sábado, 15 de julio de 2023

LA PROGRAMACIÓN DE LA PROSPERIDAD

 


LA PROGRAMACIÓN 

DE LA PROSPERIDAD

 

©Abg. Giuseppe Isgró C.

Del libro: CORAJE, El valor de vivir con ética

 

 

 

Cuando Pitaco, uno de los siete sabios, terminó su período al frente del gobierno, hacia el año 575 a.n.e., la ciudad de Mitilene le obsequió un terreno –conocido como campo Pitaqueo- del cual seccionó una pequeña parte restituyendo el resto por considerar que  aquella le bastaba para cubrir sus necesidades y que la otra era una carga innecesaria; por lo cual acuñó una frase que expresaba: -aquella parte era mayor que el todo”.

La sabiduría de Pitaco de evitar la carga innecesaria de atender una riqueza superior a la esencial es una guía valiosa de seguir a la hora de programar la propia riqueza. Constituye una anticipación del famoso principio que destaca que el 20% de las actividades genera el 80% de los resultados, variante de la ley de Pareto que, aplicada, permite evitar el 80% de las actividades que sólo producen un 20% de resultados.

En la planificación de la propia prosperidad, es necesario deshacerse del 20% de riqueza que absorbe el 80% del propio esfuerzo.

El programa debe contemplar la culminación de una carrera técnica o universitaria, con los respectivos post grados  y doctorados, o cursos de especialización que permitan a cada persona competente con la máxima efectividad en el área de su desempeño.

Acto seguido, o durante su formación, es preciso seleccionar el trabajo que, como misión de vida, en base a la propia vocación y visión del entorno, sirva para labrar una vida prospera, digna y feliz para la persona en particular y todos los miembros de su familia.

Esa carrera vital incluye ciertos objetivos como son la adquisición de: una casa acorde a las propias aspiraciones; otra con fines vacacionales o fines de semana; la adquisición de un negocio o la instalación de un despacho profesional acorde con el tipo de carrera elegida; uno o varios vehículos, para si y para la cónyuge, y eventualmente para los hijos; ropa adecuada; protección mediante seguros; ahorros e inversiones para garantizar los estudios de los hijos y  el bienestar en edad más avanzada; la pertenencia a algún club, logia, academia, o institución de vocación de servicios sociales o políticos, etcétera, cuya programación debe efectuarse de acuerdo a un estricto orden prioritario.

Además, es preciso incluir un programa de crecimiento personal continuo o desarrollo profesional, asistiendo periódicamente a conferencias, charlas o cursos.

La práctica de algún hobby debe complementar el citado plan; además un programa sistemático de viajes para conocer el propio país y aquellos lugares históricos o turísticos que más atraen a cada quien.

El plan de la prosperidad comenzado en edad temprana o en cualquier otra en que se tome la decisión de hacerlo, en forma inmediata canaliza la propia energía creativa a su logro, evitando el despilfarro de esfuerzos, energía y recursos, tomando, cada persona, las riendas de la vida en las propias manos.

Es preciso, también, tener presente el plan cósmico que la vida tiene reservado a cada persona, bajo cuya guía divina es oportuno someterse, por cuanto, armonizando con el esquema que cada persona trae, se optimizan los resultados.

La sabiduría divina va guiando gradualmente a toda persona  a su verdadero destino como misión de vida en cuyo cumplimiento es preciso asumir las propias responsabilidades en cada oportunidad y regir la propia vida de acuerdo a la visión de los valores universales que, en la vida diaria se traduce por la práctica de todas las virtudes, además de las fundamentales de prudencia, justicia, fortaleza y templanza, constituyendo, cada valor un ideal al cual se canalizará la propia energía creativa para que, en su desarrollo o perfección se vaya alcanzando la evolución cósmica y un más elevado y creciente estado de conciencia.

Resérvate un tiempo suficiente para retirarte en un lugar tranquilo, libre de todas interferencias, en el cual, puedas plantearte los aspectos esenciales de tu verdadera misión de vida y paralelamente efectuar un programa de objetivos a corto, mediano y largo plazo.

En primer lugar, da las gracias por toda la riqueza que ya posees, anotando cada uno de sus elementos: vida, salud, familia, trabajo, amigos, clientes, vivir en un país como en el que vives; la riqueza que el  Creador Universal tiene reservada para ti, todo el progreso y conocimientos acumulados a través de las edades; la confianza y prestigio del cual gozas en tu entorno; la suma existencial y experiencia que has ido acumulando en todos tus anteriores ciclos de vida y en el actual, etcétera, para darte cuenta, de que, tienes mayores riquezas de lo que piensas y más abundancia de lo que imaginas, las cuales están a tu disposición para realizar la obra a ti encomendada en el quehacer cósmico. Afirma: -Gracias, Creador Universal, por la riqueza que Tienes reservada para mí; la acepto-.

