SUPRIMIR LA DUDA,
DESPUÉS
DE LA DUDA,
O,
¿DUDAR DE TODO Y DE TODOS?
©Abg.
Giuseppe Isgró C.
Poesía
de juventud, si a esto poesía llamar se puede.
Dedicado al Profesor José Ramón Rodríguez Bello, uno de los oradores más excelsos que he conocido, cuando en el lejano año 1968, en el tercer año de Bachillerato, en el Liceo Tomás Alfaro Calatrava, frente a la hermosa bahía de Puerto La Cruz, me instó a escribir en prosa, y no poesía, y si decidía hacerlo en ésta, que fuera en verso libre.
Gracias a él decidí escribir en prosa, y dejar de lado la poesía, salvo contadas ocasiones, y si hoy rescato estas escrituras de mi temprana juventud, no es por su valor poético, que seguramente no tienen ninguno, como cultivo del arte dejado de lado, indispensable para la perfección siempre relativa, sino para descubrir como pensaba aquél joven, que, afortunadamente, le gustaba expresar sus ideas por escrito, y las conservó en el tiempo, pensando que un día, a él mismo le gustaría leerlas, por la razón que fuere. Pero, la reflexión de sana especulación filosófica sigue ad infinitum, y en el futuro, el hombre maduro de hoy seguirá siendo, en comparación, como aquél joven que le gustaba escribir, lo que él creía poesías.
1
31-10-1971
Aquél
joven, en la tardía noche, reflexionaba:
Suprimir
la duda
que
constante
introducir
intenta
confusión
al Espíritu,
es
arte arduo de conquistar.
Pero,
el Espíritu que positivo piensa
la
duda desecha,
y
la luz libre se manifiesta
cual
faro seguro
que
a lo lejos brilla.
Suprimir
la duda
es
necesidad imperante.
2
11-01-1972
Después
de la duda, poco después,
aquél
joven sigue la reflexión:
Después de la duda
nace
la certeza,
la
firmeza llega
cual
ideal sublime.
La
duda que largamente agobia,
inquietudes
siembra,
acciones
engendra,
luces
encender hace,
cuando
esclarecido el pensamiento
el
vuelo libremente emprender logra.
Después
de la duda,
nace
la confianza.
se
alegra el pensamiento
de
sentir intenso
del
vivir, deseo.
3
11/04/2019
O
¿DUDAR DE TODO, Y DE TODOS?
Para
ver más allá de las apariencias,
y
observar las cosas tal como son,
al
estilo de los antiguos Epoptas,
es
preciso dudar de todo y de todos
para
cerciorarse si los pensamientos, sentimientos,
palabras
y actos, se encuentran enmarcados,
con
desapego, dentro de los parámetros de los valores.
Hasta
el más inocente y fervoroso amigo,
con
buena fe podría inducirnos a cometer errores,
ya
que no todos dominan el arte de pensar,
con
discernimiento, y sin erróneas matrices de pensamiento
asumiendo,
convencidos, como verdades absolutas
que
no son tales, como es normal que así sea,
ya
que el progreso no tiene límites
y
sigue siempre hacia adelante.
¿Se
ha detenido a pensar usted, que en el mundo
mucho
interés existe para que no se dude,
de
falsas verdades, que los son desde que nacieron,
por
afán de falso poderío de la índole que fuere?:
Científico,
político, espiritual, histórico, de progreso,
o
de lo que sea, aún de seres muy cercanos,
ya
que el enemigo no suele ser el lejano ser.
Entre
quienes están más cerca, se le encuentra,
precisamente, por
querer mantener las certezas:
de
un amor que no es sólido,
de
una creencia que no es verdadera,
de
un ser humano que los políticos no sabrían
que
hacer con él, si su potencial desarrollara,
o
los líderes espirituales, que mantienen a la humanidad,
de
mutuo acuerdo entre todos ellos, o las mayorías,
en
falsas ideas que la sana crítica no aprobaría.
Es
allí, que, en reuniones privadas, grupos de poder
acuerdan,
a la humanidad encasillada mantener,
desestimulando
su capacidad de discernimiento,
el
verdadero, el que la duda auténtica estimula,
la
que permite ver más allá de las apariencias.
