LA PROBIDAD
©Abg. Giuseppe Isgró C.
Solón, El Ateniense, dijo:–“Ten por más fiel la probidad que el juramento”:
La probidad es una demostración de la honradez de cualquier persona que honra los sentimientos de lealtad por la gran confianza que se le depositó al delegarle determinadas funciones de poder.
Se demuestra, también, en la fidelidad de las relaciones afectivas, o de amistad o en las interrelaciones profesionales éticas.
El juramento, hoy en día, no tiene la relevancia de épocas pasadas; son los actos lo que dan fe del valor de una persona. Hay una regla de oro de estricto cumplimiento:
Si se tiene duda de la persona con la cual se va a realizar un trato, vaya a cumplirlo, hay que abstenerse. Siempre se perciben señales inequívocas que así lo indican.
Es preciso leer en la conciencia de la persona; allí se puede detectar si es una persona de valores sólidos o de dudosa naturaleza. Hasta en una negociación de un toma y dame, las personas mañosas, constituyen un riesgo que es preferible evitar.
La experiencia indica, salvo raras excepciones, que si una persona falla una vez, se debe abstener de realizar nuevos tratos con ella.
Otra regla dorada: Si alguien se equivocó negociando con la persona inadecuada, debería aceptar esto como un aprendizaje, ya que esta experiencia le prepara para evitar casos análogos o de mayor envergadura, en el futuro.
Se desaconseja involucrarse en acciones legales en contra de gente poco convenientes, ya que donde no hay no se puede sacar. Algunas veces dar a pérdida el resultado de una negociación que jamás debió haberse realizado, podría significar el no incurrir dos veces en el mismo error, es decir, poner dinero bueno, y tiempo, en un negocio que ya demostró ser poco favorable.
Libérese y dispondrá de tiempo y paz mental para ocuparse de actividades que aporten óptimos beneficios para las partes involucradas. Esto vale en los negocios y en las relaciones humanas de toda índole.
Adelante.
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