50 claves para hacer de usted una marca
Autor: Tom
Peters
Conviértase
en una marca que comunique distinción, compromiso y pasión.
En el inexorable mundo interconectado
en el que vivimos, más del 90 % de los empleados de oficina van a desaparecer o
se van a renovar de tal modo que será imposible reconocerlos. Las únicas dos
salidas que nos quedan es distinguirnos o extinguirnos. Solo podremos
sobrevivir si triunfamos y prosperamos convirtiéndonos en una marca.
La unidad fundamental de la economía
actual es el individuo. Los trabajos los efectúan redes temporales de personas
que se desmantelan cuando el proyecto finaliza. Valemos lo que nuestro
último-próximo trabajo. Igual que un pintor de brocha gorda o que Harrison
Ford. La nueva economía, basada en el cerebro, es en realidad la vieja
economía: nos pide que nos las ingeniemos y que improvisemos. Por lo tanto, si
queremos triunfar debemos considerarnos una marca. Tratar de ser una persona
inteligente, informada, que siempre está aprendiendo y creciendo, que sabe cómo
venderse y, por encima de todo, cuya labor despierta interés.
Lo que necesitamos es un trasplante de
actitud. Hemos de comenzar a pensar y actuar como profesionales independientes.
Un profesional independiente es autosuficiente: depende de su capacidad y de su
perfeccionamiento constante, y promete algo fiable.
Crear una marca de uno mismo es un gran
desafío personal en el que hay mucho en juego. Tom Peters, en 50 claves
para hacer de usted una marca nos ofrece, con su particular estilo
directo e incisivo, una perspectiva y una multitud de sugerencias prácticas que
nos permitirán superarlo: desde el diseño de nuestra tarjeta de visita, la
creación de nuestra página web, la elaboración de nuestra lista de contactos,
hasta el desarrollo de una imagen de marca o la obtención continua de
resultados efectivos.
Las
claves para hacer de usted una marca
¿Cuándo fue la
última vez que se preguntó: "qué quiero ser"? Marca
Yo es una idea pragmática y comercial. Es la forma de sobrevivir en el momento
en el que el empleado de oficina se ve con el agua al cuello. Pero también es
una oportunidad y una liberación que tiene que ver con la definición de
nosotros mismos. Es decir: ¿Qué quiero ser yo? ¿Qué quiero defender yo?
¿Importa mi trabajo? ¿Estoy dejando huella? ¿Qué quiero ser? ¿Quién soy? ¿Quién
no soy? (La marca tiene tanto que ver con lo que no es el producto como con lo
que es).
No debemos tener reparos en
preguntarnos todos los días lo siguiente: “¿Es lo que estoy haciendo ahora
mismo coherente con la creación de una marca, mi marca?”.
Una marca no se crea en un día.
Necesitamos tiempo para barajar ideas; definir nuestros puntos fuertes y
débiles; estudiar las marcas comerciales e intentar que todo encaje.
Empezar ahora:
utilizar un conjunto de herramientas muy prácticas para valorar la Marca
Yo. Conviene que hagamos una evaluación de nuestro
capital de marca personal respondiendo a las siguientes preguntas:
1- Soy famoso por… [2-4 cosas]. El año
que viene por estas fechas, espero ser también famoso por… [1-2 cosas más].
2- Mi proyecto actual es para mí un
desafío en… [1-2 aspectos].
3- Cosas nuevas que he aprendido en los
últimos tres meses… [1-3 cosas].
4- Incorporaciones importantes a mi
libreta de direcciones en los últimos tres meses… [2-4 nombres].
5- Mi principal "actividad de
mejora del currículo" para los próximos tres meses es… [1 actividad].
Y también:
6- Imaginar que la gente necesitada de
servicios como el nuestro recurriese a las Páginas Amarillas y pensar en qué
podemos ofrecerles que no les ofrezca nadie más. ¿Qué diría nuestro anuncio con
brevedad y gracia? He aquí un ejemplo:
JULIE ANIXTER
Valor que creo en
30 segundos o menos…
Hacer del diseño
una ventaja visible en la empresa y en la enseñanza. Soy una diseñadora que
puede tener una gran idea antes de lo que tarda usted en decir GRAN IDEA y que
puede traducirla en 15 formas geniales en acciones, programas y productos. Creo
que la enseñanza es marketing y el marketing es enseñanza. También tengo una
perspectiva de Mujer del Renacimiento bastante ecléctica que incorpora un amor
innato del arte y la política, heredado de mi abuelo, que fue un alto cargo
político en el Chicago de la década de 1920. Y deseo compartirlo.
