BENEFICIOS EQUIVALENTES
DE LA
ADVERSIDAD
©Giuseppe Isgró C.
Napoleón Hill, acuñó un
aforismo que encierra profunda sabiduría: “Toda adversidad trae un beneficio
equivalente”.
¿Qué es la adversidad? Es la
situación adversa que se afronta en la vida, en diferentes épocas, la cual
constituye un obstáculo a vencer en el camino que conduce al logro de los
propios objetivos y al disfrute de los estados de felicidad.
Generalmente, la adversidad
suele traer las mejores oportunidades escondidas dentro de las situaciones por
resolver.
Empero, la adversidad tiene
diversas vertientes que es preciso diferenciar.
En primer lugar, dentro del
plan de vida que cada ser trae a la existencia actual, existe un determinado
número de pruebas que el mismo espíritu se ha antepuesto en la etapa de
preparación previa, antes de encarnar, en la dimensión espiritual.
Esas pruebas resultan de
aquellas condiciones de flaquezas que ha observado en sus últimas
encarnaciones, y las antepone como un ejercicio que le permita desarrollarse y fortalecerse
en esas áreas específicas, cuyas condiciones, cuando oportunamente las
enfrente, en el presente ciclo de vida, se suelen presentar como adversidad o
dificultad a vencer, en cuyo logro genera nuevos estados de conciencia y sienta
las bases para abordar retos de mayor envergadura.
Empero, otras condiciones
adversas son antepuestas por la misma vida como consecuencia de la ley del
karma, mediante las cuales el ser debe compensar a otros por actos realizados
con anterioridad.
Por la ley de afinidad, la
vida coloca a determinados seres en condiciones adversas, en lugares
específicos, como karma colectivo.
Por la ley de atracción, cada
persona atrae a la propia vida condiciones análogas a los pensamientos
que alberga en su mente.
Los propios objetivos,
presuponen, muchas veces, retos que es preciso superar. Cada éxito
alcanzado prepara para otro mayor.
La vida es una escuela y tiene
sus propios objetivos de enseñanza por medio de las pruebas existenciales que
implican la utilización de fuerzas adormecidas, las cuales, automáticamente,
son activadas por la adversidad.
La fortaleza es la virtud que
conlleva a la superación exitosa de toda adversidad, así como la templanza es
la que se precisa en épocas de abundancia. Implica confianza en sí, en la vida,
en las leyes que le rigen, en el Creador Universal y en la bondad de la
intención que se anida detrás de cada prueba.
La adversidad concentra en un
solo punto el poder creador y expande la conciencia para obtener el logro,
la enseñanza y el beneficio implícitos. Cada una que se afronta es un
grado de necesidad que genera, automáticamente, el poder potencialmente
infinito que se posee, en ese mismo nivel, para autosatisfacerla.
De no existir necesidades que
satisfacer, como pruebas adversas que superar, dejaría de expresarse el
propio poder.
Se requiere aceptar las
situaciones que se afrontan tal cual son, sin exagerarlas ni subestimarlas, con
realismo, calma imperturbable, impasibilidad y serenidad, buscando comprender
su causa y esencia y cuál es la solución respectiva, poniendo manos a la obra.
En el acto de asumir la
prueba, con determinación de triunfar, la misma naturaleza secunda para que sea
superada exitosamente.
Toda adversidad objeto del
propio karma que sea afrontada y superada, tiene efectos liberatorios.
Los obstáculos de la vida
templan la personalidad y desarrollan las propias habilidades para afrontar
retos de mayor envergadura.
Don
Juan Matus, decía: -"En
tanto afrontemos nuestro destino específico con definitivo desapego da igual
cuál sea ese destino".
La conexión con el
Creador Universal y el constante recuerdo de Él, mediante la repetición de su
nombre, -o la meditación en Él y sus atributos o valores cósmicos-,
armonizándose y elevándose a esferas superiores de vibración mental, es el
mejor camino para potenciarse y superar toda prueba favorablemente.
Es propicio perdonar para
auto-liberarse, dejando que actúe la justicia divina; pedir perdón, aunque sea
mentalmente, si la persona está ausente; compensar y/o pagar las deudas de
cualquier índole, única manera de emanciparse.
La programación de la mente
con afirmaciones positivas permite crear nuevas realidades y generar
ideas intuitivas e inspiraciones que guían en la acción con efectividad.
Aunque parezca que todo está
acabado, hay que seguir adelante con expectativas positivas. La victoria muchas
veces está más cerca de lo que se cree.
Hay que expresar gratitud a la
vida, por cuanto las cosas son mejores de lo que parecen.
La gratitud es una fuerza
poderosa y efectiva. Afirma, diez o cien veces al día: -Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por
cuanto esta situación, en tus planes cósmicos, ya está resuelta-.
Una voluntad decidida a vencer
hace realidad, siempre, los mejores resultados factibles, en cada caso.
Adelante.
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