universo, síntesis de la visión de todos los valores universales, expresados en el ser humano como prácticas de todas las virtudes, -ética cósmica-.
Permite, al ser humano, tener la visión interna y guía espiritual que imprime sentido direccional a la vida.
La luz divina permite percibir lo que conviene a cada quien y en el momento oportuno ilumina el camino a seguir.
Es preciso prestar atención a la manifestación de la luz que guía en cada etapa existencial, la cual aparece oportunamente. Atiende su aparición con confianza. Su presencia es constante. Aprende a reconocerla y seguirla cada día mejor.
Mantén la certeza en que, sea lo que fuere que la vida te tenga reservado, siempre será en pro de tu evolución.
Enfoca la luz de tu inteligencia y entendimiento, –bajo la égida de la visión de los valores universales-, hacia el lugar donde te encuentras y después, hacia donde quiere ir. Acto seguido, dando un paso a la vez, se superan las etapas y se recorre el trayecto hasta llegar a la apreciada meta.
Centrando la propia luz en cada paso, se avanza con seguridad. Si aun así cayeras, levántate con mayores bríos y sigue tu camino con confianza, valor, tenacidad y determinación de vencer. El triunfo será tuyo.
A medida que la luz del espíritu se hace más intensa y radiante, el camino se ve mejor y podrás recorrerlo con mayor certidumbre y seguridad.
Dirigiendo la luz desde donde estás hacia donde das el siguiente paso, siempre en dirección de la meta final, habrás dominado el más poderoso secreto de cómo aplicar, funcionalmente, la luz que ilumina y guía, en el camino de la vida.
Canaliza la luz del Gran Ser Supremo a través de la práctica de todas las virtudes y alcanza cada vez más y mejores niveles evolutivos –estados de conciencia- en el eterno presente. Éxito.
Adelante.
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