7- Definir nuestro posicionamiento
personal en ocho palabras. Si no lo podemos hacer es que no lo tenemos.
8- Podríamos hacer una pegatina en la
que definiríamos nuestra esencia. Un reportero pidió a un político que se
presentaba a las elecciones en 1998: "Defínase en una pegatina para mi
coche".
Consagrarse
sinceramente a la maestría y los proyectos. El
periodista George Leonard escribió un libro titulado Mastery. En
él hablaba de la obsesión por alcanzar la maestría en cualquier actividad: la
vela, el judo, la cocina, la contratación de talentos, etc.
Esperamos encontrar maestría en un
neurocirujano. En un chelista. En una soprano. En un jugador de baloncesto. En
un carpintero que hace de nuestra cocina una obra de arte.
Maestría es
la palabra que se puede emplear también hablando de un informático o un
responsable de compras (aunque es de lamentar que no sea más frecuente).
Debemos preguntarnos si nuestra
profesión es una verdadera vocación. Y si no, ¿qué podemos hacer al respecto?
¿Qué opciones tenemos, además de cambiarnos de profesión? ¿Cómo se podrían
convertir los proyectos que emprendamos en algo digno de hacerse? Conviene que
concretemos y empecemos por nuestro proyecto actual.
Empaquetarnos.
Axioma: ¡somos un paquete/envase/envoltorio! Todos
somos un paquete/envase/envoltorio. Cuando hablan de nosotros, dicen: "Es
un obús", "Es una joya", "Es el mayor peñazo que he
conocido en mi vida". Lo que tenemos que hacer es controlar ese envoltorio
y el mensaje que transmite.
Uno de los grandes problemas de los
aspirantes a Marca Yo es que muchos de ellos suprimen su personalidad entre las
nueve de la mañana y las cinco de la tarde. Tienen miedo de mostrar lo
originales que son realmente. Se tragan su espontaneidad y excentricidades, y
alimentan resentimiento hacia sus jefes y compañeros.
Uno de los secretos de una de las
mejores compañías aéreas en el mundo, Southwest Airlines, es que transmiten
personalidad. Les piden a sus empleados que traigan su personalidad al trabajo
y que la manifiesten.
Deberíamos aficionarnos a los
paquetes/envases/envoltorios, estudiarlos y examinarlos para ver qué cosas nos
gustan y cuáles nos dejan indiferentes. Todo ello para averiguar de qué manera
precisa podemos aplicar esas lecciones a la "venta" de la Marca Yo.
Dar al mundo una
imagen clara de quiénes somos. Para hacerlo bien
necesitamos saber lo siguiente:
·
¿Quiénes somos?
·
¿Cuál es nuestro producto?
·
¿En qué aspectos es especial?
·
¿En qué se diferencia de las ofertas similares de otras
personas?
·
¿De qué manera podemos demostrar su fiabilidad?
·
¿De qué manera podemos demostrar que sabemos lo que
nos traemos entre manos o que estamos actualizados?
·
¿Cómo podemos demostrar nuestra "genialidad”?
Cuanto más nos esforcemos en responder
a estas preguntas, mayor será la recompensa. En el mundo de las marcas hay
muchos estratos de significado superpuesto que en última instancia se traducen
en una proposición duradera de valor.
En esta se combinan: 1) una creciente
base de conocimientos (todo lo que sabemos); 2) un historial contrastado
(realización de proyectos que funcionan); 3) una reputación transmitida
oralmente (testimonios de clientes, trabajo realizado, etc.); 4) vestirse para
triunfar (el aspecto que tenemos nosotros y nuestra tarjeta de visita); 5)
técnicas oratorias; y 6) nuestro carácter (esencia).
Marca Yo es un conjunto de elementos
materiales e inmateriales, como Coca-Cola (a pesar de que
básicamente venda agua azucarada), que es una sensación, una pausa que
refresca, que da seguridad, etc.
