jueves, 24 de junio de 2021

¿ES USTED UN HANDICAP?


¿ES USTED UN HANDICAP?

 

©Giuseppe Isgró C.

24 de Junio de 2021 

 

Escudero, -dijo Hidalgo-: ¡Jamás hay que ser piedra en  zapato ajeno!

 

En las carreras de caballos, cuando en un grupo se incluye uno de mayor potencial, se le suele nivelar colocándole un mayor peso al jinete. Lo que, en igualdad de condiciones, dejado en libertad su verdadero potencial, sin inhibiciones, desempeñaría su rol con facilidad. En cambio, con ese hándicap impuesto, podría precisar un esfuerzo adicional para hacer lo que, sin ello, sería como un juego de niños.

La naturaleza de las cosas, al efectuar el diseño de la creación, dotó a cada ser con el libre albedrío. En los los demás reinos animales, excepto el humano, ese atributo divino del libre albedrío, a simple vista, parecería tener un desenvolvimiento natural, donde a cada quien se le deja en libertad de tomar sus decisiones, y, a su vez, asume la responsabilidad por los resultados de sus propias decisiones.

El ser humano, sin embargo, está sujeto a un mayor grado de hándicap que los seres de los demás reinos, por lo menos aparentemente, por la mayor capacidad manipuladora que le es inherente. Existe una única ley universal –matriz- que rige todo, en sus infinitas vertientes y variantes.

Gran número de personas constituyen un hándicap para los demás: Puede ser la madre o el padre, con los hijos; una esposa con su esposo, o viceversa. Un hermano con su hermano; o un amigo con su amigo. Un líder con sus cooperadores. Un político con sus simpatizantes. O, un gobernante con los seres humanos a quien gobierna. O, simplemente, cualquier persona que por su naturaleza propia, se constituye en una piedra dentro del zapato, o en una molestia para cualquiera que no haya creado, aún, un escudo protector en contra de esta clase de personas que son como la peste por donde pasan: Las plantas, con solo ser miradas, por estos individuos, adormecen sus hojas; las personas, al contacto con estos individuos comienzan por sentir embotadas sus mentes, y si algunos de estos especímenes entran a trabajar en una empresa, si persisten en ellas, su nivel de prosperidad se viene a menos. Cada uno, a su manera, cultiva un sofisticado arte de afectar a los demás, negativamente, de múltiples maneras, para mantener al ser humano en un nivel mongólico de desenvolvimiento en todos los aspectos de la vida de relación y de resultados existenciales.

Casi siempre, estas personas no suelen estar lejos; se encuentran muy cerca. Pueden serlo las más cercanas, como la propia madre, para poner un solo ejemplo.

Lo más sorprendente, es que ese tipo de persona jamás aceptaría ser calificada como piedra en el zapato ajeno, es decir: Una molestia ajena, o causante de perjuicios para otras personas.

La persona hándicap, cundo se le identifica por la constante molestia que significa, no siempre es fácil alejarla o deshacerse de ella, por cuanto convive en el mismo ambiente familiar, o de trabajo, o en una colectividad pequeña, donde aunque sea un solo individuo, es suficiente para constituir un hándicap. Aún los mismos colegas profesionales, podrían serlo.

Por otra parte, estos seres hándicap, por la cercanía en que se encuentran, siempre se escudan en el amor, en la amistad, en la bondad, en la llamada caridad, que no es otra cosa que una ausencia de justicia, y se autocalifican en benefactores de los demás, o de sus pueblos, o, aun, algunos, de la humanidad. Un término que los definiría muy bien, sería el de oscurantistas medievales. Los hay en número mucho mayor de lo que pudiera pensarse. Pero, ellos jamás aceptarían ese calificativo. Jamás una joven embarazada aceptaría ser una asesina, acto seguido de haber cometido el crimen de abortar a su hijo en gestación. Tampoco los padres, o el novio que co-participaron en su realización, y mucho menos el médico, y las enfermeras, que coadyuvaron en ese acto criminal. Y menos aún, el inconsciente legislador que promulgó la aberrante ley que autoriza el aborto en los primeros meses de gestación.  O. una dama que al escuchar la critica de alguien que efectúa sobre una ley aberrante que autoriza el aborto, calificando ese tipo de actos, como crímenes, indignada o irritada arremete contra él, por cuanto ella cree tener el derecho de que puede disponer de la vida de aquel ser que aspiraba entrar a este mundo por su puerta, -evidentemente- equivocada. De ahí que no hay que sorprenderse cuando la persona más allegada podría ser la piedra en el zapato de cada quien, respectivamente. Por supuesto, sin generalizar.