¿Por
qué cree usted que destruyeron
la
biblioteca de Alejandría, la de Córdoba,
y
tantas otras, y muchos libros dejan de circular,
o
los quitan de la circulación si alguien osa publicarlos,
y
tantos manuales de estilo prohíben mencionar,
un
sinnúmero de términos que abren puertas a la duda,
a
la reflexión y a la sana especulación filosófica?
Muchos
de los grandes descubrimientos
de
los siglos XIX y XX, que emanciparon a la humanidad
del
oscurantismo medieval, que había hecho olvidar
la
ciencia y la cultura clásica de la antigua Grecia;
que
el humanismo y el renacimiento hicieron recordar.
Luego,
el oscurantismo se impuso, nuevamente,
con
férrea inquisición, el mismo año
del
descubrimiento del Nuevo Mundo.
En
América se destruyó todo lo que contradecía
la
antigüedad del mundo anterior al año 4.002 a.n.e.
Hoy
la Arqueología indica que más de 15.000 años tienen
sus
magníficos monumentos, y que las grandes pirámides
y
la Gran Esfinge, de Egipto, más de 40.000 u 80.000 años,
mínimos, parecieran
tener.
Surge
una pregunta, o nueva duda: En épocas pasadas,
grandes
civilizaciones han sido destruidas,
una
y otra vez, por la inconsciencia o incompetencia,
de
los líderes de turno, por una parte.
Empero,
¿y si se tratara de efectos kármicos activados
por
causas de inmoralidad colectiva, como la que hoy
pareciera
envolver al mundo, con aparente naturalidad?
La
Atlántida, Lemuria o Mu, ¿y, quién sabe cuántas más
civilizaciones,
por el afán de poder desmesurado,
han
colapsado una y otra vez? Sin duda alguna,
existe
una ley de causa y efecto, de acción y reacción,
de
siembra y recogida, de karma y vipaka, que rige en todo.
O,
¿acaso pueda creerse que no existe una vigilancia cósmica,
que
aplica los correctivos inherentes, oportunamente?
¿Es
posible, y factible, burlar a la Ley cósmica?
La
perspectiva desde la visión del inmenso universo
dejaría
obsoletas la mayoría de las creencias,
o
falsas verdades, que a todos inculcan
desde
la tierna edad. ¿Por qué no se desarrolla
en
mayor grado, corrigiendo lo que debe serlo?
Estimular
el estudio, la reflexión y la absorción de los valores,
como
guía de vida, para crear la nueva edad de oro,
es
necesidad imperante. Los grandes utopistas: Aldous Huxley,
Henry
Poicaré, H. G. Well y George Bernard Shaw:
la
perciben muy lejana: año 30.000 d.n.e.
Los
que silenciaron a Sócrates, y luego a incontables otros,
en
el milenio del oscurantismo medieval,
creyendo
tapar el sol con un dedo, aún están allí,
con
otro ropaje, y métodos más solapados.
Distinción
no hay del color político,
o
inadecuada espiritualidad, ya que,
detrás
de los unos están los otros, apoyándose,
para
mantener las cosas como están.
Que
en el granero del mundo, falte el alimento,
el
techo, el trabajo, la educación verdadera,
en
los valores, o que alguien sea extranjero
en
alguna parte del planeta tierra, o que en el siglo XXI,
en
los países “más avanzados” se discrimine
por
el color de la piel, por el lugar de nacimiento,
al
norte, o al sur, en el oriente u occidente,
en
el viejo o en el nuevo mundo,
tal
no debe ser el plan de la naturaleza.
Y
luego, el riesgo que corre el planeta,
de
ser destruido por el hombre,
que
tanto estragos produce por sus afanes,
económicos,
o de otra índole,
o
intereses de grupos de poder,
que
dejan de cooperar a la emancipación
del
hombre, del aún oscurantismo medieval.
Entonces,
uno en sus reflexiones se pregunta:
¿Qué
harían los líderes del mundo si el ser humano
alcanzara
su libre desenvolvimiento?
¿Cómo
le controlarían?
Hagamos
un análisis del mundo:
¿Qué
observamos?
¿Qué
juventud tenemos hoy?