Aprender a
buscarnos la vida. De UPS a Marriott, la mayoría de las
empresas que admiramos se fundaron con muy poco dinero. Algunas con menos de
2000 dólares.
No hace falta nadar en dinero, ni de la
empresa ni particular para salir adelante. Lo que se necesita es pasión,
entrega, unos cuantos compañeros y un deseo enorme de dar el siguiente paso,
que normalmente no es muy grande.
Si tenemos mucho dinero, estaremos en
deuda desde el principio con la persona que nos financia, y eso puede
distraernos de dar los saltos verdaderamente asombrosos. La mayoría de las
cosas geniales (productos, empresas y revoluciones) empezaron en un sótano o un
garaje, con muy poco dinero (Sony, Apple, HP, Pizza Hut, Microsoft, etc.).
Si no tenemos dinero, no tendremos más
remedio que encontrar amigos: un experto que nos prestará su tiempo; un cliente
excéntrico que nos dejará sus instalaciones para hacer pruebas... La red de
amigos, compañeros, voluntarios… es mejor que el dinero. El dinero es el
enemigo de la iniciativa, del coraje y del impulso, mientras que el hambre de
todo tipo es un gran móvil.
Competencia.
Tenemos que ser notablemente buenos en algo. Tenemos
que saber mucho sobre algo que tenga un valor significativo para un puñado de
clientes potenciales. Sin unas competencias claramente vendibles, es imposible
que nos constituyamos en Marca Yo.
La distinción vendible es esencia de la
marca. No todos podemos ser grandes, pero sí podemos aspirar a alcanzar la
distinción en algo. En ese sentido es bueno que nos concentremos en la
especialidad en que seamos más capaces de alcanzar verdadera distinción
vendible. ¿Tenemos una voz verdaderamente original? ¿Un punto de vista claro?
¿Unas ideas que nos importan en el alma y que nos gustaría hacer realidad?
¿Tiene nuestra esfera de distinción un valor claro e inconfundible para los
clientes?
¡El diseño
importa! Todos nosotros nos presentamos ante numerosos
públicos básicamente a través del diseño, aun cuando no seamos en absoluto
conscientes de ello. Emitimos "ondas" de diseño por donde vamos:
nuestra ropa, nuestro corte de pelo, nuestra tarjeta de visita, nuestra manera
de hablar son prueba de ello.
Dado que el diseño es uno de los
principales factores de la creación y el éxito de la Marca Yo, deberíamos
tratar de determinar cuál es el nuestro. La mejor manera de hacerlo es
respetando las leyes semióticas de la marca:
·
Claridad.
·
Economía.
·
Emoción.
·
Belleza.
·
Elegancia.
·
Funcionalidad.
·
Integridad.
¡Identidad! Una
identidad distinguida, que suscita atención constante, es el bien
más preciado de cualquier persona o empresa.
Según el consultor Wally Ollins, los
productos de las grandes empresas del mundo serán cada vez más parecidos. Esto
supondrá que las personalidades de las empresas o su identidad serán el factor
más importante para elegir entre ellas.
En el mundo del arte, los diseñadores
de artículos de moda tratan de crear una identidad que va mucho más allá de la
imagen de la temporada (Calvin Klein, Giorgio Armani, Miuccia Prada, etc.),
igual que las grandes actrices de cine, los grandes cocineros o los grandes
arquitectos.
La Marca Yo es un
"signo de confianza". La credibilidad es
el recurso más valioso del líder. Es un axioma que, para actuar eficazmente
como Marca Yo, tenemos que ser absolutamente dignos de confianza y creíbles.
Cosas que hacer para volvernos dignos
de confianza:
·
Preguntarnos sin piedad: ¿transmitimos confianza?
·
Cultivar la confianza. Preguntarnos qué hemos hecho
en las últimas 24 horas para mejorar nuestra imagen de persona digna de
confianza.
·
Hacer un examen diario o semanal de nuestras
acciones para ver si hemos realzado nuestra imagen de persona digna de
confianza, si hemos fortalecido nuestra credibilidad de manera explícita.
·
Decir la verdad. Credibilidad equivale a veracidad.
Los que dicen la verdad son una especie rara en el mundo de la empresa. Por lo
tanto, la sinceridad es una ventaja competitiva.
