EL DESBORDE DEL RÍO NEVERÍ,
Barcelona, 21-22 de Julio de 1968.
©Giuseppe
Isgró C.
Nuestra amiga, Ann Elizabeth Rodríguez Wong, compartió una excelente reseña de la Lcda. Mariángel Guanique sobre el desborde
del Río Neverí, hace más de 50 años, ella menciona 51 años, ya que su magnífica
fuente, no menos excelente, es un artículo del ilustre periodista Evaristo
Marín, en la Revista Estampas, de El Universal, con fotos de Augusto Hernández,
a quién tuve el privilegio de conocer, quien, en esa época vivía en una casa
muy cercana de la plaza que aparece inundada en la foto.
En ese artículo se reproducen algunos
parágrafos del artículo del egregio periodista en cuyo artículo se fundamenta
el relato, mencionando que el desborde había sido el 21-22 de julio de 1970.
Esa fecha puso a prueba mi memoria, y me
llevó a rememorar diversas vivencias enmarcadas en el segundo lustro de la
década de los años sesenta del siglo XX.
Es que en el mes de julio del año 1968,
unos ocho (8) días antes del desborde del Río Neverí, en el año 1968, acababa
de mudarme a una de las dos quintas apareadas, en el margen izquierdo en
sentido hacia Barcelona, de la Carretera Blanca, diagonal de la entonces Casa
de Italia de Barcelona, ubicada en el margen derecho, y frente a la casa del
Sr. Raimundo Sánchez, que para entonces era Director de la empresa Acerolit, en
la Zona industrial de Barcelona. Para mejor ubicación, había una distancia
aproximada de unos 500 metros de la antigua sede del CNE, y de la actual sede
de la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho.
La fecha que citaba Evaristo Marín en el
año 1970 era muy diferente de la que recordaba, enmarcada en el año 1968, que
en ese largo tiempo, desde entonces, en diversas ocasiones he comentado, por la
particularidad de que a los ocho (8) días de mudarme a dicha casa -mi vecino
era el Sr. Población, no recuerdo si era Tomás u otro- y el día anterior al 21
de julio, que regresaba de un corto viaje, al llegar a la Avenida Fuerzas
Armadas, veía gente caminando con el ruedo del pantalón subido a media pierna,
y con el agua casi llegando apenas debajo de las rodillas. Ver aquello me causó
una extraña sensación, y silenciosa risa, porque estaba muy lejos de imaginar de
lo que se trataba, y de lo que, acto seguido, al llegar a la casa, muy cerca de
allí, comenzaría a vivir.
Las señales del agua desbordada ya se
observaban frente a la casa, la cual se encontraba por debajo del nivel de la
Carretera Blanca, ya que, en los últimos asfaltados habían elevado su nivel, y
el agua comenzaba a llenar tanto el patio, rodeado de sólidas paredes, como el
interior de la casa. A medianoche, ya el agua era abundante dentro de la casa,
y en la mañana estaba por encima de las rodillas. Se podían observar diversas
culebras finas y alargadas nadando a sus anchas dentro de la casa.
Mi amigo, Ignacio Di Gregorio Cannata, en
la mañana del 21 de julio de 1968 trajo una motobomba y durante dos días seguidos,
e ininterrumpidamente, se sacó agua de la casa. No recuerdo hacía donde se drenaba
el agua, pero, evidentemente, el nivel fue descendiendo, porque mi casa, que estaba
por debajo del nivel de la Carretera Blanca, y el patio, acumularon abundante
agua.
Al leer, en el citado artículo 21-22 de
julio de 1970, y utilizando como fuente un periodista tan serio, me puso a
pensar, pero, una experiencia como esa, de no dormir dos noches, sacando el
agua personalmente, y habiendo pintado yo mismo toda la casa apenas unos pocos
días antes -esas labores las hacíamos los muchachos de la casa, normalmente- no
se pueden olvidar las fechas.
Para verificar la certeza de la fecha,
encontré varios artículos, algunos que utilizaban la misma fuente, también, el
mismo artículo de Evaristo Marín, de la Revista Estampas, con las fechas 21 –
22 de julio de 1970, con lo cual descarté que el error lo hubiese sido de
transcripción de la autora del artículo.
Un artículo del amigo Omar González vino a
corroborar que no había error alguno, ni lagunas en la memoria, que no es poca
cosa.
Omar González, expresaba, textualmente: -“Desde
1968 el Río Neverí no se desbordaba afectando a los residentes de Barcelona,
sin embargo, después de 53 años las aguas corren libremente por las calles y
avenidas de la capital de Anzoátegui”, (…).
Acto seguido, ubiqué un artículo de la
Lcda. Vivian Ariza, de fecha 30 de Julio de 2021, con el título: -“Desde el año
1968 no se reportaban inundaciones en Barcelona”.
La luz comenzaba a brillar más
nítidamente, y la memoria se sentía reivindicada, ya.
