viernes, 3 de septiembre de 2021

EL PODER DEL RESPETO

 


EL PODER MENTAL, ¿O, EL PODER DEL RESPETO?

O, ¿GANAR EL RESPETO AJENO CON DIGNIDAD?

©Giuseppe Isgró C

 

 

Escudero, -dijo Hidalgo-:

El mayor poder mental que existe es no utilizar ningún poder mental sobre nadie, sino sobre ti mismo, que te permita descubrir el poder del respeto hacia los demás seres de los cuatro reinos de la naturaleza.

Ese poder del respeto ajeno, el que tú otorgas y el que te otorgan, te permitirá adquirir conciencia de tu dignidad

Luego siguió diciendo:

El poder mental más grande que tú puedas utilizar es el poder del justo y perfecto respeto.

El poder mental más grande que existe, es el justo y perfecto poder del respeto.

Hay que respetar a los demás: Quienes son, como son, cuanto son, hacia donde se dirige, lo que hacen, donde lo hacen y porque lo hacen. Es una cuestión de cada quien. Por supuesto, tú puedes sugerir con desapego, o con apego a la justicia, y al respeto del libre albedrío que la divinidad colocó en cada ser de los cuatro reinos naturales.

El trabajo de enmendar a cada ser lo realiza la Divinidad en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, en forma silenciosa, pero efectiva, por medio de la inspiración de los sentimientos de los valores universales dentro de la conciencia.

Allí, la Divinidad realiza su trabajo silenciosa y efectivamente. Aplica el poder de la fuerza del bloqueo para mantener a cada ser en el lugar que le corresponde para cuando llegue el momento de aprovechar las oportunidades que conforman su plan de vida, haya madurado lo suficiente para encontrarle preparado para afrontar su destino: es decir su plan de vida combinado con el plan de vida que la Divinidad tiene preparado para ese ser en particular.

La Divinidad utiliza el poder de la fuerza de empuje que impele a la persona, en el momento justo y perfecto, a la acción necesaria para realizar la obra que el ser eligió por sí mismo como asunción de su responsabilidad cósmica de cooperar en el desarrollo de los planes universales y colocar su piedra cúbica en la edificación del Gran Edificio. Allí descubre la importancia de esa cooperación y el sentimiento de sentirse útil. Es la conciencia cósmica que le permite que, aún sin percibirlo, en todo lo que hace rige el plan: el plan divino, y el que traza cada ser, al asumir su cuota de cooperación, metiéndole el hombro al peso del mundo.

El poder mayor es el respeto a cada ser de los cuatro reinos naturales:

Por ejemplo:

1)          Respetar las decisiones de cada quien.

2)          Respetar la vida humana, animal, vegetal y mineral.

3)          Respetar cuando alguien te dice no, y tú, en forma irrespetuosa comienza a ejercer el poder mental para obtener algo que te negaron, en el ejercicio del propio libre albedrío. Si no respeta el libre albedrío ajeno, beberás la sopa de tu propio chocolate, para que aprendas a respetar.

4)          Respetar la vida que inicia su proceso de venir al mundo a cumplir su plan existencial, divino, ya que ninguna persona viene al mundo por puerta equivoca.

5)          Respetar la vida animal, descubriendo los alimentos naturales que la naturaleza elaboró para ti, para gozar de la salud perfecta.

6)          Toda violación de los derechos ajenos merma tu verdadero poder mental que debes aplicar para ti, sobre ti mismo, como templanza, fortaleza, prudencia, respeto, belleza, armonía, justicia y orden.

7)          Se implacable, utilizando tu poder mental sobre ti mismo, respetando la Divinidad interior que reside en ti mismo y no la bestia que busca apartarte del camino.

8)          Respeta el silencio del ambiente en que vives, dejando de perturbar la armonía existente.

9)          Respeta los derechos ajenos y cumple tus deberes.

10)      Respeta tu dignidad, permitiendo que los demás respeten tus derechos. Si tu respeta, te respetarán.

11)      Si no lo hicieran, si te faltan al respeto, lo no faltes tú, ya en cada acto se encuentra la compensación, o la reprimenda de la propia conciencia con su acción coactiva que te induce a la rectificación, y al aprendizaje.

12)      Respeta la advertencia de la Divinidad en la conciencia mediante el sentimiento de la vergüenza que te hace conocer a tiempo la vergüenza que experimentarás si tus pensamientos, sentimientos, palabras y obras se salen de los parámetros de los valores universales.

13)      Respeta a todos, en todos los niveles y evita el abuso de quienes tú pudiese estimar indefensos. No te equivoques. La divinidad, con sus atributos divinos, vela por cada ser de los cuatro reinos naturales: Pesa, en la balanza divina, los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos, como expresión de la propia voluntad ejecutora. También, por la ley de compensación, la ley de la justicia, la ley de la igualdad, la ley del amor y la ley de afinidad, por la suma existencial arrojada por la balanza divina, te ubica por tus méritos o deméritos, en el orden justo y perfecto, que te corresponde en el concierto de todas las cosas: Allí encontrarás a quienes te harán experimentar todo lo que hayas hecho experimentar a los demás; pero, también, a todos aquellos a quienes haya efectuado un determinado bien, porque la ley de vida es justa y perfecta: se recibe exactamente lo mismo que se da, en la misma cantidad -aunque con intereses a favor o en contra-. Lo que se siembra se recoge y no se puede construir una gran fortuna a costa de infringir los derechos ajenos.

14)      Respeta la ley del servicio: Sirve en forma efectiva a todos de acuerdo a tu vocación y deber por la siembra y recogida, que señala tu camino a recorrer mientras te emancipes por el respeto:

15)      SI RESPETAS LA LIBERTAD AJENA, SERÁ RESPETADA TU PROPIA LIBERTAD: Por la conciencia de tu propia dignidad.

16)      Respeta tu propia dignidad, y podrás respetar la dignidad ajena.

17)      El mundo tierra del futuro será un mundo de gente digna. Todo el mundo se convertirá, a consciencia, en genta digna, y como decían los Estoicos, se podrá vivir en armonía con la naturaleza.

18)      Es una misión de todos, nadie escapa a ella: utilizar el potencialmente infinito poder del respeto con los demás, y consigo mismo.

 

Es decir, en síntesis: respetar y hacerse respetar, con dignidad, con suavidad, con justicia justa y perfecta, con comprensión del verdadero poder mental: No perturbando e irrespetando a los demás, creyendo que no pagarás el precio. El precio siempre se paga. Toma lo que quieras y paga el precio, eso dijo el sabio de Concord: Ralph Waldo Emerson.

 

Respeta las ideas ajenas, a las personas, a tu país, a tu ciudad, a tu pueblo, a tu familia, a tus hijos, a tus padres, a tus amigos, y un largo etcétera. Gánate el respeto ajeno con dignidad.

 

 

Adelante.

 

Para seguir meditando……

 

Trabajo en revisión….

 

 

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