LA PROGRAMACIÓN
DE LA PROSPERIDAD
©Abg. Giuseppe Isgró C.
Del libro: CORAJE, El valor de vivir con ética
Cuando Pitaco, uno de los
siete sabios, terminó su período al frente del gobierno, hacia el año
La sabiduría de Pitaco de
evitar la carga innecesaria de atender una riqueza superior a la esencial es
una guía valiosa de seguir a la hora de programar la propia riqueza. Constituye
una anticipación del famoso principio que destaca que el 20% de las actividades
genera el 80% de los resultados, variante de la ley de Pareto que, aplicada,
permite evitar el 80% de las actividades que sólo producen un 20% de
resultados.
En la planificación de la
propia prosperidad, es necesario deshacerse del 20% de riqueza que absorbe el
80% del propio esfuerzo.
El programa debe
contemplar la culminación de una carrera técnica o universitaria, con los
respectivos post grados y doctorados, o
cursos de especialización que permitan a cada persona competente con la máxima
efectividad en el área de su desempeño.
Acto seguido, o durante su
formación, es preciso seleccionar el trabajo que, como misión de vida, en base
a la propia vocación y visión del entorno, sirva para labrar una vida prospera,
digna y feliz para la persona en particular y todos los miembros de su familia.
Esa carrera vital incluye
ciertos objetivos como son la adquisición de: una casa acorde a las propias
aspiraciones; otra con fines vacacionales o fines de semana; la adquisición de
un negocio o la instalación de un despacho profesional acorde con el tipo de
carrera elegida; uno o varios vehículos, para si y para la cónyuge, y
eventualmente para los hijos; ropa adecuada; protección mediante seguros;
ahorros e inversiones para garantizar los estudios de los hijos y el bienestar en edad más avanzada; la
pertenencia a algún club, logia, academia, o institución de vocación de
servicios sociales o políticos, etcétera, cuya programación debe efectuarse de
acuerdo a un estricto orden prioritario.
Además, es preciso incluir
un programa de crecimiento personal continuo o desarrollo profesional,
asistiendo periódicamente a conferencias, charlas o cursos.
La práctica de algún hobby
debe complementar el citado plan; además un programa sistemático de viajes para
conocer el propio país y aquellos lugares históricos o turísticos que más
atraen a cada quien.
El plan de la prosperidad
comenzado en edad temprana o en cualquier otra en que se tome la decisión de
hacerlo, en forma inmediata canaliza la propia energía creativa a su logro,
evitando el despilfarro de esfuerzos, energía y recursos, tomando, cada
persona, las riendas de la vida en las propias manos.
Es preciso, también, tener
presente el plan cósmico que la vida tiene reservado a cada persona, bajo cuya
guía divina es oportuno someterse, por cuanto, armonizando con el esquema que
cada persona trae, se optimizan los resultados.
La sabiduría divina va
guiando gradualmente a toda persona a su
verdadero destino como misión de vida en cuyo cumplimiento es preciso asumir
las propias responsabilidades en cada oportunidad y regir la propia vida de
acuerdo a la visión de los valores universales que, en la vida diaria se
traduce por la práctica de todas las virtudes, además de las fundamentales de
prudencia, justicia, fortaleza y templanza, constituyendo, cada valor un ideal
al cual se canalizará la propia energía creativa para que, en su desarrollo o
perfección se vaya alcanzando la evolución cósmica y un más elevado y creciente
estado de conciencia.
Resérvate un tiempo
suficiente para retirarte en un lugar tranquilo, libre de todas interferencias,
en el cual, puedas plantearte los aspectos esenciales de tu verdadera misión de
vida y paralelamente efectuar un programa de objetivos a corto, mediano y largo
plazo.
En primer lugar, da las
gracias por toda la riqueza que ya posees, anotando cada uno de sus elementos:
vida, salud, familia, trabajo, amigos, clientes, vivir en un país como en el
que vives; la riqueza que el Creador
Universal tiene reservada para ti, todo el progreso y conocimientos acumulados
a través de las edades; la confianza y prestigio del cual gozas en tu entorno;
la suma existencial y experiencia que has ido acumulando en todos tus
anteriores ciclos de vida y en el actual, etcétera, para darte cuenta, de que,
tienes mayores riquezas de lo que piensas y más abundancia de lo que imaginas,
las cuales están a tu disposición para realizar la obra a ti encomendada en el
quehacer cósmico. Afirma: -Gracias, Creador Universal, por la riqueza que
Tienes reservada para mí; la acepto-.
Además, ten presente que,
el planeta tierra ha sido constituido por el orden cósmico con la finalidad de
suplir, gradualmente, a las necesidades humana durante toda su trayectoria
pre-destinada y siendo una escuela de vida, tanto el programa como los recursos
para su desarrollo y culminación están a la disposición de todos, si se asume
el compromiso de cumplir la propia misión de vida. Por lo cual, todo lo que
requieres y precisarás ya ha sido dispuesto por el Gran Ordenador Cósmico. Todo
fue previsto. Nada hay que temer. Confía. Presta tu concurso, cooperando
positivamente.
