EL SIMBOLISMO DE VITRIOL
Abg. Giuseppe Isgró C.
Se le atribuye a
Basilio Valentín haber acuñado el acróstico VITRIOL, que da por resultado el
aforismo alquímico: “Visita interiore terrae; rectificando invenies occultum
lapidem”.
El significado en castellano de Vitriol, es: -“Visita el interior de la tierra, rectificando encontrarás la piedra oculta”. Su simbolismo contiene diversas vertientes dignas de ser analizadas.
En primer lugar, sugiere una interiorización, a la parte más íntima del ser, trascendiendo el propio ego, y la conciencia objetiva, entrando en conexión con la Divinidad. La meditación en el Creador Universal, tiene un efecto depurador a nivel espiritual, mental y físico.
El Espíritu en conexión con la fuente adquiere conciencia de su propia divinidad.
Al meditar en los atributos divinos del Creador, percibe que éstos son sus propios atributos, en estado potencial, y que representan los valores universales, bajo cuyos parámetros puede practicar, confiadamente, las virtudes esenciales que armonizan al ser personal con el Ser Universal.
Esta conexión divina eleva a la persona a un nivel vibratorio de pureza de sentimientos que depura su Espíritu. De arriba abajo y de adentro afuera, además de su ser, por efecto de la resonancia magnética armoniza, también, el entorno. En forma análoga es lo que ocurre con dos diapasones en un laboratorio, los cuales, sintonizados en una misma frecuencia, al vibrar uno, lo hace simultáneamente el otro.
En sintonía divina, el ser comienza a vibrar en armonía con las leyes de la naturaleza; vive en relación positiva con todos y con el Todo. Sus efectos comienzan a hacerse tangibles en las circunstancias existenciales, y tienen influencias modeladoras en los cuatros reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral.
A nivel mental, esta interiorización en conexión divina actúa sobre los pensamientos, los sentimientos y los deseos, depurándolos por medio de la transmutación alquímica de los mismos. Esto se realiza centrando la atención en la polaridad positiva opuesta al estado anímico que se desea transmutar. Constituye la eterna polarización por medio de la espiral evolutiva, ascendiendo de un estado de progreso a otro más elevado.
Transmutando los propios pensamientos y los sentimientos en sus opuestos positivos activamos la ley de atracción en su polaridad positiva. Se comienza a atraer a los elementos favorables que coadyuvan en el logro de los propósitos personales. La ley de atracción expresa: Lo semejante atrae a lo semejante. Al mismo tiempo, repele lo desemejante. Es decir: aísla lo semejante de lo desemejante. Esta ley se denomina, también: Ley de aislamiento cósmico.
La depuración mental por la transmutación de los pensamientos y de los sentimientos tiene notables consecuencias positivas sobre todos los ámbitos existenciales, mejorando, al mismo tiempo, el estado anímico, el optimismo, la confianza en sí, los resultados satisfactorios de las propias acciones, la salud físico-mental, el éxito integral, las relaciones armoniosas con todas las personas, y consigo, incrementando la autoestima, el autoconcepto y la autoimagen, factores esenciales de una vida plena, saludable y próspera.
La armonía divina interior se refleja en la belleza exterior. Los ojos brillan con la luz del genio que está consciente del rol que le toca desempeñar en la realización de la gran obra. La voz comunica el fuego sagrado del entusiasmo, que es la inspiración de Dios dentro del ser, encendiendo la antorcha en cada ser con quien se entra en contacto. El mensaje divino fluye, expresando los valores del amor, de la prudencia, de la fortaleza, de la templanza, de la justicia, de la belleza y de la confianza en que todo siempre va bien en el tiempo perfecto de Dios.
Rectificando la propia conducta, rigiendo los propios deseos en polaridad positiva por el Noble Sendero Óctuple, de Sidharta Gautama, se alcanza la piedra oculta, el secreto de la transmutación por el crisol de la Divinidad. Al depurarse se eleva, al elevarse trasciende, al trascender se conecta, al conectarse encuentra la fuente de la que fluye el poder creador potencialmente infinito, gradualmente, y la sabiduría de los valores universales, o atributos divinos. Hay salud, prosperidad perfecta, solidaridad, prudencia, sosiego y paz interior inamovible. El ser expresa la sonrisa que vivifica, conforta, sosiega, armoniza y fraterniza, abriendo todas las puertas por las que precisa pasar para llegar a la meta: la conciencia cósmica.
Adelante.