¡Obsesionarnos con
nuestras tarjetas de visita! Por ahí empieza todo. Las
tarjetas de visita, buenas o malas, son muy elocuentes. Igual que los mejores
envases, las mejores tarjetas de visita producen confianza y asombro a la
vez.
Las tarjetas de visita importan. Son
nuestra firma. La primera cosa que se ve de nosotros es, con frecuencia,
nuestra tarjeta de visita. Las tarjetas de visita nunca son neutrales. Son una
de las pocas formas de distinguirnos de la muchedumbre, desde el primer
momento.
Crear una página
web que asombre. Si no tenemos una página web, conviene
que la tengamos. Nos puede ser extremadamente útil para crear una identidad,
para crear una comunidad o para atraer clientes. Con ella lanzamos el mensaje
de que estamos "en la onda" y no anclados en la Edad Media.
La web es amiga de la Marca Yo. Iguala
a todos y nivela el terreno de juego. Hace posible que los geniales/pequeños se
impongan a los tontos/grandes. En su mejor expresión, la web permite a la Marca
Yo activa y distinta hacer algo genial de verdad: dar información e ideas de
una manera fácil e interesante. Por ejemplo, podemos crear un grupo en el que
charlar de las ideas que nos interesan.
La web también puede ser un sólido
indicativo profesional. Puede exponer algo de información sobre nosotros a la
vista del mundo y demostrar que participamos en el juego.
Somos nuestra
propia "agencia" de relaciones públicas. Crearnos
una reputación en los círculos locales es parte esencial de la creación de la
Marca Yo. Eso significa que debemos aprovechar cualquier oportunidad para
contar nuestra historia. Nuestra presentación es muy importante.
He aquí algunas reglas para hablar bien
en público:
·
Apuntarnos a un curso de oratoria.
·
Practicar. Buscar cualquier excusa para decir unas
palabras en una reunión social, etc.
·
No abrir la boca en público si no creemos
firmemente en lo que vamos a decir. Lo que "vendemos" es nuestra
pasión/credibilidad/interés, sea cual sea el tema.
·
Concentrarnos.
·
No memorizar.
·
No contar chistes.
·
Ser actual. Vincular nuestras indicaciones con
algún hecho del que se hable en el periódico de hoy.
·
Si empleamos materiales audiovisuales, conviene que
sean claros y sencillos.
·
Repetirnos. Reducir nuestras ideas a cuatro o cinco
e insistir en ellas de diez formas diferentes, para que lleguen al
destinatario.
·
Contar historias. Los grandes oradores son grandes
contadores de historias.
·
Que todas nuestras historias sean historias de
"interés humano". De personas de verdad (de la empresa, clientes,
proveedores) que hacen cosas de verdad.
·
Repartir material sencillo e interesante que resuma
los puntos principales.
·
No mostrarnos nunca despectivos con los oyentes.
·
Ofrecerles a los oyentes algo que sea de utilidad o
interés personal para ellos.
·
Establecer contacto visual con nuestros oyentes,
pero solo con una persona cada vez.
·
Buscar con la vista a las personas que nos apoyan.
Su lenguaje corporal positivo nos tranquilizará.
·
Saber que, contrario a las reglas más estrictas de
la oratoria, no necesitamos un arranque deslumbrante para atrapar a nuestra
audiencia. Ni tampoco un final chispeante. Lo que necesitamos son cuatro o
cinco ideas claras de las que estamos absolutamente convencidos.
·
Ser modestos y reírnos de nosotros mismos. No hay
nada más desagradable que la arrogancia o la prepotencia.
¡Renovarse!
¡Renovarse! ¡Renovarse! Las grandes
empresas —desde 3M hasta P&G— viven de la I+D. Nosotros, si aspiramos a ser
una gran empresa, la Yo, S. L., debemos pensar como ellas y renovarnos cada vez
que podamos.
Los tiempos nos exigen que corramos de
un lado para otro y, a la vez, que seamos creativos, para lo cual necesitamos
reflexión. Si adoptamos una mentalidad de I+D personal y renovación, podemos
convertir los ajetreos de nuestra vida cotidiana en I+D de facto. Todo encargo,
grande o pequeño, debería servir para ampliar nuestro conocimiento.