Ten presente que, al
recordar las cosas que se poseen, dando las gracias por ellas, se atraen más de
las que se tienen y requieren.
Entra en armonía con el
Creador Universal elevando tu pensamiento hasta Él y solicítale guía,
asistencia e iluminación. Ofrézcale tu servicio para te utilice donde Él lo crea
más conveniente -de acuerdo con tu plan de vida, suma existencial y karma
personal- en una cooperación en beneficio de la humanidad. Acepta cooperar con
el universo y con la humanidad del planeta tierra. ¿Sabe lo que significa? ¡Que
siempre tendrás trabajo y suficiente provisión divina!
Es preciso incrementar la
capacidad de dar con la visión de los valores universales y mientras más des,
en igual grado recibes.
La ley cósmica es tan
sabia que, aún cuando tú creas que no tienes para dar, ella te provee con
antelación lo suficiente para dar. La intención abre la puerta por la cual
entra la nueva provisión, pero, es
preciso que circule el flujo anterior,
saliendo al exterior, para efectuar la renovación correspondiente.
Esto permite visualizar
que, para que entre la nueva provisión, es preciso dar la que se tiene, es
decir, “vaciarse” para “volver a llenarse”, de acuerdo a la ley cósmica, la
cual expresa: -Toda fuerza vaciante al retrotraerse, atrae las cosas nuevas que se
requieren como provisión divina-.
Tener los canales abiertos
permite que continuamente fluya la provisión divina, en la cadena cósmica, de
arriba hacia ti y de ti hacia abajo.
EL PODER DE LA ACEPTACIÓN
Afirma, en la noche antes de dormir o
en la mañana, al levantarte:
1. Acepto
la provisión cósmica de hoy, en todas las áreas de mi vida, en todos los
niveles físicos, anímicos, mentales, energéticos, afectivos, espirituales, y en
cualesquiera otras dimensiones u esferas mentales adecuadas en que sea
necesario y lo requieran, la cual recibo oportunamente, en el aquí y
ahora. Doy las gracias por la provisión divina de hoy.
2. Acepto
la sabiduría y la prudencia necesaria y suficiente para el día de hoy
para atender, resolver y realizar todas las cosas u objetivos que son
prioridades para esta jornada, en todos los niveles y esferas de acción,
realidades y necesidades. Hecho está. Doy las gracias por la sabiduría
y prudencia de hoy.
3. Acepto
el amor como fuente de poder supremo que alimenta mi capacidad de dar más y
mejor afecto, comprensión, aprecio, amistad, servicio efectivo y generoso y
recibir en igual grado la respectiva reciprocidad de acuerdo a la ley de
compensación cósmica. Doy las gracias por el amor divino de hoy.
4. Acepto
la luz que ilumina mi espíritu, aclara mi mente y resplandece en todos mis
caminos, hoy, para ver con claridad las prioridades que debo atender y la mejor
manera de hacerlo, en el momento oportuno, con la prestancia necesaria y la
potencia suficiente para lograr los resultados óptimos requeridos. Doy
las gracias por la luz divina de hoy.
5. Acepto
la vida perfecta que hay en mí, hoy, en el eterno presente, con pleno equilibro
en todos sus grados y formas de manifestación. Doy gracias por la vida
perfecta en mí, aquí y ahora, en el eterno presente, con pleno equilibrio en
todas fases, niveles y grados de manifestaciones.
6. Acepto
el poder creador que hay en mí alimentado por el poder creador que hoy me
proporciona la potencia suficiente para crear o realizar los resultados y
soluciones adecuados para este día y sembrar las semillas suficientes para
cosechar los frutos adecuados y suficientes, siempre, en el eterno
presente. Doy gracias por el poder creador en mí.
7. Acepto
la fortaleza para afrontar con objetividad, realismo, confianza y determinación
de triunfar todas las cosas y objetivos de este día. Doy gracias por la
fortaleza perfecta que hay en mí.
8. Acepto
la justicia universal para, con equidad, compensar mi vida pagando la cuota
diaria de lo que debo a la vida, al planeta tierra, al universo, a Dios, a las
leyes cósmicas, a la humanidad del planeta Tierra y de otros mundos donde haya
vivido o me corresponde vivir, con todas las personas con quien tenga deudas
kármicas y a la vez recibir la cuota de compensación que me es debida de
cualesquiera fuentes y en cualquier nivel, esfera o lugar del universo y la
recibo aquí y ahora, oportunamente. Doy gracias por la justicia
universal que actúa en mí.
9. Acepto
la compensación que recíprocamente corresponda en cada caso,
oportunamente. Doy gracias por la compensación oportuna que recibo hoy,
y por la que aporto, oportunamente, para vivir en perfecto equilibrio.
