LA HISTORIA Y LAS REGLAS MORALES
©Abg. Giuseppe Isgró C.
El estudio de la historia aporta
materia de que hablar, además de ser una maestra de vida que amplía la visión,
la comprensión y la capacidad realizadora.
El estudio de las normas
morales, y las del Derecho positivo, además de las sanas costumbres de
cualquier lugar en que se viva o conviva, enseñan cómo comportarse.
La cultura clásica, en general,
y la inherente a cada país, es un bagaje que facilita que la vida sea, además
de más agradable, más útil por la visión que aporta, por la comprensión que
facilita y por la capacidad de hacer, o de dejar de hacer, que permite por
medio de las decisiones juiciosas y basadas en el sentido común.
Decía Confucio que, la persona
noble práctica nueve reglas como disciplinas de vida:
1) -"Procura instruirse con
todo lo que observa".
Los grandes aprendices no precisan que les digan
nada para aprender. Le basta observar cómo lo hacen los demás. Esto me decía
Domingo Romano, un egregio napolitano, hace ya muchos años. Ese había sido su
método predilecto de aprendizaje. Para él todo era enseñanza.
2)-"Deduce alguna enseñanza
de todo lo que oyes"-.
Hay que escuchar más atentamente lo que nos dicen
nuestros interlocutores, para comprender el mensaje que trasmiten, sus
necesidades, deseos y anhelos, así como deducir el carácter o intención que les
anima en sus propósitos. Muchos, hablando enseñan más de lo que llegan a
imaginar.
3) –“Mantiene, siempre, una
actitud serena y digna”.
La serenidad es señal de
autodominio y quien se domina a sí mismo domina cualquier otra cosa con la que
se interrelaciona. Implica visión clara de las cosas, comprensión de las
circunstancias inherentes, madurez y dignidad. La dignidad es sinónimo de
elevada autoestima, de estados de conciencia esclarecidos en estaciones
existenciales de alto grado de evolución. Dignidad personal implica autoconocimiento,
autoimagen positiva, autoaceptación, auto respeto y amor, en primer lugar, a sí
mismo. Quien se auto conoce, en determinado grado, tiene buena autoimagen y se
acepta a sí mismo tal como es, aunque siempre se desea mejorar, además se
respeta a sí mismo y se ama, puede apreciar a los demás, respetarle y amarle.
4) –“Habla con sinceridad y se
fiel a tus promesas”.
La sinceridad da autenticidad.
El cumplimiento de las propias promesas, credibilidad. Autenticidad y
credibilidad constituyen una riqueza de incalculable valor, abren puertas y
generan apoyo en todos los ámbitos existenciales. Es mejor ser que aparentar;
es mejor dejar de prometer cuando no se desea cumplir, que hacerlo por no saber
cómo decir no, o por vergüenza. Vergüenza da cuando se es agarrado en actos de
falsedad y se incumplen promesas dadas. Siempre se paga un costo muy elevado
que es preciso evitarlo.
5) –“Gana el respeto de otros
mediante los propios actos”. Esto sólo es factible hacerlo mediante la
realización de actos justos y perfectos. La justicia debe regir los
pensamientos, sentimientos, palabras y actos. La acción debe estar sujeta a
rectas decisiones, propósitos virtuosos, palabras armoniosas, rectos medios de
sustentamiento de vida, es decir: honestidad; esfuerzo suficiente, con atención
y concentración de energía, recursos y trabajo en una cosa a la vez por
prioridades de objetivos y resultados.
6) –“No se avergüenza de
preguntar a los demás”.
Nadie lo sabe todo. Preguntar a
los demás cuando se ignora algo es un medio efectivo de aprendizaje. Pero, hay
que elegir bien a quien se pregunta, evitando preguntar aquellas cosas cuya
respuesta ya se conoce. Como dijo un personaje relevante que conocí muy joven,
cuando le antepuse dos veces la misma pregunta, camuflada, al no quedar
satisfecho con la primera respuesta: -“No preguntes lo que ya sabe”. Lo que hay
que hacer con la respuesta es un asunto particular de quien formula la
pregunta. Es preciso dejar de importunar al interlocutor que ha dado la
respuesta según sus aptitudes. El arte de preguntar, al estilo de la mayéutica
socrática, es capaz de hacer parir ideas. Empero, hay que aprender a preguntar
a la propia mente en estado de meditación. Siempre se obtiene la respuesta si
se presta la atención debida, de dónde menos se espera: Intuición, inspiración,
circunstancias que van emergiendo, comentarios de personas que hablan de cosas
por aparente casualidad, y tantas otras situaciones que cada quien
experimentará por sí mismo, si presta la debida atención.
7) –“Reprime sus movimientos de
cólera o ira”.
La calma imperturbable, la
impasibilidad, la tranquilidad de ánimo, conservan el autodominio y el dominio
de todas las situaciones. Evita el desgaste innecesario de energía, la
impaciencia y, al mismo tiempo, se aclara la mente. Con mente clara, se ven
mejor las cosas, en su exacta dimensión y objetividad.
8) -”No acepta nada que no sea
justo”.
La persona noble no desea nada
que no le pertenezca por prop0ios méritos y que no le corresponda con estricto
sentido de justicia. Siempre hay que pagar un precio por las cosas que
anhelamos. Es mejor pagarlo oportunamente, por propia iniciativa, o abstenerse
de anhelar lo que no se anhela asumir el costo: en dinero, tiempo, trabajo,
dedicación, y un largo etcétera.
Un tema para seguir meditando.
Adelante.
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