Algunas claves de la renovación:
·
Conectarnos a la web. Visitar por lo menos 15
páginas que no hayamos visitado anteriormente. Incorporar las mejores a nuestra
lista. Repetir el ejercicio por lo menos una vez a la semana.
·
Tomarnos libre la tarde del miércoles. Pasear por
el centro comercial más cercano durante dos horas. Anotar lo que nos gusta (y
lo que nos horroriza): productos, exposiciones, etc. Repetir al menos una vez
al mes.
·
Somos conscientes de que "la guerra se libra
en el frente": durante un mes (un par de días a la semana) es bueno que
sigamos un programa de formación, elaborado por nosotros mismos, pasando por
todos los puestos (hotel, centro de distribución, etc.) que implique trato
directo con el cliente.
·
Preparar una lista de preguntas incisivas que hacer
en las reuniones: "¿Eso va a dejar huella?", "¿Recordará alguien
dentro de dos años lo que estamos haciendo?".
·
Medir todos los proyectos que propongamos con la
regla del "asombro"/"¿merece la pena hacerlo?”.
Marca Yo necesita
informadores en primera línea. Todos los jefes
están siempre fuera de onda, incluso los mejores. Esto es una excelente noticia
para la Marca Yo.
El analista/solucionador de problemas
absolutamente decidido a estar en contacto directo y constante con la gente de
la primera línea tiene siempre una enorme ventaja sobre su competencia. El
secreto mejor guardado del mundo empresarial es este: quien está más en
contacto con la gente de verdad hace el trabajo de verdad y gana.
La información de los trabajadores de
primera línea es fresca y auténtica, sin haber pasado por ningún filtro. En
cambio, la información que asciende por la cadena de mando en la empresa está
distorsionada, porque los que la transmiten la adornan y suavizan para parecer
mejores.
La persona que vive más cerca del
problema es la que tiene la visión más clara sobre él. Teniendo esto en cuenta,
deberíamos preguntarnos esto:
·
¿Hemos estado/vivido con las personas de la primera
línea a las que afecta nuestro proyecto?
·
¿Tenemos previstos en nuestra agenda para la
próxima semana muchos contactos con la primera línea?
·
¿Tenemos asesores de la primera línea en el equipo
esencial de nuestro proyecto? Si la respuesta es no, deberíamos preguntarnos
por qué y qué pensamos hacer al respecto.
·
¿Forma la familiaridad con la primera línea parte
de la cultura que rige nuestros proyectos?
No dejar nunca de
buscar talentos. Construir, desarrollar y nutrir nuestra
red de contactos debe ser una absoluta prioridad. Aquí, conviene establecer
rituales: por ejemplo, echar vistazo a nuestra lista de contactos, una semana
sí y otra no, para llamar a un par de amigos con los que hemos perdido contacto
y reservar un día para salir a comer con ellos. Necesitamos adquirir vista y
olfato para detectar manifestaciones del talento, trabajos bien hechos,
realizaciones asombrosas, buscar a los responsables e incorporarlos en nuestro
equipo virtual o real.
Hacer de nuestra
empresa Yo, S. L., algo grande desde el principio. Max
De Pree, el legendario director de Herman Miller, dijo que una empresa, para
ser grande, debe profesar los siguientes valores:
·
Sinceridad.
·
Accesibilidad.
·
Disciplina.
·
Responsabilidad.
·
Cultivo de la persona.
·
Autenticidad.
·
Justicia.
·
Respeto.
·
Esperanza.
·
Unidad.
·
Tolerancia.
Por extensión, esto es válido para
todas las empresas Yo, S. L., que también pueden aspirar a ser tan fabulosas
como Herman Miller.
Las Marcas Yo
mandan a todas las edades. Las Marcas Yo toman
las riendas de su vida. No son soñadores. Son dueños de sí mismos. Saben que la
gran empresa no siempre va a ocuparse de ellos y que lo único de lo que
dependen es de…
·
sus capacidades;
·
sus singularidades;
·
su lista de contactos;
·
sus proyectos extraordinarios;
·
su crecimiento.
Las Marcas Yo, a través de su
independencia, despreocupación y orientación hacia las capacidades, marcan el
ritmo y transmiten entusiasmo contagioso hacia los demás. Se caracterizan por
ser:
·
Inventados por ellos mismos.
