A LAS BUENAS
©Giuseppe Isgró C.
Decía Bias, El Prienio, uno de los siete sabios de la antigua Grecia: –“Toma lo que te dan a las buenas, no a las malas”.
La persona digna, de elevada auto-estima, no quiere obtener ninguna ganancia de nadie que no la pague con buena voluntad. Esto significa que no hay que prestar servicios a quienes no tienen disposición de pagar lo que ellos valen.
Alguien que no desea pagar lo justo del propio bien o servicio, no debe gozar de él por el influjo de la presión ejercida sobre él; al final se la ingeniará para dejar de honrarlo. Tan pronto se detecte que no existe disposición de reconocer lo que valen los propios servicios, hay que dejar de hacer el trato. Donde no hay no se puede sacar, dice el aserto popular. Esto empieza por la disposición mental.
Los tratos deben ser de mutuo consentimiento entre las partes, donde cada quien da el aporte que le corresponde, uno el bien o servicio, el otro, el dinero, o pago respectivo, en la forma acordada.
Si se incurrió en error negociando con alguien que no quiere honrar su compromiso, no se caigas en la trampa de seguir litigando con él; ya perdiste al negociar una vez, ahora, aunque perdiendo, debe liberarte, no involucrándote en pleitos que a nada conducirán. Como antes fue dicho, donde no hay nada no se puede sacar. Olvídate de ese caso, déjalo en manos de la justicia divina, y sigue adelante, centrando la atención en la nueva oportunidad que te aportará la compensación suficiente, de donde menos lo piensas y esperas. No ejerzas presión excesiva para obtener algo, de la forma que sea, debe ser suficiente la solicitud digna, algo tolerante y oportuna, en una negociación de mutuo consentimiento, para obtener lo que a cada quien le corresponde. En el momento en que debe ejercerse fuerza indebida para lograr algo, es como el fruto que, por la forma en que se obtuvo, al comerlo deja un sabor amargo en la boca. Rebajarse al nivel de la eventual ausencia de la dignidad, en la parte opuesta, para obtener algo se hace en detrimento de la propia dignidad personal.
Si alguien por las buenas, con trato digno, no cumple su parte en los tratos, hay que deshacerlos y liberarse dignamente de los mismos. Si se pierde una vez, sirve de aprendizaje para ser más prudente la siguiente. Empero, como decía Ralph Waldo Emerson, -“Todo acto tiene en sí mismo su propia compensación”.
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