viernes, 14 de julio de 2023

EL TAO

 


EL TAO

 

©Abg. Giuseppe Isgró C.

 

 

Lao Tse, -siglo VI a.n.e.-, dijo: -“El Tao que puede nombrarse no es el Tao”.

Luego, agrega: -“La sustancia del Mundo es solo un nombre para el Tao y Tao es todo lo que existe y puede existir”.

-¿Qué significa esto?

-Al darle un nombre, al Tao, -¿qué es lo que estaríamos haciendo?

Lógicamente, objetivando el conocimiento.

Lo que implica ubicarse en el nivel objetivo de la percepción, con lo cual se buscaría aprehender el infinito con los sentidos finitos, y esto es virtualmente imposible, por eso, Lao Tse, expresa, con seguridad y en términos absolutos, -”El Tao que puede nombrarse –a nivel objetivo- no es el Tao”, es decir, en sus dimensiones totales, sino una expresión parcial, objetiva, un lado solamente de la realidad que tiene infinitas vertientes-.

El Todo sólo puede percibirse, por grados, en la conciencia intuitiva, o, por  inspiración.

El espíritu, emancipado de los sentidos físicos y de la conciencia objetiva, adquiere un estado expandido de conciencia, de acuerdo a su nivel evolutivo.

Por eso, Lao Tse, afirma: -“El Tao que puede nombrarse, -o conocerse- no es el Tao”-, -es decir el Todo existente o “que puede existir”-, sino una percepción parcial y limitada; empero, eso es todo lo que puede percibirse, en un momento dado, y hacerlo, de acuerdo a la máxima capacidad temporal, es lo que hay hacer.

Tener conciencia de que hay algo más, implica prepararse para percibirlo, por grados, pero, cada uno permite ver la vía a seguir de la siguiente etapa y lo que contiene.

Se es el caminante y el camino, a la vez, que conduce al Tao, es decir, al Todo infinito y siempre encontraremos un más allá, si no, -¿qué habría después del límite?

Cualquier cosa que exista conduce a un infinito sin límites por cuanto el Todo es lo que existe y puede existir y el Universo  está en constante Creación y expansión y cada nuevo ascenso en la espiral evolutiva permite ver más lejos y descubrir algo más que en el nivel anterior.

Lao Tse, lo da a entender cuando expresa: -“El Mundo es solo un mapa de lo que existe y puede existir”.

Además, señala: -“Las experiencias externas sirven para sentir el Mundo y  las experiencias internas, para comprenderlo. Los dos tipos de experiencia son lo mismo dentro del Tao; son diferentes solo entre los hombres. Ninguna experiencia puede contener al Tao el cual es infinitamente más grande y más sutil que el Mundo”-.

Lo anterior permite percatarse del sentido intuitivo de la comprensión del Tao que puede conocerse y del grado infinito que queda por conocer en el eterno presente, pero, de esa inmensidad lo único que se puede percibir es su nivel infinito, empero, tener conciencia de lo que eso implica será el móvil que  habrá de estimularnos hacia delante en la senda evolutiva y siempre habrá algo más y es lo que hace atractiva la vida.

El ser ha sido dotado de un espíritu eterno e inmortal y con un potencial infinito, eternamente por desarrollar.

Hacia atrás, existe una eternidad sin límites, es decir, existió siempre.

-¿Qué niveles de progreso habrán alcanzado los millones de mundos existentes en los billones de galaxias que nos preceden en el camino?

Cuando alcancemos el nivel que ellos ahora poseen, estarán una eternidad por delante, con lo cual, todo lo que descubramos, en el eterno presente, ya existe, porque lo han realizado en esa inmensidad de mundos más adelantados que solo la imaginación –que es la visión del espíritu- permite vislumbrarlo apenas, lo que vendría a ser como estudiar el pensum eterno de una universidad cósmica; empero, dada la facultad creadora con la que el ser humano ha sido dotado, por el Creador Universal, –en igual magnitud de la que Él posee, potencialmente hablando, y siendo cada quien un instrumento de Su Voluntad, expresará Todo lo ahora existente, y lo que puede llegar a existir, dándole su propia impronta.

El universo es ya un experimento realizado en infinidad de grados, por lo cual, cualesquiera sean los enigmas a los cuales habremos de enfrentarnos, ya han sido resueltos y lo que queda es descubrir –intuitivamente- el conocimiento existente, de acuerdo a la propia esfera mental, según la conciencia de lo que se ignora y anhela conocer, sobre cuya base ir realizando la cuota personal de la Gran Obra, en el eterno presente.

Adelante.

 


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