¿Cuál
será la humanidad dentro de cuarenta años?
O,
¿en cien, quinientos, o mil años?
¿En
qué grado se habrán elevado sus estados de conciencia?
La
nueva edad de oro está lejos aún, ya se dijo;
los
utopistas antes mencionados tienen razón.
También
la tenía el antiguo autor,
del
salmo 105, al hablar de mil generaciones
para
la emancipación del hombre.
Treinta
mil años, menos los tres mil
que
han transcurrido, se verá alguna diferencia notable,
en
torno al año 27.000 de nuestra era, en adelante.
Mucho
tiempo por delante; empero, hay que ser realistas,
¿para
qué engañarse? Los líderes del futuro
deber
ver lejos, en el espacio y en el tiempo.
¿Quién
puede imaginar la humanidad
que
se gestará en la nueva edad de oro?
Nada
se parecerá a lo de ahora.
Muchas
cosas deben cambiar, y lo harán,
en
tiempo oportuno.
Pero,
la noche pasa, llega el dorado amanecer.
Como
lo mencionaba Louis Pauwels, en la revista Planeta,
por
los años setenta del siglo XX:
Incontables
Renacimientos como el de los siglos XV y XVI
nos
esperan, en iguales noches oscuras,
hasta
alcanzar el alba dorada definitiva,
en
el planeta tierra.
Pero,
existe la certeza absoluta, si tal cosa cabe,
que
la duda destierra; la Edad de oro soñada,
en
el mundo en que se vive, un día llegará:
en
torno al año 30.000 de nuestra era.
Si
un mundo mejor queremos, debe, cada quien, para crearlo,
mejorarse
a sí mismo, dudando de todo y de todos, innovando,
hasta
encontrar el camino verdadero, el recto,
del
que hablara Lao Tse, Sidharta Gautama, Gandhi y Tagore,
que
erradique la insatisfacción y restablezca el orden cómico:
La
paz en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales.
Se
puede lograr por el amor y la justicia, la vergüenza y la dignidad,
el
respeto y la amistad, y los demás valores esenciales.
Todos
quienes ahora contribuyen al estado de cosas,
tal
como están, ¿en cuántas vidas deberán volver
para
enderezar los entuertos,
al
estilo de Don Quijote y Sancho Panza?
Todavía
Cervantes, y su extensa obra,
seguirá
siendo un faro de luz para el mundo,
y
fuente de esperanza:
Don
Quijote, al término de sus andanzas,
en
compañía de su fiel escudero,
percibió
que el hombre es bueno,
mirando
más allá de las apariencias.
Que
Dios escribe derecho con letras torcidas,
que
del mal saca el mayor bien posible,
que
del dolor hace un gran maestro,
y
que silencioso ejerce su rol de Gran Pedagogo,
en
la conciencia, con advertencias coercitivas,
y
con efectos coactivos, después de la indebida acción,
que
inducen a la insatisfacción y al arrepentimiento
por
el método del placer y del dolor.
Por
eso Sakyamuni seguirá siendo un faro de luz,
con
sus Cuatro Nobles Verdades,
y
el Óctuple Noble Sendero:
sugiriendo
transmutar los deseos negativos
en
su polaridad positiva, para erradicar
la
insatisfacción que mueve a la acción constructiva:
Con
rectas opiniones y decisiones,
rectos
propósitos,
rectas
y armoniosas palabras,
rectas
acciones,
rectos
medios de sustentamiento de vida,
recto
esfuerzo, o trabajo,
recta
atención y enfoque,
y
recta concentración
que
centuplica el propio poder.
Pese
a que Sidharta Gautama dijera esto
en
el Parque de los Ciervos, en Benarés,
500
años a.n.e., sigue siendo fuente de luz
para
la humanidad, al igual que lo que dijo Homero,
Confucio,
Platón, Plutarco, Plotino y Emerson
e
incontables otros, con sus sabias enseñanzas.
20-03-2020
Después
de la duda,
la
certeza,
si
certeza cabe:
¿Acaso
se precisa mayor certeza,
de
que muchas cosas precisan cambios?