Quien, en el caso de quien esto escribe, en sus funciones profesionales, a lo largo de muchos años, ha observado ese tipo de situaciones entre personas allegadas entre sí, padre con hijos, hijos con sus padres; yernos y nueras con sus suegros, y tantos casos más que, si se describieran algunas parecerían poco creíbles, y que, realmente, no es necesario citar, ya que, a cada quien le será suficiente su propio caso. Ahora enfocaremos la atención, en forma positiva, de cómo protegerse de este tipo de seres que la vida, de alguna manera, por alguna ley cósmica puesta en acción, coloca en el propio camino, ya que no hay efecto sin causa.

Más que buscar de accionar en contra de este tipo de individuos hándicap lo que hay que ejercer es un control sobre sí mismo:

1)      A nivel de pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Los pensamientos y sentimientos activan a las leyes de atracción y repulsión, o aislamiento cósmico. Pensamientos y sentimientos crean la propia realidad en que se vive: Pensamientos y sentimientos positivos atraen elementos análogos y circunstancias positivas, apartando de sí las opuestas negativas. Pensamientos y sentimientos negativos atraen elementos negativos y repelen los positivos. Con solo transmutar los pensamientos y sentimientos negativos en positivos, las circunstancias vitales y existenciales cambian casi en forma instantánea. La mente solo puede albergar un tipo de pensamientos y sentimientos al mismo tiempo, o positivos, o negativos, donde lo semejante atraen a lo semejante y los opuestos jamás se juntan. Generalmente, los pensamientos y los sentimientos a quien afectan es al propio emisor, creando su inherente realidad. En cambio, las palabras y las acciones, activan a la Ley del karma, y/o a la ley de justicia, la de igualdad, la de compensación y a la ley de afinidad que ubica y reubica a cada ser por su suma existencial, -arrojada, a cada instante, por el fiel de la balanza- en el orden que le corresponde en el concierto de todas las cosas. Ley del karma, o causa y efecto, siembra y recogida, o acción y reacción, corresponden a un único mecanismo denominado: Salario Cósmico, o anti-salario cósmico, es decir: saldo positivo a favor, o negativo, en contra.

 

2)        Callar en relación a los propios propósitos, objetivos y cualquier intención inherente, a corto, mediano y largo plazo. Es decir, guardar silencio sobre: Quien se es, lo que se anhela, lo que se aspira, a donde se quiere ir, hacer o dejar de realizar. Esas confidencias, salvo a las que, por deber, se está obligado hacer, generan fuerzas antagónicas que crean resistencia en el logro de los resultados anhelados, por el solo hecho de comunicarlos aunque fuere a la propia madre, o cónyuge, o, a los mejores amigos, quienes, actos seguido, muchas veces pierden la propia tranquilidad, -ya que a algunas personas le resultan insoportables los éxitos ajenos-, hasta asegurarse que la otra persona falló en sus propósitos. Entonces, ese tipo de personas, descansan tranquilas. Eso suele ocurrir, generalmente, a nivel integral: Los padres, los hijos y todos los relacionados, ya que ellos comienzan a criticar al que osa realizar algo trascendente, y lo hacen con todos los que les son cercanos, que quieran escucharle. Constituyen auténticas conspiraciones familiares, o de amigos y conocidos que tienen abundante tiempo para pensar en los demás, en vez de ocuparse en los propios asuntos.

 3)      La persona debe desarrollar su propia autonomía y adquirir confianza en sus propias elecciones. Es decir, volverse autosuficiente, en la medida de lo posible.

 4)      Evidentemente, hay que incrementar en forma constante los conocimientos de las propias aptitudes, para optimizar su uso; los puntos menos fuertes, para incrementar su inherente fortaleza.

 5)      A nivel profesional, hay que estudiar constantemente para alcanzar los máximos niveles de excelencia.

 6)      Trabajar en silencio, emulando a la naturaleza.

 7)      Toda persona que constituya una piedra en el zapato, hay que apartarla como se hace con la peste. El mejor camino es, desarrollando un elevado nivel inmunológico.