Otro artículo que vino a dar certeza, fue
un estudio publicado en el “Blog Comentarios de una nube ácida”, intitulado: ”El
RÍO NEVERÍ SÍ TIENE HISTORIA”, cuyos coordinadores de la investigación son el
Abg. KAMIR SOUKI y la Lcda. LUISA BEATRIZ BALBÁS.
En dicho estudio se cita una refutación del
insigne cronista de Barcelona, Salomón De Lima, -a quien tuve el privilegio de
conocer muy muchacho-, que, el 16 de marzo de 1968, en la Revista Élite, le hacía
a un artículo de fecha anterior, de Cesar Humberto Soto, quien había expresado:
"El Neverí puede arrasar
a Barcelona" basado en referencias del físico naturalista, el francés Juan
Buscat, quien lo propuso en el Memorial a la Sociedad Patriótica el 15 de diciembre
de 1811”.
Salomón De Lima en respuesta a las
afirmaciones de Cesar Soto, refiere:
"En primer término, el
articulista señala la posibilidad de nuestro legendario “Neverí” pueda llegar a
arrasar a Barcelona.» "Nuestro imponente río de otros tiempos, por causa
de las grandes sequías, perdió en un ochenta por ciento el riquísimo aporte de
sus generosos tributarios, y sus aguas abastecen en la actualidad, con todas
las necesidades que impone la época, a más de seiscientas mil personas"… "Así pues, que el presunto temor del
pesimista colega, no existe ni remotamente en la actualidad".
Pese al excelente optimismo del ilustre
cronista, y a las sequías que azotaban a la zona, la realidad iba a ser otra. Los
coordinadores del citado artículo, mencionan:
-“Durante el mes de julio una gran
pluviosidad fue depuesta en la cuenca del Río Neverí y varios de sus
principales afluentes, trayendo cómo consecuencia un aumento anormal de
niveles, en especial los días 21 y 22, (de 1968), cuando sobrepasó las márgenes
de las cauces principales, inundando a la ciudad de Barcelona y zonas
adyacentes. Según información de residentes de las zonas afectadas, esta
creciente superó en magnitud y extensión a la de los años 1912 y 1936”.
Se deduce un velada
recurrencia profética: -“Después de extensas y severas sequías, se manifiestan
abundantes lluvias, en ciclos alternos repetitivos.
Ese artículo permite deducir una
secuencia estadística:
1)
De
1912 a 1936, transcurrieron 24 años.
2)
De
1936 a 1968, transcurrieron 32 años.
3)
De
1968 a 2021, transcurrieron 53 años.
Es
decir, previamente a la realización del Canal de Alivio, en el Gobierno del Dr.
Rafael Caldera, cada 28 años, poco más o menos cuatro años, se producían
desbordamientos del Río Neverí, cuya reproducción cíclica, por lo visto, había
observado el físico naturalista francés Juan Buscat, en 1911.
Aquí
podría deducirse una segunda recurrencia profética, para los siguientes catorce
(14) años, y a la vez histórico-política, comparando los primeros treinta y cinco
años del siglo XX y del siglo XXI, empero habrá de esperar para observarla.
Existen
unos fenómenos naturales que de manera cíclica se reproducen, cuyo estudio
estadístico podría anticipar situaciones y tomar previsiones.
Gracias
al canal de alivio del Río Neverí, ese promedio de 28 años, poco más o menos
cuatro años, se había alargado a 53 años, gracias a una previsión del Dr.
Caldera.
Evidentemente,
el análisis de las causas del actual desbordamiento, debe determinar que debe
hacerse para que el siguiente fenómeno, que volverá a producirse dentro de 28
años, poco más o menos cuatro años, -al igual que ocurre con los ciclos
económicos, menores, mayores y de larga oscilaciones, y los ciclos históricos,
en sus diversas repeticiones, o el ciclo de las inversiones de los polos, cada
26.000 años, aproximadamente-, encuentre dicho canal de alivio, u otras nuevas
prevenciones, para evitar algo tan dramático como muestran las fotos que se han
publicado al respecto, que solamente quien ha vivido una experiencia análoga
sabe lo que ello implica. Sin duda, las nuevas generaciones de líderes
políticos encontrarán elementos coadyuvantes en estos cíclicos estadísticos.
Al
hurgar un poco más, buscando mayores informaciones, hemos encontrado un estudio
de Gustavo A. Silva León, de julio 1999, intitulado –“Historia resumida de la
hidrología venezolana-, y publicado por la Universidad de Los Andes, en el cual
se señala, refiriendo a dicho desborde del Río Neverí, lo siguiente: -“El
sistema tuvo una nueva prueba exigente cuando ocurrió el evento del 21 y 22 de
julio de 1970, en que la crecida del Neverí excedió la centenaria previamente
estimada para las estaciones hidrométricas. (MOP 1969).
Es
posible que una de las fuentes utilizada por Evaristo Marín, en su artículo de
la Revista Estampas, haya sido este estudio de Silva León.
Empero,
la fecha correcta es: 21-22 de Julio de 1968.
Un
cordial saludo a la Sra. Ann Elizabeth Rodríguez Wong cuyo artículo compartido en
Facebook motivó esta breve reflexión.
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