·
En constante cambio.
·
Los que acumulan cicatrices porque juegan
vertiginosamente el juego de la vida.
·
Inquisitivos hasta la saciedad.
·
Infantiles e ingenuos con un apetito de exploración
equivalente al de los niños de cuatro años.
·
Cómodos con la idea de que la vida es un blanco
móvil.
·
Alegres.
·
Audaces.
·
Iconoclastas: únicamente están contentos cuando se
enfrentan a convencionalismos.
·
Multidimensionales, con defectos tan grandes como
sus virtudes.
·
Honrados y, por ello, desorientados.
·
Personajes de envergadura: lejos del huir del Circo
de la Vida, se lanzan a él con los brazos abiertos.
Convertirnos en
fanáticos del poder. Las Marcas Yo quieren dejar huella y
por eso son conscientes de la importancia del poder. Están decididos a hacer las
cosas y esto únicamente ocurre cuando se cambian las opiniones de la gente
sobre lo que se puede hacer.
Los verdaderos "agentes de
cambio" tienen una perspectiva hipertrofiada sobre lo que es posible y no
les dan miedo en absoluto las probabilidades de fracaso. Por ejemplo, se podía
decir hace treinta años que Bill Gates, con su pinta de iluminado, tenía
escasas posibilidades de triunfar sobre la poderosa IBM, y aún así lo hizo.
La voluntad y el poder de cambiar las
mentes requieren decisión. Es decir, hay que creer, con un punto de insensatez,
en el valor de lo que buscamos.
Cosas que hacer:
·
Aceptar que, aunque seamos "buenos
chicos", también tenemos nuestro propio punto de vista y la visión de
nuestro proyecto asombroso que defender, por lo que necesitamos cambiar las
opiniones de los demás.
·
Estudiar política y organización de colectividades
para saber cómo se influye en los demás (libros recomendados: Rules for
Radicals y Reveille for Radicals de Saul
Alinsky, Influence de Bob Cialdini).
·
No hacer como si estuviéramos por encima de la
política, "como si el poder no fuese con nosotros”. Nadie que consiga algo
que merezca la pena está "por encima de la política" ni al margen del
flujo y del reflujo del poder.
·
Pensar sistemáticamente en la base de nuestro
poder. ¿De dónde proviene? (¿De nuestra extraordinaria competencia en alguna
cuestión? ¿De nuestra excepcional destreza oratoria? ¿De nuestra consumada
habilidad para establecer contactos? ¿De nuestra dosis extraordinariamente
elevada de empatía y comprensión?). ¿Cómo hacemos o podemos hacer para cambiar
la opinión de los demás? (Concretar).
¿Cuál es nuestro
plan formal de marketing de viva voz? Si queremos tener
éxito como Marca Yo, nuestros compañeros deben alardear de nuestros trabajos y
proyectos. Un buen trabajo es lo primero, pero hay que darle publicidad, reunir
testimonios favorables y hacer que se hable de él.
El marketing equivale a tener
"aura", a ser conocidos por algo, a imagen y a que la gente hable de
nosotros. No es otra cosa que la creación activa y deliberada de la voz que
debería correr sobre nosotros.
Cosas que hacer:
·
Preguntarnos qué hemos hecho hoy para anunciarnos.
Para que el mundo sepa que estamos vivos y que estamos haciendo cosas geniales.
·
Estudiar seriamente Marketing de Viva Voz. Conocer
sus ideas y terminología. Aprender las técnicas de marketing. Seguir un curso
(o los que haga falta) de marketing. Conocer nuestros mercados y las bases de
su comerciabilidad.
·
Preparar un plan formal de marketing. Para empezar,
estudiar a fondo el libro clásico de Regis McKena Relationship
Marketing.
Preguntarnos:
¿tengo de verdad un producto? Un producto es una
cosa que alguien compra. Ofrece una ventaja y satisface una necesidad.
En el mundo posempleo, los empleados
tienen que olvidarse de sus empleos y empezar a buscar trabajo que
sea necesario hacer. Nuestro mercado no es el "mercado de los
empleos", sino el mercado de las personas que están a nuestro alrededor y
que tienen necesidades insatisfechas. No debemos buscar "empleos",
sino "oportunidades".