Pero,
¿habrá cambios, si estos no surgen,
antes,
como necesidad, o anhelos,
en
la conciencia individual, o en la colectiva,
por
efecto de resonancia magnética?
Los
grandes líderes, en las incontables noches oscuras
y
sus respectivos dorados amaneceres, temporales,
antes
de la nueva edad de oro, no pueden ser complacientes
explotando
las debilidades humanas, con fines de poder.
Surgirán
nuevos líderes, cada 400-500 años, con visión milenaria,
Viendo
claramente 30.000 años por delante, hacia la nueva era.
No
complacerán las debilidades humanas; sino doblegarán
la
cerviz del indomable, no con violencia, sino con sabiduría,
educación
en los valores, y carácter firme. ¡Esto no es juego!
Contra
natura no se promulgarán leyes
que
confundan a los niños, a los jóvenes y a los adultos,
que
hagan perder la identidad según la naturaleza de las cosas,
pese
a que muchos quieren creerlo así.
Respetar
la vida en todas sus vertientes y variantes:
no
debe infligirse dolor al reino animal en ninguna de sus formas;
no
debe permitirse el aborto, en ningún caso,
excepto
cuando peligre la vida de la madre.
Nadie
debe pasar hambre en ninguna parte del mundo,
ni
sufrir los estragos de la ausencia de salud.
Nadie
debe ser extranjero en ninguna parte,
ni
discriminado por el lugar de nacimiento,
por
el color, el sexo, el tinte político o espiritual,
ni
por otra razón alguna.
No
puede delegarse la salud en grupo de poder,
o
de investigación privada, en que prive más el interés económico
que
el humano. Debe fomentarse la alimentación natural correcta,
la
medicina natural, la homeopatía u otros métodos alternativos,
efectivos
y comprobados.
Cada
niño debe ser instruido en los principios esenciales,
para
que, por sí mismo, aprenda hábitos saludables de vida.
Es
más fácil de lo que parece.
Eliminando
unos pocos alimentos nocivos que todos comen,
como
el pollo, los huevos, las gallinas, y demás aves de corral,
cerdo,
el pescado, y cuanto más otras carnes de fuente animal,
algunos
otros elementos como el ajo, que sube la tensión,
aunque
todos creen que la baja, ¿por qué no se verifica,
con
pruebas, midiendo la tensión al final del día,
cada
vez que se consume ajo, u otros alimentos,
al
sentir el efecto nocivo?
Causa
y efecto, es la ley. Si hay un efecto negativo,
preciso
es ver la causa que lo produce.
Tan
sencillo como eso y se deja de hacerlo.
Otros
alimentos nocivos: Piña, guayaba, manzanilla, pimentón,
margarinas,
leche, quesos blandos, y algunos otros,
que
los expertos deben verificar.
Toda
madre, en el futuro, debe estar preparada para su rol,
en
homeopatía, dietética, psicología, espiritualidad,
y
tantas otras cosas,
si
queremos una humanidad mejor.
Preparando
a la mujer, los hijos recibirán la orientación adecuada,
y
se forjarán hábitos sanos.
Cuántas
cosas requieren cambiar en la educación de la mujer,
Y
del hombre, si se desea un mundo mejor;
comenzando
por los valores esenciales.
Las
profesiones mejor pagadas del futuro,
serán
las que giran en torno a la educación.
Nadie
puede dar lo que no tiene.
Y
nadie querrá delegar la educación de sus hijos
tal
como se ha hecho hasta ahora.
Los
maestros de preescolar, y los profesores en todos los niveles
deben
estar a la altura de su rol.
Las
personas en general, después de cierta edad,
deberían
pasar al servicio de la educación,
en
sus respectivas áreas, privadas o públicas,
para
enseñar a las nuevas generaciones.
La
espiritualidad válida de las mejores corrientes de pensamiento,
deberían
implantarse en forma conjunta, para que se conozca todo
lo
que se precisa conocer. Cada quien, luego, libremente,
decidirá
qué camino seguir.
Las
corrientes espirituales retrógradas,
que
siguen impartiendo errores de fondo, deben enmendarse,
o
descontinuar sus actividades nocivas de falsas verdades.
Será
una tarea ardua: las más erróneas e intolerantes,
son
las que se creen las más verdaderas.