 8)      Practicar, en forma constante: 

a) Técnicas de relajación; 

b) Ejercicios de respiración, que fortalecen el propio campo magnético, y crea un escudo protector del medio ambiente físico, mental y espiritual. Protege en contra de lo que los antiguos denominaban “colpinamiento”, es decir, de la influencia espiritual de seres de menor progreso buscando ser un hándicap sobre las personas en la dimensión física; 

c) Practicar técnicas de concentración para fortalecer el propio aparato psico-mental, y la voluntad; 

d) Practicar la autosugestión, para reeducar la propia mente en todos los aspectos necesarios, lo cual permite desarrollar la propia performance integral, y tomar las riendas del propio destino en las propias manos; 

e) Practicar la meditación, lo que permite adquirir conciencia de todo lo pertinente a la propia existencia, y conocer el qué, el cómo, el dónde, el cuándo, en quién, el cuánto y el por qué. Ciertamente, permite, percibir, comprender y realizar en forma efectiva todo lo que es pertinente al propio rol en el presente ciclo de vida; 

f) Conocer a fondo las obras inherentes a toda corriente de pensamiento, de todos los tiempos y países, para conocer todo lo que, humanamente, es posible saber. El conocimiento permite desarrollar la propia autonomía al máximo rendimiento factible, y la visión clara de todas las cosas.

g) Practicar el arte de la visualización, visualizado el escenario anhelado, o los resultados finales satisfactorios, o apetecidos, sin involucrar persona alguna, ya que la vida conoce mejor a los elementos coadyuvantes.

9)      Hay que caminar silenciosamente por la vida sobre lo que se es, se aspira, o anhela, y hablar, únicamente, lo esencial a quien corresponda, en el respectivo grado, sin trascender los límites de la prudencia, jamás.

10)   No soltar prenda con todos los curiosos impertinentes que de la manera más inocente posible formulan preguntas discretas e indiscretas. Siempre se debe responder de manera indirecta, sin comunicar nada que no sea insustancial, única manera de evitar la generación de fuerzas antagónicas.

11)   La conexión divina, permite adquirir la certeza que aporta confianza y el fuego divino que genera, depura el ambiente de la propia esfera mental, y también de esas interferencias que constituyen un hándicap. La elevación en el nivel vibratorrio de los propios pensamientos y sentimientos, dentro de los parámetros de los valores universales del amor, la sabiduría, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, por efecto de resonancia magnética, al igual que un diapasón con otro, al vibrar en determinada frecuencia, transmutan los pensamientos y sentimientos del medio ambiente, atrayendo a los elementos coadyuvantes semejantes y repeliendo a los contrarios. Es, en realidad, un proceso de propia depuración, con acción instantánea sobre la depuración del cercano medio ambiente interrelacionado, como efecto catalizador, o, atrayendo lo semejante y repeliendo lo desemejante. Por la ley de afinidad, y por la suma existencial, como ya se dijo, cada quien es ubicado, o reubicado, en el orden que le corresponde, en forma oportuna. 

12)   Homero, en sus dos magnas obras, la Ilíada y la Odisea, ha descrito de manera excelente, como el mundo espiritual interviene en vida de los seres humanos, en ambos sentidos: positivo y negativo.

13)   Allan Kardec, tanto en el Libro de Los Espíritus, como en El Libro de las Facultades Espirituales, o de Los Sensitivos, enseña incontables formas de protección de esas interferencias de seres de la ecología mental, no solo de la dimensión espiritual en sí, sino de seres encarnados que, en proyección espiritual son capaces de crear interferencias mentales, en ambas polaridades.

14)   Incontables otros autores explican técnicas que permiten la auto-protección espiritual.

15)   Una regla sine qua non que hay que aplicar, es: al igual que no se desean interferencias negativas para sí, así como el anhelo de no tener piedras en los propios zapatos que impliquen molestias ajenas, tampoco se debe interferir con los demás, ni resultar persona molesta, ni piedra en el zapato ajeno, para nadie. Por la ley de la justicia divina, por la ley de compensación inherente, y por la ley de afinidad, lo que se hace se recibe acrecentado, en positivo, o en negativo.

16)   Si alguna vez hay que hablar con una persona hándicap, para que se ocupe de sí misma y deje de interferir, hay que hacerlo, siempre con mucho respeto y tacto, pero, dejar en claro que, a partir de ahora, tú deseas que dicha persona deje de interferir. La mayoría de las veces no es necesario hacerlo; suele bastar sacar de la propia mente, como si fuera inexistente, a la persona en cuestión y jamás hablar de ella, por ningún motivo. Con quitar la leña del fuego, éste se apaga solo. Empero, colocar más leñas al fuego, lo aviva. Únicamente hay que colocar más leñas al fuego de los propios anhelos y a la realización de los propósitos inherentes.

17)   Envolverse en un escudo magnético, como un manto de energía divina, o luz blanca, o luminosa, -como se desee-,  como si emanara de la Divinidad, imaginado alrededor de sí mismo, del propio lugar de trabajo u hogar, o del medio de transporte en que se viaja, facilita un medio de protección, prácticamente invulnerable.