Deberíamos dejar de pensar como
empleados y empezar a pensar como proveedores que buscan oportunidades. Todos
los empleados compiten directamente con proveedores externos, que estarían
encantados de aplicar su mentalidad de tales a las tareas que en la actualidad
realizan los empleados.
El cambio es el enemigo de las personas
que tratan de aferrarse a sus empleos y el amigo de las que adoptan este
enfoque comercial. Esto significa que la planificación de la carrera
profesional ha de ser por fuerza muy similar a la planificación estratégica que
lleva a cabo una pequeña empresa recién creada.
La esencia de la Marca Yo: ¿Qué
servicio vendemos por el que merezca la pena pagar? Si de verdad lo vendemos,
¿de qué manera lo "comercializamos"? Tenemos que tener un producto
identificable, por el que, claramente, merezca la pena pagar un buen dinero.
Cosas que hacer con el producto:
·
Pensar en nuestro producto. Definirlo de manera
cuidadosa, sucinta y convincente. Poner a prueba nuestra definición con otras
personas de todo tipo y condición (vecinos, fontaneros, carniceros, taxistas,
arquitectos, etc.).
·
Saber en qué se diferencia nuestro producto.
Gillette lo sabe sobre el suyo y también podemos saberlo nosotros sobre el
nuestro.
¡Vender! Tenemos
que vendernos como si nos fuese (y nos va) la vida en ello. Este es el
evangelio para cualquier empresa, incluida la de Yo, S. L. Tenemos que definir
nuestros activos básicos para después venderlos al mercado. La cuestión, en
última instancia, es la siguiente: "¿Estamos dispuestos a hacer lo que sea
para conseguir la oportunidad que deseamos?".
Cosas que hacer para vender bien:
·
Preparar una "proposición de venta"
limpia, clara y convincente.
·
Tomarnos la venta en serio. Los mejores directivos
de las grandes empresas de servicios profesionales están tan centrados en
vender como el que vende coches usados.
Las Marcas Yo son
desleales. Paul Rand fue uno de los grandes diseñadores y
artistas gráficos del siglo XX; hizo milagros en el diseño de la identidad
visual de numerosas empresas, desde la revista Esquire hasta
IBM o UPS.
Sin embargo, lo que más llama la
atención es la forma en la que vivió su vida. Estaba convencido de que tenía
algo que ofrecer y era una esponja que absorbía ideas nuevas de todo el mundo.
Así que se convirtió en un experto de pasar de un trabajo a otro. La idea de
estar toda la vida en la misma nómina no se le pasó por la cabeza. Supo
establecer relaciones. Tuvo mentores que le ayudaron a cada paso.
Rand era Marca Yo en el sentido pleno
de la palabra. Sabía que la esencia de la Marca Yo era el compromiso con el
desarrollo a toda costa. Un compromiso con la libertad de expresión y la
excelencia personal a toda costa.
Bienvenidos al país
de los agentes libres. Para que nuestro
trabajo importe, la clave está en lo siguiente:
·
Ser conscientes de que estamos en la nueva
economía.
·
Ser unidad-de-uno.
·
Independientes.
·
Libres.
·
Liberados.
·
Tener confianza en nosotros mismos.
·
Ser tipos geniales.
·
Hacer cosas geniales.
·
Proyectos asombrosos (o reventar en el intento).
·
Tener imaginación.
·
Ser renegados incansables.
Fin del resumen
ejecutivo
Biografía del autor
Tom
Peters es el pensador
sobre temas empresariales más influyente de nuestro tiempo. Se le ha proclamado
el gurú de los gurús del management.
Su primer libro, In Search of
Excellence, escrito en colaboración con Robert Waterman, se consideró
como “el libro sobre temas empresariales más importante de todos los tiempos”,
en una encuesta de Bloomsbury Publisher. Después de dicho libro, ha publicado
toda una serie de bestsellers internacionales.
Tom ha fundado también la Tom Peters Company,
empresa global de formación y consultoría que asesora a grandes clientes, entre
ellos Rolls-Royce, Starbucks, Bank of America, Continental Airlines, Virgin
Direct e Intel, en temas de transformaciones organizativas necesarias para
afrontar los cambios futuros.
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