10. Acepto
el perdón de Dios y de todos los seres o expresiones de vida de quienes, por
cualesquiera motivos o causa, requiero ser perdonado, aquí y ahora. Acepto
perdonar a todos los seres o expresiones de vida, por cualesquiera motivos o
causa, debo perdonar o precisan ser perdonados por mí; dejando a salvo las
respectivas compensaciones que correspondan de acuerdo a la ley divina, las
cuales acepto pagar en lo que corresponda para saldar mis deudas kármicas y
cobrar lo que corresponda, de acuerdo a la ley de compensación para tener la
suficiente provisión para a mi vez cumplir con mis obligaciones y compensar lo
que debo. Acepto que la vida compense mi balanza de pago de la manera correcta
y armoniosa que, en cada caso y en el total de la suma existencial,
corresponda aquí y ahora y acepto dejarme guiar por la sabiduría divina,
y por todas las leyes universales, de aquí en adelante, para mantener un
perfecto equilibrio en mi vida, libre de deudas kármicas. Doy gracias
por el perdón divino y por el perdón de todos los seres y expresiones de vida
de quienes corresponda recibirlo, u otorgarlo, oportunamente.
11. Acepto
la belleza en todos sus niveles de manifestación, en mi vida, acciones y obras
y desarrollo hoy todo lo que es preciso para cultivar la belleza
correspondiente al día de hoy. Doy gracias por la belleza perfecta
expresada en mí, ahora.
12. Acepto
la bondad, la generosidad, el afecto, la amistad, el aprecio, el estímulo, el
aliento y cualesquiera otras manifestaciones de apoyo de la fuente universal,
espiritual, personal o de cualquier parte de donde provenga y doy
gracias por ello.
13. Acepto
el trabajo perfecto de este día y doy gracias por el trabajo perfecto
de hoy.
14. Acepto
el resultado positivo de mis inversiones hoy y doy gracias por
ello.
15. Acepto
los pensamientos de prosperidad, abundancia y riqueza integral hoy y doy
gracias por la prosperidad, la abundancia y riqueza integral en el eterno
presente, ahora.
16. Acepto
el país en el que vivo hoy, tal como es, a su gente, tal como es y todas las
situaciones que vivo, tales como son y contribuyo, hoy, a mejorar todo lo que
puedo, empezando por mejorarme a mi mismo; acepto darle lo mejor de mí y
acepto recibir todo lo que puede darme. Acepto pagar todo lo que le debo y
cobrarle todo lo que me debe, para que exista una perfecta compensación entre
este país y yo y liberarme de deudas kármicas respecto a él y yo liberarlo de
deudas kármicas respecto a mí, todo en perfecta concordancias con las leyes
cósmicas, en cada caso particular. Doy gracias al país en que vivo.
17. Acepto
efectuar el estudio que corresponde al día de hoy y enseñar lo que es preciso,
donde sea necesario. Acepto escribir la parte que corresponda a mi programa,
para hoy y hacerlo en la forma más perfecta posible. Doy gracias por
ello.
18. Acepto
la tolerancia universal y humana para el día de hoy, en los límites justos y
adecuados en cada caso; acepto ser tolerante con todos, en igual grado. Doy
gracias por la tolerancia perfecta.
19. Acepto
todas las cosas que poseo, tales como son y acepto darle el mejor uso posible
para optimizar su aprovechamiento tanto para la humanidad como para mi familia
y para mí. Doy gracias por todas las cosas que poseo.
20. Acepto
la familia de la cual formo parte, tal como es y acepto darle lo mejor de mí y
recibir lo mejor que ella está dispuesta a ofrecerme. Doy gracias por
la familia que poseo.
21. Acepto
el trabajo que la vida tiene para mí, hoy. Doy gracias por el trabajo
perfecto que la vida tiene hoy para mí.
22. Acepto
la felicidad, alegría y dicha que la vida me ofrece hoy. Doy gracias
por la felicidad, alegría y dicha de hoy.
23. Me
acepto tal como soy; acepto realizar los cambios que debo llevar a cabo para
perfeccionarme de acuerdo al ideal cósmico y a los valores universales y
virtudes inherentes. Doy gracias por ser quien soy, como soy, y como me
manifiesto en el eterno presente, cada día mejor.
24. Acepto
trabajar por el bien de la humanidad. hoy, en el lugar, en la tarea y en los
objetivos universales que el Creador tiene previsto, para mí, en sus planes
cósmicos. Doy gracias por la oportunidad de servicio a la humanidad,
hoy.
25. Acepto acrecentar, cada día más y mejor mis reservas económicas y de cualquier otra índole precisada. Cada día la riqueza integral, la abundancia y la prosperidad fluyen en mí y las utilizo con sabiduría y prudencia, fortaleza, templanza, justicia y equidad. Doy gracias, al Creador, por el incremento de mi riqueza integral, hoy. Hecho está.
Adelante.
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