DOS CAMINOS
©Abg. Giuseppe Isgró C.
Escudero, -dice Hidalgo:
Hay sólo dos caminos: el correcto, es decir, la vía recta, que es la más
corta para llegar a la verdadera meta, más allá de las apariencias, y la otra,
la incorrecta, la tortuosa, que no conduce a la meta asignada por el orden de
las cosas, y que, más bien, aleja de ellas, saliendo del orden natural de los
valores, y en forma esencial, de la justicia inherente a todas las cosas.
Los primeros, cosechan gloria inmortal, en el decir de Homero, y de
Simón Bolívar, El Libertador, -el hombre que lo dio todo para la Independencia
de Latino-América. Los segundos, al alejarse de la línea recta, de los valores
y del sentido de la justicia, cosecharán oprobio y el repudio de sus
contemporáneos, y la historia los olvidará, como olvidó a incontables que han
sido azotes para la humanidad y que hoy ni siquiera se quiere pronunciar sus
nombres.
A qué tantos afanes para estar indebidamente en el poder cuando en forma
mayoritaria nadie le quiere. ¿Por la fuerza? Si fuera posible lograrlo, ¿qué
méritos tiene? El día que hagan conciencia, la vergüenza que experimentarán no
le hará encontrar ningún hueco donde esconderse.
Gente con poca dignidad quiere abrogarse el derecho de gobernar usando
subterfugios que a nadie escapa la indignidad del acto, cuanto menos a la
Divinidad. Esto ocurre a nivel mundial, no solo en un país determinado.
Mientras más errores se cometan de este tipo, más éstos les acercan a su salida
del escenario de una manera poco honrosa. Gobernar en forma indebida, puede
alguien imaginar que no recibirá, oportunamente, la lección de la vida, que le
hará experimentar en carnes propias, la lección que precisa: HAY QUE RESPETAR.
Y esto del respeto va con todos, hasta con aquella persona indigna que en un
edificio, estorbándole la presencia de un gatito, le coloca comida envenenada,
para despacharlo a mejor vida. Son actos cuyo nombre que merecen, nosotros no
lo pronunciamos, porque, cualquier cosa que digamos de ellos, le haríamos un
favor, ya que son incalificables, y cualquier calificación le beneficia.
Hay países que, como Venezuela, ha demostrado madurez política y no ha
caído en provocaciones para utilizar acciones que trasciendan la vía pacífica.
Siempre Venezuela ha superado sus horas menguadas y menos fáciles. Todos los
líderes venezolanos, con sus aciertos y sus errores, han demostrado amor por
Venezuela, y honrado la historia. Y la historia, que se repite, una y otra vez,
demostrará una vez más, que está cerca su dorado amanecer, después de esta
noche oscura, porque es ley de vida que así sea. Venezuela está destinado a ser
uno de los mejores países del mundo, no una granja de unas pocas personas que
equivocaron el camino y que, el orden natural de las cosas, ubicará en su
verdadera realidad, donde, por sí mismos, beberán la sopa de su propio
chocolate para que vean a que sabe, a ver si le gustará lo mismo que han hecho
tomar a otros. Esto, porque siempre ha sido así, es ley de vida, y ésta se hace
cargo, silenciosamente, de hacer justicia, y nadie se entera de ello, porque la
naturaleza no hace alardes.
Es bueno tener presente, que hacer el bien es mejor que lo contrario,
porque el bien y el mal que se haga regresa a cada quien que sea su ejecutor.
Las nuevas generaciones deben ser educadas en los valores, para que no
se repitan acciones que deben ser olvidadas, para que no haya nadie que quiera
emularla como un ejemplo. Solamente deben ser recordados los actos ilustres,
dignos, ejemplares, cuya emulación dignifica.
No vaya a creer nadie que Venezuela está desprotegida, o cualquier país
del mundo donde ocurran, temporalmente, cosas cosas que jamás debieron haber
ocurrido, pero así es la vida, ocurren y basta, hay que asumirlas. Pero, el
orden superior de las leyes divinas, inspirará las acciones heroicas que
volverán a gestar la Gran Patria de Bolívar, de Páez, Sucre, Miranda, Andrés
Bello, Uslar Pietri, Carlos Andrés Pérez, y tantos otros.
Enviemos un pensamiento de paz constante a la humanidad del planeta
tierra, y sobre todo, con el ejemplo, sembremos cada quien, los valores que
ayuden a gestar la realidad anhelada por la gente de conciencia más lúcida y
elevada. Hasta por esos infelices que andan por los caminos torcidos, hay que
enviar una bendición, para que la divinidad les ilumine y les haga rectificar a
tiempo, soltando lo que no les es inherente y oportuno, porque ellos, sin darse
cuenta, están cavando más hondos el pozo del que le costará más tiempo, luego,
al hacer conciencia, salir, reivindicándose. Aún estos individuos, en los
planes de Dios, tendrán la oportunidad de reivindicarse, pero, cuándo
experimentarán para depurarse, pero, en los planes de Dios, el tiempo siempre
está presente, y es eterno, deberán rectificar y lo harán, tarde o temprano.
Cuando la luz divina de los valores universales penetre en la conciencia de
cada ser, tendremos un mundo mejor. Así sea.
Adelante.
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