18)   Por último, al detectar a una persona hándicap es preciso adoptar las siguientes estrategias: 

1) Volverse inmune a ella, generalmente aislándola; 

2) Sacarle de la propia vida: Se le ignora como si no existiese, dejando de pensar en ella, o no hablar para nada de ella, aunque se le mencione en la propia presencia; si el pensamiento de esa persona vuelve a la propia mente, cada que que lo haga, puede afirmar algo equivalente a: -"Que Dios le bendiga", soltándole mentalmente. 3) Si hay ocasión de procurarle algún bien, hay que hacerlo; 4) Procurar a nivel mental volverse neutros en relación a ese factor hándicap, inclusive perdonándole si hubiera algo que lo amerite, y pensar todo lo bueno que se recordare de dicha persona, ya que al transmutar los propios pensamientos y sentimientos, en polaridad positiva, se obliga a la otra parte a hacer lo mismo, en forma equivalente, en forma paralela.

19)   Jamás ser piedra en el zapato de nadie y ni factor de desasosiego ajeno. Al contrario, dejemos que cada quien maneje su vida como quiera, tomando sus propias decisiones y asumiendo la propia responsabilidad de sus propios actos, y, también, los beneficios inherentes. Así sea.

20)   Si a nivel personal, o profesionalmente, alguien pide el propio asesoramiento, hay que otorgarlo. Empero, al señalar el camino, entre varias alternativas: Ese camino quien debe recorrerlo es la persona en cuestión. No hay porque subirla en los propios hombros para llevarse a su destino. Si hubiera que subir en los propios hombros a todos los seres que estimamos que es nuestro deber, no habría fuerza humana capaz de hacerlo, excepto la divina. Empero, si dejamos que cada quien siga su camino libremente, sin interferencia de parte nuestra, nos asombraremos como todas aquellas personas, al dejarle en libertad de hacer lo que precisan realizar, lo harán por sí mismas mucho mejor de lo que lo habría efectuado con la propia interferencia, ya que, aun con buena voluntad, muchas personas se transforman en obstáculos severos al inmiscuirse en cosas ajenas que no son de su propia incumbencia. Por eso, podría decirse: -No te metas donde no te han llamado. Respeta la privacidad ajena. No seas piedra en zapatos ajenos para que piedras ajenas no sean una molestia para ti-. Cada quien recibe la sopa de sus propio chocolate.

21)   ¿Eres tú un hándicap para otros? Revisa bien, porque, aún sin tú percibirlo, podrías serlo para tu cónyuge, hijos, padres, nietos, hermanos, suegros, cuñados, compañeros de trabajos, personas de otras ideologías, o espiritualidad diferente, y quien sabe de cuantos más eventuales casos. Adquiere conciencia  de que debes respetar la intimidad ajena para que sea respetada la tuya. No seas un hándicap para nadie, por cuanto tarde o temprano alguien te llamará la atención y pasarás vergüenza por la propia impertinencia.

22)   Empero, si alguien pide tu asistencia y guía, si puedes, dásela, y luego apártate. A veces hay gente que cree que ad infinitum te has convertido en su "esclavo" habitual: no lo permitas, a menos que sea a nivel profesional, o por vía excepcional que tú sabrás discernir, o valuar. A nivel personal, una vez que se aporta la guía solicitada, la persona asesorada, sí después de una vez, dos o tres veces, no realiza nada, habrá agotado el derecho de ser asistida si no utilizó el asesoramiento previo. En otros casos, es precio tener bastante lejos a los que se quejan por costumbre, de todo y por todo. Este tipo de personas donde hay luz, observan oscuridad, donde hay bien, observan el mal, donde hay prosperidad, observan únicamente las pocas e inevitables pocas veces de ausencia de éxito temporal, en vez del éxito que, inevitablemente llega después de inquebrantables esfuerzos como cosecha por la siembra efectuada.

23)   No hay que olvidar a la persona a quien le pesa la gratitud que debe por grandes favores recibidos. Es el peso de la gratitud que le vuelve en piedra en zapatos ajenos, y en gran detractor de quienes ha recibido beneficios. También, algunos pseudos benefactores se transforman piedras en los propios zapatos, al exigir más allá de los parámetros de lo debido, la reciprocidad inherente. Al costo que fuere necesario, hay que efectuar el pago inherente, para la propia auto-liberación.

 

Adelante.

 

Aún en revisión... 

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