Además, ten presente que, el planeta tierra ha sido constituido por el orden cósmico con la finalidad de suplir, gradualmente, a las necesidades humana durante toda su trayectoria pre-destinada y siendo una escuela de vida, tanto el programa como los recursos para su desarrollo y culminación están a la disposición de todos, si se asume el compromiso de cumplir la propia misión de vida. Por lo cual, todo lo que requieres y precisarás ya ha sido dispuesto por el Gran Ordenador Cósmico. Todo fue previsto. Nada hay que temer. Confía. Presta tu concurso, cooperando positivamente.

 

Ten presente que, al recordar las cosas que se poseen, dando las gracias por ellas, se atraen más de las que se tienen y requieren.

Entra en armonía con el Creador Universal elevando tu pensamiento hasta Él y solicítale guía, asistencia e iluminación. Ofrézcale tu servicio para te utilice donde Él lo crea más conveniente -de acuerdo con tu plan de vida, suma existencial y karma personal- en una cooperación en beneficio de la humanidad. Acepta cooperar con el universo y con la humanidad del planeta tierra. ¿Sabe lo que significa? ¡Que siempre tendrás trabajo y suficiente provisión divina!

Es preciso incrementar la capacidad de dar con la visión de los valores universales y mientras más des, en igual grado recibes.

La ley cósmica es tan sabia que, aún cuando tú creas que no tienes para dar, ella te provee con antelación lo suficiente para dar. La intención abre la puerta por la cual entra la nueva provisión, pero,  es preciso  que circule el flujo anterior, saliendo al exterior, para efectuar la renovación correspondiente.

Esto permite visualizar que, para que entre la nueva provisión, es preciso dar la que se tiene, es decir, “vaciarse” para “volver a llenarse”, de acuerdo a la ley cósmica, la cual expresa: -Toda fuerza vaciante al retrotraerse, atrae las cosas nuevas que se requieren como provisión divina-.

Tener los canales abiertos permite que continuamente fluya la provisión divina, en la cadena cósmica, de arriba hacia ti y de ti hacia abajo.


EL PODER DE LA ACEPTACIÓN



Afirma, en la noche antes de dormir o en la mañana, al levantarte:

1.           Acepto la  provisión cósmica de hoy, en todas las áreas de mi vida, en todos los niveles físicos, anímicos, mentales, energéticos, afectivos, espirituales, y en cualesquiera otras dimensiones u esferas mentales adecuadas en que sea necesario y lo requieran, la cual recibo oportunamente, en el aquí y ahora. Doy las gracias por la provisión divina de hoy.

2.           Acepto la sabiduría y la prudencia  necesaria y suficiente para el día de hoy para atender, resolver y realizar todas las cosas u objetivos que son prioridades para esta jornada, en todos los niveles y esferas de acción, realidades y necesidades. Hecho está. Doy las gracias por la sabiduría y prudencia de hoy.

3.           Acepto el amor como fuente de poder supremo que alimenta mi capacidad de dar más y mejor afecto, comprensión, aprecio, amistad, servicio efectivo y generoso y recibir en igual grado la respectiva reciprocidad de acuerdo a la ley de compensación cósmica. Doy las gracias por el amor divino de hoy.

4.           Acepto la luz que ilumina mi espíritu, aclara mi mente y resplandece en todos mis caminos, hoy, para ver con claridad las prioridades que debo atender y la mejor manera de hacerlo, en el momento oportuno, con la prestancia necesaria y la potencia suficiente para lograr los resultados óptimos requeridos. Doy las gracias por la luz divina de hoy.

5.           Acepto la vida perfecta que hay en mí, hoy, en el eterno presente, con pleno equilibro en todos sus grados y formas de manifestación. Doy gracias por la vida perfecta en mí, aquí y ahora, en el eterno presente, con pleno equilibrio en todas fases, niveles y grados de manifestaciones.

6.           Acepto el poder creador que hay en mí alimentado por el poder creador que hoy me proporciona la potencia suficiente para crear o realizar  los resultados y soluciones adecuados para este día y sembrar las semillas suficientes para cosechar los frutos adecuados y suficientes, siempre, en el eterno presente. Doy gracias por el poder creador en mí.

7.           Acepto la fortaleza para afrontar con objetividad, realismo, confianza y determinación de triunfar todas las cosas y objetivos de este día. Doy gracias por la fortaleza perfecta que hay en mí.

8.           Acepto la justicia universal para, con equidad, compensar mi vida pagando la cuota diaria de lo que debo a la vida, al planeta tierra, al universo, a Dios, a las leyes cósmicas, a la humanidad del planeta Tierra y de otros mundos donde haya vivido o me corresponde vivir, con todas las personas con quien tenga deudas kármicas y a la vez recibir la cuota de compensación que me es debida de cualesquiera fuentes y en cualquier nivel, esfera o lugar del universo y la recibo aquí y ahora, oportunamente. Doy gracias por la justicia universal que actúa en mí.

