viernes, 3 de enero de 2025

Una educación para la vida


Una educación para la vida

 

Abg. Giuseppe Isgró C.

 

 

Napoleón Hill, insigne maestro de la literatura estimulante, expresó, acertadamente: -“Cada adversidad genera un beneficio equivalente, o mayor”.

Epicteto, uno de los exponentes de la filosofía estoica, mencionó: -“Lo que importan no son las cosas en sí mismas, sino nuestra propia comprensión y actitud frente a ellas”.

Cualquier cosa que ocurra en la vida, es preciso afrontarla cara a cara, sin evasión alguna, sosegadamente, con valor, serenidad y convicción de que será sometida al propio control, y solución.

Las grandes oportunidades de la vida, surgen de las situaciones emergentes, muchas veces inesperadas, que representan, a la vez, un cambio, bien sea porque se ha cerrado una puerta, o porque ha surgido una crisis, de índole
económica, personal, familiar, espiritual, política o de cualquier otra índole.

Hay algunas ideas dignas de tomar en cuenta:

1)       La sabiduría popular expresa: -“Cuando una puerta se cierra, esté atento a la que, simultáneamente, se está abriendo en cualquier otra parte, que está esperando a que entre por ella,al nuevo camino de su vida”. Es la Ley del cambio, en la vida,  lo que mueve el progreso. Caso contrario no se saldría jamás del estancamiento. Las mutaciones permiten transmutar un estado de conciencia a otro más elevado, en la eterna polarización de la vida.

2)       Por otra parte, es bien conocida la máxima de que, “las grandes fortunas se gestan en épocas de crisis”. Por eso es importante conocer los ciclos económicos, los ciclos históricos y los ciclos espirituales. En la vida humana, cada quince años, por los cambios de los entornos del mercado en que, cada quien se desenvuelve, o interactúa, si no se realiza un aprendizaje constante, para prepararse con tiempo a los cambios que, inevitablemente, se presentarán, la persona, automáticamente, sale del mercado en que actúa, o queda relegada a una posición secundaría. Esto, porque, por la obsolescencia de la impreparación,  no está facultada para afrontar los nuevos retos que se le van presentando. Eso ocurre, por lo menos tres o cuatro veces, en la vida de cualquier persona. Siempre hay que prepararse para tiempos mejores, que traerán las nuevas crisis emergentes, a nivel económico, personal, histórico, político o espiritual. Las crisis y los cambios nos fortalecen y nos impulsan a nuevos niveles de progreso.

3)       Además, existe otra gran regla de oro: -Jamás hay que abandonar a mitad de camino, ningún proyecto o realización, ya que, cuando las cosas se ponen menos fáciles, es cuando más cerca se está del cambio, y las situaciones mudan en favorables, favoreciendo las coincidencias que aportan los resultados apetecidos. Se trata de una ley cósmica: la persistencia, cuando las cosas se ponen menos fáciles, activa los poderes creativos de la mente, sintonizando la conexión con la solución, aportando los resultados anhelados.

4)       Siempre aparece el alba dorada, el nuevo amanecer, después de medianoche en punto. Michele Isgró Scibilia, decía: -“Cuando el mundo parece que se acaba, empieza de nuevo”.

5)       Es preciso mantener las expectativas positivas. Siempre ocurre lo que se espera. Bueno o no. Pero, la Ley de la vida es conducir todas las situaciones a un final feliz. Por eso, aún en las grandes adversidades, al final del camino, hay un resultado favorable que compensa todo, además que la experiencia aporta la esencia de la sabiduría. Por eso se dice, que. –“Un mal menor suele evitar uno mayor”, o la otra expresión. –“No hay mal que por bien no venga”. Es la sabiduría de las edades. Pero, hay una condición necesaria, para la solución: afrontar cara a cara, cualquier situación que se presente, sin evasión alguna.

6)       Decía el economista Wilfredo Pareto, que, atacando el 20% de las causas que generan situaciones por resolver, se soluciona el 80% de las mismas.

7)        En mi libro, Todo tiene solución, El arte de resolver situaciones, coloco el ejemplo de un hombre de noventa años, que le decía a su nieto: -“Juan, la mayor parte de las cosas que temí, durante mi vida, no ocurrieron jamás; y lo poco que, realmente, sucedió, siempre pude resolverlo bien”.