Mientras
mayor el grado de ignorancia,
mayor
certeza tiene cada quien de su verdad.
Empero,
también entre quienes creen que impera la razón,
me
manifestará igual grado de fanatismo, si dejaran de desapegarse.
Habrá
nuevos actores en escena, de los que había antes.
En
400 o 500 años, eso podría ser causa
de
una conflagración mundial por divergencias espirituales.
Eso
ahora cuesta creerlo; muchos se creen cercanos a la perfección.
Recordar:
es la naturaleza humana, no la índole de la ideología.
Es
un trabajo a conciencia que cada quien debe realizar,
con
desapego, no por intereses de grupo,
de
mantener en la ignorancia a la humanidad,
para
manipularla mejor.
Los
líderes del futuro, precisan una formación que trascienda
con
creces, a la de las mayorías de los actuales conductores
en
todas las áreas de la actividad humana.
Sobre
todo, se precisa desarrollar una conciencia ética sólida,
en
la búsqueda del bien común de la humanidad.
Empero,
aun la gente con ética rígida, sin amplitud de miras,
Y
respeto por el otro, podría resultar nefasta.
Estos
líderes requieren grandes estudios para adquirir
una
visión amplia, que le permita trascender
los
límites inhibidores de su auténtica misión,
capaces
de roles educativos, legislativos, gerenciales,
y
de cualesquiera otras índolse, de acuerdo con la propia vocación.
Ellos
serán capaces de saber qué hacer
para
dirigir una humanidad desarrollada en elevado grado,
hacía
su verdadero destino en el planeta tierra.
El
planeta todo, está hoy en peligro, como nunca antes lo estuvo;
o,
acaso, en igual grado lo está una vez más.
Muchas
cosas deben cambiar:
la
conciencia masiva de la humanidad
para
que surjan los líderes adecuados.
Pero,
si los líderes de turnos manipulan la educación
para
mantener en la ignorancia a la humanidad,
explotando
sus debilidades, en vez de disciplinar los caracteres,
hacia
un superior desarrollo, se entrará en un círculo vicioso.
Los
líderes deben cambiar, pero no cambiarán fácilmente,
Mientras
no lo hagan sus estados de conciencia.
Significa,
que, desde las diversas sociedades, algunos jóvenes,
cada
vez en mayor número, deben prepararse, para tomar las riendas
del
poder en sus propias manos, para imprimir un nuevo rumbo
a
la dirección del mundo.
Nuevos
centros de poder deberán desplazar a los existentes.
Tarea,
por cierto, poco fácil.
Esos
grandes líderes, capaces de imprimir esos movimientos de fondo,
aparecen
cada 400-500 años; ellos saben lo qué hay que hacer.
Si
observamos la historia, hay ciclos que se repiten,
en
la alternancia de la luz y la oscuridad.
Surgen
grandes civilizaciones;
luego,
le sigue un largo período de oscurantismo.
Ciclos
alternos de luminosidad y oscurantismo.
Es
que los grandes líderes los hay en la luz y en la oscuridad,
en
términos relativos.
En
las épocas en que se manifiestan las grandes civilizaciones,
los
líderes cualificados vienen con sus respectivos seguidores.
En
las épocas de decadencia, ocurre lo mismo:
tanto
los líderes como los seguidores, se parecen.
Esto
ocurrirá hasta que todos sean hijos de la luz.
Mientras
el último ser, en la escala de valores, del planeta tierra,
no
alcance niveles elevados de estados de conciencia,
la
humanidad siempre estará en peligro de sojuzgamiento.
Porque,
hasta determinado nivel de conciencia,
algunos
líderes no respetan nada ni a nadie.
Basta
mirar hacia atrás, en la historia, para verlo.
Es
un trabajo de iniciativa personal.
Cada
quien debe dar su propio aporte,
según
sus posibilidades, para mejorar
el
estado de cosas en el planeta tierra.
Es
preciso prepararse a fondo
en
cualquier área de la propia competencia,
para
adquirir luz propia, y autonomía personal.
El
propio destino no puede estar en manos ajenas.
Hay
que tomar las riendas de la vida,
en
las propias manos.
Adelante.
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