9.           Acepto la compensación que recíprocamente corresponda en cada caso, oportunamente. Doy gracias por la compensación oportuna que recibo hoy, y por la que aporto, oportunamente, para vivir en perfecto equilibrio.

10.        Acepto el perdón de Dios y de todos los seres o expresiones de vida de quienes, por cualesquiera motivos o causa, requiero ser perdonado, aquí y ahora. Acepto perdonar a todos los seres o expresiones de vida, por cualesquiera motivos o causa, debo perdonar o precisan ser perdonados por mí; dejando a salvo las respectivas compensaciones que correspondan de acuerdo a la ley divina, las cuales acepto pagar en lo que corresponda para saldar mis deudas kármicas y cobrar lo que corresponda, de acuerdo a la ley de compensación para tener la suficiente provisión para a mi vez cumplir con mis obligaciones y compensar lo que debo. Acepto que la vida compense mi balanza de pago de la manera correcta y armoniosa que, en cada caso y en el total de la suma existencial, corresponda  aquí y ahora y acepto dejarme guiar por la sabiduría divina, y por todas las leyes universales, de aquí en adelante, para mantener un perfecto equilibrio en mi vida, libre de deudas kármicas. Doy gracias por el perdón divino y por el perdón de todos los seres y expresiones de vida de quienes corresponda recibirlo, u otorgarlo, oportunamente.

11.        Acepto la belleza en todos sus niveles de manifestación, en mi vida, acciones y obras y desarrollo hoy todo lo que es preciso para cultivar la belleza correspondiente al día de hoy. Doy gracias por la belleza perfecta expresada en mí, ahora.

12.        Acepto la bondad, la generosidad, el afecto, la amistad, el aprecio, el estímulo, el aliento y cualesquiera otras manifestaciones de apoyo de la fuente universal, espiritual, personal o de cualquier parte de donde provenga y doy gracias por ello.

13.        Acepto el trabajo perfecto de este día y doy gracias por el trabajo perfecto de hoy.

14.        Acepto el resultado positivo de mis inversiones hoy y doy gracias por ello.

15.        Acepto los pensamientos de prosperidad, abundancia y riqueza integral hoy y doy gracias por la prosperidad, la abundancia y riqueza integral en el eterno presente, ahora.

16.        Acepto el país en el que vivo hoy, tal como es, a su gente, tal como es y todas las situaciones que vivo, tales como son y contribuyo, hoy, a mejorar todo lo que puedo, empezando por mejorarme a mi mismo; acepto darle  lo mejor de mí y acepto recibir todo lo que puede darme. Acepto pagar todo lo que le debo y cobrarle todo lo que me debe, para que exista una perfecta compensación entre este país y yo y liberarme de deudas kármicas respecto a él y yo liberarlo de deudas kármicas respecto a mí, todo en perfecta concordancias con las leyes cósmicas, en cada caso particular. Doy gracias al país en que vivo.

17.        Acepto efectuar el estudio que corresponde al día de hoy y enseñar lo que es preciso, donde sea necesario. Acepto escribir la parte que corresponda a mi programa, para hoy y hacerlo en la forma más perfecta posible. Doy gracias por ello.

18.        Acepto la tolerancia universal y humana para el día de hoy, en los límites justos y adecuados en cada caso; acepto ser tolerante con todos, en igual grado. Doy gracias por la tolerancia perfecta.

19.        Acepto todas las cosas que poseo, tales como son y acepto darle el mejor uso posible para optimizar su aprovechamiento tanto para la humanidad como para mi familia y para mí. Doy gracias por todas las cosas que poseo.

20.        Acepto la familia de la cual formo parte, tal como es y acepto darle lo mejor de mí y recibir lo mejor que ella está dispuesta a ofrecerme. Doy gracias por la familia que poseo.

21.        Acepto el trabajo que la vida tiene para mí, hoy. Doy gracias por el trabajo perfecto que la vida tiene hoy para mí.

22.        Acepto la felicidad, alegría y dicha que la vida me ofrece hoy. Doy gracias por la felicidad, alegría y dicha de hoy.

23.        Me acepto tal como soy; acepto realizar los cambios que debo llevar a cabo para perfeccionarme de acuerdo al ideal cósmico y a los valores universales y virtudes inherentes. Doy gracias por ser quien soy, como soy, y como me manifiesto en el eterno presente, cada día mejor.

24.        Acepto trabajar por el bien de la humanidad. hoy, en el lugar, en la tarea y en los objetivos universales que el Creador tiene previsto, para mí, en sus planes cósmicos. Doy gracias por la oportunidad de servicio a la humanidad, hoy.

25.        Acepto acrecentar, cada día más y mejor mis reservas económicas y de cualquier otra índole precisada. Cada día la riqueza integral, la abundancia y la prosperidad fluyen en mí y las utilizo con sabiduría y prudencia, fortaleza, templanza, justicia y equidad. Doy gracias, al Creador, por el incremento de mi riqueza integral, hoy. Hecho está

Adelante.


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