8)       La primera cosa que hay que hacer, al afrontar una situación por resolver, es, apartarse a un lugar tranquilo, y:

 

a)       Relajarse, y dar gracias a la Divinidad, de esta manera: -“Gracias, Creador Universal, porque esta situación, en tus planes cósmicos, ya está resuelta.” Dar las gracias, anticipadamente, por la solución anhelada, es el primer paso para manifestarla.

b)       Anotar en una hoja de papel: 1) Cuál es el problema. 2) Dividirlo en todas las partes posibles y jerarquizar su solución por su orden de prioridad, una a la vez. 3) Enunciar todas las alternativas de probables soluciones. Elegir la mejor alternativa, en cada parte subdividida. Preguntarse: Si adopto este curso de acción y se resuelve la situación, ¿me satisface? Y, si ocurre lo peor, ¿podré controlarlo? Si ocurre lo mejor, satisface, y si ocurre lo peor, se puede controlar la situación, hay que pasar a la acción, es decir:

c)       Tomar la decisión de actuar con determinación y confianza de resolver la situación, dando un paso a la vez, por su respectivo orden de prioridad. Todo se puede resolver si se ataca una cosa a la vez.

d)       Visualizar los resultados positivos, sin enfocar persona alguna, es una manera de abrir el camino a la solución. El secreto está en no involucrar, mentalmente, a nadie, por respeto. Además, la vida sabe donde se encuentra la solución; no hay que interferir la llegada de la solución, que, casi siempre, se presenta de donde menos se piensa y espera.

9)       Por otra parte, es preciso tener en cuenta:

a)       Mantener en mente un sentimiento de lo justo para todas las partes involucradas, asumiendo la propia responsabilidad.

b)       Ir con la verdad por delante.

c)       Asumir una actitud confianza en los resultados positivos.

d)       Asumir el control de los propios pensamientos, sentimientos, palabras y actos, para tener dominio de sí mismo, y de la situación.

e)       Dar siempre la cara, para resolver el caso de la mejor manera posible, negociando de forma prudente, sin evasión, con las personas interrelacionadas.

f)       Cumplir lo que promete, por eso la prudencia al negociar lapsos realistas.

g)       El conocimiento necesario para resolver cada caso, si no se posee, determina la necesidad de asesorarse con personas competentes y hacer consultas pagadas, muchas veces. En cuestiones legales hay que asesorarse con abogados competentes y pagarle los honorarios justos que le corresponden, en la obtención de un Dictamen jurídico; pero, podría tratarse de otro profesional, por ejemplo: de un economista, o cualquier otro asesor, obteniendo un informe escrito. La mayor parte de los casos, se resuelven fácilmente con la asistencia de un asesor competente.  

h)       La resiliencia conjuga elementos científicos, filosóficos, psicológicos y axiológicos, como: la verdad, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la dignidad y el honor, la honradez y la belleza, esta última como justicia estética, es decir, los modales de cortesía, respeto, cordialidad, amabilidad, serenidad, humildad, paciencia, incluyendo, entre otros aspectos, una pizca de buen humor, una sonrisa a flor de labios, una calma imperturbable y un estado de impasibilidad a prueba de todo, para enfocar las cosas inherentes al caso de que se trate. No obstante, la resiliencia no deja de ser un arte de vivir, transmutando situaciones adversas en favorables, como una especie de alquimia espiritual.

10)    Hay un axioma digno de tener en cuenta: -“Desde el momento en que se enfrenta una situación, sea cual fuere, es porque se está en condiciones de resolverla, caso contrario, jamás se habría presentado”.

11)    Es importante honrar siempre los propios compromisos, como condición sine qua non, ya que, lo que se reúsa afrontar hoy, siempre estará esperando, a cada quién, más adelante.

 

El conocimiento amplio de las leyes de la vida, de los valores, de la misión que cada quien trae en cada ciclo existencial, el conocimiento de la psicología, de la economía, de la gerencia, de las diversas corrientes de pensamiento, que amplían la propia visión de las cosas, es esencial para desarrollar una sólida Resiliencia para afrontar con éxito la vida.

Por último: en las pérdidas de actividades laborales, de parejas, o de seres queridos desencarnados, por el inherente conocimiento de las leyes de la vida, la Resiliencia activa el mecanismo de la percepción comprensiva que permite superar esas fases que no dejan de se naturales, para todos, en el curso de una existencia humana. Por otra parte, al afrontar las pruebas de turno, de la vida, para resolverlas y optimizar resultados, se descubre la propia aptitud de, mientras se buscan otras cosas, de encontrar por vía de “causalidad”, lo que, realmente conviene a la propia realidad. Es lo que se ha dado en denominar: Serendipity, o "serendipia", es decir, el encuentro de algo valioso, sin buscarlo. Afrontar la adversidad, casi siempre es el medio que conduce a una persona determinada, al lugar correcto, en el momento oportuno, para hacer la cosa adecuada.

La Resiliencia, forma parte de una educación integral para la vida.

 

Adelante.

 


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