Mientras a una persona le quede una pizca de vergüenza,
decoro, o pudor, esa vida vale algo
©Giuseppe Isgró C.
Escudero, dijo Hidalgo:
Mientras a una persona le quede una pizca de vergüenza, decoro, o pudor, esa vida vale algo; esos sentimientos inherentes que afloran en la conciencia, como advertencia admonitoria, coercitiva, constituirán un freno que le permitirán mantenerse dentro de los parámetros de las virtudes. Se parará a tiempo, antes de emprender el camino fangoso, y si ya han caído en el, la fuerza de la vergüenza le permitirá, en tiempo oportuno, salir del mismo, fortalecida, con dignidad renovada.
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