domingo, 19 de marzo de 2023

LA HISTORIA Y LAS REGLAS MORALES

 




LA HISTORIA Y LAS REGLAS MORALES

  

©Abg. Giuseppe Isgró C.

 

  

El estudio de la historia aporta materia de que hablar, además de ser una maestra de vida que amplía la visión, la comprensión y la capacidad realizadora.

 El estudio de las normas morales, y las del Derecho positivo, además de las sanas costumbres de cualquier lugar en que se viva o conviva, enseñan cómo comportarse.

 La cultura clásica, en general, y la inherente a cada país, es un bagaje que facilita que la vida sea, además de más agradable, más útil por la visión que aporta, por la comprensión que facilita y por la capacidad de hacer, o de dejar de hacer, que permite por medio de las decisiones juiciosas y basadas en el sentido común.

 Decía Confucio que, la persona noble práctica nueve reglas como disciplinas de vida:

 1) -"Procura instruirse con todo lo que observa". 

Los grandes aprendices no precisan que les digan nada para aprender. Le basta observar cómo lo hacen los demás. Esto me decía Domingo Romano, un egregio napolitano, hace ya muchos años. Ese había sido su método predilecto de aprendizaje. Para él todo era enseñanza.

 2)-"Deduce alguna enseñanza de todo lo que oyes"-. 

Hay que escuchar más atentamente lo que nos dicen nuestros interlocutores, para comprender el mensaje que trasmiten, sus necesidades, deseos y anhelos, así como deducir el carácter o intención que les anima en sus propósitos. Muchos, hablando enseñan más de lo que llegan a imaginar.

 3) –“Mantiene, siempre, una actitud serena y digna”.

 La serenidad es señal de autodominio y quien se domina a sí mismo domina cualquier otra cosa con la que se interrelaciona. Implica visión clara de las cosas, comprensión de las circunstancias inherentes, madurez y dignidad. La dignidad es sinónimo de elevada autoestima, de estados de conciencia esclarecidos en estaciones existenciales de alto grado de evolución. Dignidad personal implica autoconocimiento, autoimagen positiva, autoaceptación, auto respeto y amor, en primer lugar, a sí mismo. Quien se auto conoce, en determinado grado, tiene buena autoimagen y se acepta a sí mismo tal como es, aunque siempre se desea mejorar, además se respeta a sí mismo y se ama, puede apreciar a los demás, respetarle y amarle.

 4) –“Habla con sinceridad y se fiel a tus promesas”.

La sinceridad da autenticidad. El cumplimiento de las propias promesas, credibilidad. Autenticidad y credibilidad constituyen una riqueza de incalculable valor, abren puertas y generan apoyo en todos los ámbitos existenciales. Es mejor ser que aparentar; es mejor dejar de prometer cuando no se desea cumplir, que hacerlo por no saber cómo decir no, o por vergüenza. Vergüenza da cuando se es agarrado en actos de falsedad y se incumplen promesas dadas. Siempre se paga un costo muy elevado que es preciso evitarlo.

 5) –“Gana el respeto de otros mediante los propios actos”. Esto sólo es factible hacerlo mediante la realización de actos justos y perfectos. La justicia debe regir los pensamientos, sentimientos, palabras y actos. La acción debe estar sujeta a rectas decisiones, propósitos virtuosos, palabras armoniosas, rectos medios de sustentamiento de vida, es decir: honestidad; esfuerzo suficiente, con atención y concentración de energía, recursos y trabajo en una cosa a la vez por prioridades de objetivos y resultados.

 6) –“No se avergüenza de preguntar a los demás”.

 Nadie lo sabe todo. Preguntar a los demás cuando se ignora algo es un medio efectivo de aprendizaje. Pero, hay que elegir bien a quien se pregunta, evitando preguntar aquellas cosas cuya respuesta ya se conoce. Como dijo un personaje relevante que conocí muy joven, cuando le antepuse dos veces la misma pregunta, camuflada, al no quedar satisfecho con la primera respuesta: -“No preguntes lo que ya sabe”. Lo que hay que hacer con la respuesta es un asunto particular de quien formula la pregunta. Es preciso dejar de importunar al interlocutor que ha dado la respuesta según sus aptitudes. El arte de preguntar, al estilo de la mayéutica socrática, es capaz de hacer parir ideas. Empero, hay que aprender a preguntar a la propia mente en estado de meditación. Siempre se obtiene la respuesta si se presta la atención debida, de dónde menos se espera: Intuición, inspiración, circunstancias que van emergiendo, comentarios de personas que hablan de cosas por aparente casualidad, y tantas otras situaciones que cada quien experimentará por sí mismo, si presta la debida atención.

 7) –“Reprime sus movimientos de cólera o ira”.

 La calma imperturbable, la impasibilidad, la tranquilidad de ánimo, conservan el autodominio y el dominio de todas las situaciones. Evita el desgaste innecesario de energía, la impaciencia y, al mismo tiempo, se aclara la mente. Con mente clara, se ven mejor las cosas, en su exacta dimensión y objetividad.

 8) -”No acepta nada que no sea justo”.

 La persona noble no desea nada que no le pertenezca por prop0ios méritos y que no le corresponda con estricto sentido de justicia. Siempre hay que pagar un precio por las cosas que anhelamos. Es mejor pagarlo oportunamente, por propia iniciativa, o abstenerse de anhelar lo que no se anhela asumir el costo: en dinero, tiempo, trabajo, dedicación, y un largo etcétera.

Un tema para seguir meditando.

 Adelante.


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